Número 69 | Diciembre de 2024
Paseo María Agustín nº 20 Zaragoza - 50004     Tfno.: 976 28 06 60      asociacionaragcriticosarte@gmail.com Normas/plazos para la propuesta de artículos
(call for papers)
imprimir
 
Pilar Albajar. Surrealismo, postmodernidad y creación de imágenes mediante el fotomontaje
 
 

Resumen:

Pilar Albajar (Huesca, 1948), filóloga francesa y fotógrafa que ha realizado tanto fotografías en solitario como series guionizadas por Antonio Altarriba (Zaragoza, 1952). Su obra se enmarca dentro de los fotógrafos surgidos a raíz de la transición y la consolidación democrática española. Utiliza la técnica del fotomontaje con una influencia surrealista en el contexto de la postmodernidad. 


Julio Gracia:¿Cuándo empezaste a realizar fotografías? 

Pilar Albajar: Hice mi primera exposición en Vitoria en los años setenta. Comencé desarrollando retratos muy locos [risas]. Aprovechaba a todos mis amigos para me sirvieran como modelos. Modificaba las caras o las facciones y hacía fotocopias en un tamaño grande (como un metro y pico). Me divertía mucho planteando estas obras. En lugar de revelar íntegra la fotografía, pasaba un pincel con revelador, solo por los rasgos que me interesaban. Cuando levantaba el papel, siempre caía algún chorretón improvisado que mantenía en el resultado final. Más allá de considerarme fotógrafa, siempre he pensado que utilizo la fotografía para crear imágenes.

 

J. G.: ¿Tu afición al medio era anterior?

P. A.: En realidad (me acuerdo ahora), la primera fotografía que hice de una manera pensada fue en Huesca. Me encontraba en casa con mi hermana Patricia. Ella estaba haciendo el tonto y se ponía como si fuera jorobada. Yo estaba perfectamente vestida y le daba la mano. Un día cogí unas acuarelas y pinté la imagen. No sé de dónde me vino el impulso ni recuerdo exactamente la fecha, pero me gustó el resultado y a partir de ahí me entró curiosidad por pintar las fotos.

 

J. G.: En un texto de Picos Laguna en Heraldo de Aragón (2019), hablas de tus inicios en el ámbito de la fotografía:

Tengo un buen amigo, Paco Boisset, que me había abierto al mundo de la fotografía y me enamoró esa magia de ver cómo de un papel en blanco salía la imagen. Me puse en casa un laboratorio y así empecé. Mi primera exposición fue en Vitoria.

¿Podrías desarrollar más este aspecto?

P. A.: Se juntaron varias cosas: yo daba clases en un colegio de monjas en el que no estaba muy a gusto y, efectivamente, coincidió con mi descubrimiento del  famoso milagro de la imagen que surgía del líquido. De alguna manera, me atrapó. Es una sensación que tuvimos muchos fotógrafos en esa época. Además, cuando nos casamos, Antonio me regaló una ampliadora como regalo de boda.

 

J. G.: Con ella pudiste empezar a montar tu propio laboratorio fotográfico.

P. A.: Sí, en el baño de mi casa. Todavía conservo la ampliadora. Compré unas cubetas, líquidos… y empecé a practicar, estropeando en el proceso de aprendizaje muchos papeles.

Estuvimos un tiempo en Francia. Allí no hice fotografías, sino que me dediqué a dar clases de español. Cuando regresamos a España, encontré trabajo en el colegio de las Presentinas que te comentaba. Me llevaba muy bien con las alumnas. Todavía me encuentro de vez en cuando a algunas que recuerdan que les gustaban mis clases. según ellas, no era la típica profesora aburrida, sino que les hablaba mucho de la vida o de la cultura francesa y eso les interesaba. Empecé a realizar fotografías mientras ejercía como profesora. ¡Qué época aquella! De vez en cuando venían unos amigos franceses y llevaba a sus hijos al colegio, para que hablaran en su idioma con las alumnas. Aprovechaba esas visitas a Vitoria para hacerles retratos.

La directora me dio dos avisos de expulsión por la forma abierta con la que planteaba mis clases. Finalmente, yo misma dejé el colegio. Estuve unos quince años. Una vez que acabé la carrera, me desvinculé totalmente de hacer oposiciones. Me gustaba más cambiar. Necesitaba movimiento, aventura. No me quería quedar en un sitio fijo. Ni siquiera se me pasó por la cabeza.

 

J. G.: Comenzaste a realizar fotografías y adesarrollar diferentes muestras.

P. A.: Me animé mucho con las exposiciones. Por ejemplo, en Zaragoza hice una en la antigua Sala del Modo. Me ayudó el grupo de amigos que teníamos en la ciudad, entre los que estaban Samuel Aznar, Luis Royo, Strader… Forramos todo el espacio con papel de aluminio y colgamos fotografías de grandes dimensiones. La experiencia fue impresionante y muy divertida.

 

J. G.: Pasó realmente más de una década desde tus comienzos hasta que empezaste a trabajar con Antonio Altarriba.

P. A.: Antonio siempre miraba mis fotografías y me hacía comentarios. Le pedí que me pusiera algunos títulos y, poco a poco, aumentaron nuestras colaboraciones.

 

J. G.: Vuestra primera serie conjunta fue Sexo, que realizasteis en torno al año 1987. Algo posterior fue Pecados, ¿por qué planteasteis estos temas? 

P. A.: Lo primero que hacíamos era ponernos de acuerdo con aquello que queríamos tratar. Resulta curioso, pero en esos años existía mucha libertad en todos los sentidos. Las exposiciones que hicimos al principio no las podríamos difundir ahora. La serie Sexo me apetecía especialmente: después de tantos años de represión, surgió de manera lógica. También Pecados. Hemos tenido implantada la religión hasta la médula. Quería hacer algo con lo que me quedase tranquila. Antonio me orientaba en los elementos que tenían que disponerse y en el lugar donde estaban colocados.

 

J. G.: Fue en ese momento cuando entraste en contacto con los Encuentros de Arlés.

P. A.: Para mí fue un descubrimiento. Me abrieron las puertas al resto del mundo. Recuerdo que cogí una carpeta enorme con mis fotos. Cuando llegué, había un montón de gente en la misma situación. Era un paraíso: podías mostrar tus imágenes a directores de revistas internacionales (de Nueva York a Tokio) o a galeristas. Casi no había mujeres y, además, mis fotografías trataban temas polémicos. Cuando abría la carpeta, se producían reacciones diversas. Sin embargo, nunca tuve ningún problema. Fueron años en los que me lo pasé genial y aprendí mucho de otros fotógrafos. Francia ha sido, para mí, el lugar de donde han partido la mayor parte de nuestras exposiciones y donde más he aprendido desde el punto de vista de la fotografía, viendo cientos de exposiciones cada año.

 

J. G.: Gracias a esta primera presentación de vuestras obras, os invitaron al Festival FotoFest de Houston.

P. A.: En ese momento era el más importante del mundo. Conocí a la directora del equipo en Arlés y un tiempo después recibí una carta comentándome que íbamos a exponer en el Festival. Escribí una carta al Ministerio de Asuntos Exteriores para comunicarles que éramos los únicos españoles que estábamos invitados y nos cubrieron el viaje.

 

J. G.: Arlés y Houston fueron dos hitos iniciales muy importantes para tu carrera como artista.

P. A.: Cuando regresé de Houston, lo hice con especial fuerza. A partir de ahí empezamos a publicar y a exponer por toda Europa, Asia e incluso en alguna revista africana. En algunas ocasiones, con censura. Series como Sexo o Pecados la han sufrido.

 

J. G.: Una vez que definíais el tema, ¿cuál era el siguiente paso dentro de vuestro proceso creativo?

P. A.: Hacíamos una lista. De las imágenes sexuales o de los pecados que queríamos trabajar. Una vez hecha, Antonio se ponía a trabajar por su parte. Cuando tenía las ideas, las discutíamos. Me tenían que gustar. En este sentido, le he rechazado bastantes propuestas. Muchas otras no han terminado de salir a flote. No resulta fácil trabajar entre dos: la persona que piensa las ideas suele tener ya la imagen en su cabeza. Y esa visión tiene que coincidir con lo que hago yo. A veces no encaja en absoluto.

 

J. G.: Desde el punto de vista técnico, ¿cómo elaboras las fotografías?

P. A.: Una vez que Antonio y yo nos hemos puesto de acuerdo con la idea, empiezo a buscar lo que necesito para generar la imagen, siempre, a través del fotomontaje, tanto en exteriores como en interiores. Tengo en cuenta, sobre todo, la iluminación. No es lo mismo hacer una foto a las once de la mañana que a las cuatro de la tarde o a las seis. Como tiene que formar parte de un conjunto, hay que tener mucho cuidado con las luces y las sombras. También es clave la selección del fondo, donde todos los elementos se irán disponiendo como si se tratara de un puzle. En ese momento voy midiendo los colores y su relación con el resto para apreciar cómo va a quedar el conjunto. Puedo añadir o quitar elementos. Mientras desarrollo el proceso, me mantengo en contacto continuo con Antonio Es un trabajo que exige interconexión constante. 

 

J. G.: ¿Y cuándo tenéis el collage? ¿En qué momento finalizáis la obra?

P. A.: Nunca encuentro el instante de acabar algo, hasta que digo: “la próxima vez que haga una prueba será la definitiva”. Si no, no termino nunca. El siguiente paso es grabar el resultado y guardarlas también en un disco externo por seguridad. Esos son, en realidad, los originales. Suelo dejarlos reposar un poco. Al cabo de un mes siempre encuentro algún aspecto a corregir.

 

J. G.: En el momento en el que generas las imágenes, ¿qué aspecto es el que te ofrece más dificultad como artista?

P. A.: La perspectiva. Es muy importante dentro del fotomontaje. Son obras irreales, pero tienen que parecer, por lo menos, creíbles. Antonio a veces me criticaba algunos tamaños o proporciones, sin que llegásemos a un acuerdo.

 

J. G.: ¿Cuáles son tus referentes creativos?

P. A.: Para mí surrealismo es fundamental. Y, en general, el arte que me mueva las tripas, que me diga algo. Más que un referente concreto, mantengo la idea de que me influye aquello que puede provocarme emociones.

 

J. G.: Voy a dar un salto temporal: trabajasteis mucho tiempo con el collage, pero en un momento dado decidisteis dar el salto al ordenador.

P. A.: He tenido compañeros fotógrafos que me informaban de los adelantos técnicos. Cuando estuve en Inglaterra unos amigos utilizaban ya Mac y me aconsejaron comprar uno. En el caso del Adobe Photoshop, eché muchas horas y paciencia para aprender a manejarlo correctamente. Utilizar las diferentes herramientas y las posibilidades que ofrecían fue casi mi segunda revelación en fotografía.

Muchos fotógrafos, primero con el collage y luego con el Photoshop, me decían que lo que hacía no era fotografía. El ordenador era una máquina y, por lo tanto, según ellos, el mérito de la obra era del ordenador ¡No se daban cuenta de que ellos también utilizaban una máquina! La propia cámara de fotos. Tuve problemas y discusiones, hasta que al final me cansé de debatir. El tiempo me daba progresivamente la razón: esos mismos autores que lo criticaban, se iban incorporando poco a poco al uso del Photoshop.

 

J. G.: ¿Cómo piensas que ha evolucionado la fotografía y su mercado en estos años que abarcan desde el collage hasta el uso de lo digital?

P. A.: Hubo años en que los precios subieron muchísimo. En todos los grandes festivales de arte que incluyen fotografía (como Arco) había muchísimas obras. Sin embargo, ha habido un cierto decaimiento en los últimos tiempos, quizás desde que los móviles incorporan cámaras tan buenas. Sin embargo, te comento lo mismo que antes: se hacen muchas fotografías preciosas, pero sino me dicen nada, sino me revuelven por dentro, para mí no existen. El arte, con la fotografía dentro de este, es un instrumento perfecto para la crítica, en todos los sentidos.

Además de Sexo y Pecados tenemos series como Tiranías (una de las que más me interesan), que sirven, entre otras cosas, para criticar directamente al sistema, para ponerlo en cuestión.

 

Bibliografía

Agustín Lacruz, M. ª C. y Tomás Esteban, S. (2023), “Miradas invisibles: memoria de mujeres fotógrafas en Huesca”, en Generelo Lanaspa, J. J., Hernández Latas, J. A., Gómez Lanuza, M. ª F., Gonzalvo Vallespí, Á. (coords.), I Encuentro sobre el Patrimonio Fotográfico de Aragón, Huesca, Diputación Provincial de Huesca, pp. 78-106, disponible en:  

https://www.dphuesca.es/publicaciones/-/asset_publisher/Wz1IU6ehMoSr/content/actas-i-encuentro-sobre-el-patrimonio-fotogr%25C3%25A1fico-de-arag%25C3%25B3n (fecha de consulta: 28/06/2024).

Laguna, P. (24/03/2019), “Pilar Albajar: ‘Más que fotógrafa soy creadora de imágenes’”, Heraldo de Aragón, disponible en: 

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-y-cultura/2019/03/24/pilar-albajar-mas-que-fotografa-soy-creadora-de-imagenes-1304384.html (fecha de consulta: 28/06/2024).

 

----

Imagen: Pilar Albajar en Belchite, década de los dos mil.

Julio GRACIA LANA
Secretario de AACA, miembro de AECA y AICA

Fecha de Entrega: 15/11/2024
Fecha de Admisión: 18/11/2024


<< volver imprimir