Número 4 | Septiembre de 2008
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V Simposium Internacional de Escultura de Utebo
El agua como protagonista
 
 

Resumen:

 

Un año más, la localidad zaragozana de Utebo ha albergado la celebración de una nueva edición del Simposium de Escultura, una cita ineludible en el panorama cultural de la provincia en la que el público tiene una oportunidad única para contemplar en vivo y en directo el proceso de creación en piedra. En este quinto certamen, los artistas seleccionados fueron Kang Seok-Won, Lluís Ribalta Coma-Cros, Pedro Jordán Mateo y Josep Manuel Juan Moraleda.


Abstract:

One more year, Utebo, a locality in the proximity of Saragossa, has lodged the celebration of a new edition of the Symposium of Sculpture, an inescapable appointment in the cultural panorama of the province, in which the public has a unique opportunity to contemplate live the creation process in stone. In this fifth contest, the selected artists were Kang Seok-Won, Lluís Ribalta Coma-Cros, Pedro Jordán Mateo and Josep Manuel Juan Moraleda.


 

Del 25 de junio al 9 de julio el municipio de Utebo celebró la V edición de su Simposium Internacional de Escultura, un certamen realizado al aire libre durante el cual los ciudadanos de la localidad son espectadores del duro proceso de creación de la escultura en piedra.

En esta ocasión, la convocatoria de presentación de proyectos contó, como en años anteriores, de una variada y amplia participación. En concreto, fueron ciento cuarenta las propuestas escultóricas recibidas, procedentes muchas de ellas de los lugares más dispares: desde Argentina o Canadá, hasta Filipinas o Japón pasando por Egipto, Italia, Rusia Turquía,…

Tras una difícil deliberación, finalmente el Consejo Asesor del Simposium decidió seleccionar los proyectos titulados “El puzle”, de Kang Seok-Won, “La ola”, de Lluís Ribalta Coma-Cros, “Acqua”, de Pedro Jordán Mateo, y “La gota que colmó el vaso”, de Josep Manuel Juan Moraleda. En ellos coincidían criterios que fueron considerados prioritarios para los miembros del órgano selectivo: adecuación al tema propuesto en las bases —este año, a diferencia de los precedentes, se incluyó en la convocatoria el requisito de que la obra propuesta se dedicara al tema del agua y su uso sostenible—, calidad del proyecto, experiencia del escultor y necesidades actuales del municipio.

Llegada la hora de llevar a cabo los proyectos seleccionados, los artistas debieron responder a la otra novedad de este V Simposium, el material con el que debían trabajar. En esta ocasión, se decidió proporcionarles dos tipos de piedra caliza, de similar dureza pero de aspecto muy diferente: Kang Seok-Won y Josep Manuel Juan realizaron sus obras con mármol negro del Norte mientras que Lluís Ribalta y Pedro Jordán lo hicieron con piedra de la Puebla de Albortón.

 

   
El puzle, de Kang Seok-Won El puzle, de Kang Seok-Won

Kang Seok-Won (Seúl, 1974) reside actualmente en la Toscana Italiana. Tras finalizar sus estudios de escultura en la Universidad Nacional Kun-San de Corea del Sur, se trasladó a Italia para ampliar sus conocimientos en la Academia de Bellas Artes de Carrara. Desde el año 1999, ha participado en numerosas exposiciones colectivas, y algunas individuales, organizadas tanto por galerías coreanas e italianas como de otros países (Holanda, Francia o Australia). Su experiencia en la talla en vivo, sin embargo, no es tan dilatada, tan solo ha participado en dos certámenes más aparte del de Utebo.

A pesar de haber reconocido que sigue prefiriendo el trabajo en la soledad del estudio, donde puede concentrarse en la talla con mucha más intensidad, el resultado final conseguido en este Simposium es del todo satisfactorio.

La escultura titulada “El puzle” continúa la línea creativa reciente de Kang, caracterizada por una abstracción geométrica, a medio camino entre lo minimal y lo infantil, y con un elemento unificador como es la profusa utilización de los fragmentos de puzle.

La obra del coreano es una arcada en forma de parábola, cuya caída se configura a través de cinco piezas de puzle encajadas entre sí combinando diferentes texturas, rugosas y pulidas.

El perfil parabólico elegido pretende dibujar el espacio existente entre un hombre y una mujer, representando una tensión latente de sujeción-caída pensada para desvanecerse y concluir en el fondo de un estanque. Una relación de interdependencia entre opuestos basada en una inestabilidad estable, que es perceptible en la obra gracias a una manufactura del todo lograda.

La dificultad técnica del proyecto, con el riesgo continuo de que la piedra se resquebrajase, el geometrismo abstracto, cuya característica frialdad y desapego por lo humano han sido diluidos a través de la introducción de una iconografía cercana a lo lúdico y un tanto naïf —particularidad que ha ido convirtiéndose en típica de los artistas venidos del continente asiático—, hacen de esta escultura una de las más interesantes, no sólo de ésta sino de todas las ediciones celebradas hasta el momento.

 

La Ola (maqueta) de Luis Ribalta Coma-Cros  

Lluís Ribalta Coma-Cros (1979) se licenció en Bellas Artes, especialidad Escultura, por la Universidad de Barcelona. A lo largo de su trayectoria profesional ha formado parte de un número considerable de exposiciones, además de participar en más de una quincena de simposios. Cuenta con algunas esculturas en varias colecciones nacionales e internacionales.

El proyecto propuesto para el V Simposium fue el titulado “La ola”, él mismo lo describía de la siguiente manera: “una ola en forma de espiral”, fragmentada mediante un proceso de desdoblamiento “en cubos abstractos, dibujados en diversos planos y diferentes inclinaciones. El agua cae, serpentea y forma múltiples recorridos a través de la escultura hasta el suelo, hasta el río, hasta el mar. El agua de lluvia, algún día será ola del mar”.

La obra finalmente realizada conserva ese significado poético que deseaba atribuir Ribalta a su recreación de los embates del líquido elemento, esa idea del movimiento cíclico de la naturaleza que se podía percibir con claridad en la maqueta pero que en la escultura definitiva es apreciable tan solo de manera exigua. Y es que la ola que tenemos ante nuestros ojos mantiene esa composición en cubos que gracias a su desdoblamiento desigual le confiere un gran dinamismo, también es muy acertado el contraste del pulido degradado de la cresta y la textura de la piedra quebrada proyectando la fuerza misma del oleaje, pero, sin embargo, la línea armónica y sinuosa de la espiral original no la encontramos aquí, no se trata de una ola llena de energía y poderío, sino la onda que forma el mar cuando el viento ya ha amainado.

 Acqua, de Pedro Jordán Mateo   Acqua, de Pedro Jordán Mateo

Pedro Jordán Mateo (1965), aragonés residente en Tudela (Navarra), comenzó en el mundo de la escultura de manera autodidacta para poco después, en 1995, entrar como alumno en el taller de Alberto Gómez Ascaso. Desde entonces, ha participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales repartidas por diferentes puntos de la geografía española, en simposios y en ferias internacionales, e incluso ha impartido varios cursos de talla.

La escultura seleccionada en el certamen de Utebo, “Acqua”, representa el cuerpo de una mujer nadando a través de la estilización de las formas de una ola avanzando hacia la playa.

El enigmático figurativismo por el que opta el escultor “tudelano”, se nutre de dos fuentes esenciales al mismo tiempo, pero, sin embargo, sigue conservando en una misma pieza las características intrínsecas de ambas, y sin perder un ápice de su propia belleza. Por un lado, vemos el movimiento ondulante de la marea acercándose a la orilla y, por otro, descubrimos la sensualidad de los volúmenes de la nadadora. El acabado sumamente pulido de la figura y la terminación rugosa de lo que sería la superficie del agua en el basamento de la escultura, terminan destacando estos rasgos a los que nos estamos refiriendo. A ellos se suma visualmente la aparición-desaparición del hueco que ocupa el lugar de la cabeza, un guiño a la corriente escultórica ya clásica iniciada por Gargallo y con el que introduce, de nuevo, ese juego de la dualidad.

La gota que colmó el vaso, de Josep Manuel Juan Moraleda La gota que colmó el vaso, de Josep Manuel Juan Moraleda

Josep Manuel Juan Moraleda (1980) se licenció en Bellas Artes por la Facultad de San Carles de Valencia y en la actualidad se encuentra cursando el Doctorado en Escultura, esta vez en la Universidad Complutense de Madrid. Ha trabajado en los talleres de los escultores Joan Costa, Clara Carvajal y Julián Abril Ordiñaga, además de participar en algunas exposiciones y simposia. Ha recibido también, varios premios nacionales.

“La gota que colmó el vaso” continúa la trayectoria estilística de este joven escultor especializado en la figuración y, en concreto, en el retrato. Parte de la representación de un rostro femenino, circunspecto, callado,… dormido sobre una de sus manos, y realiza una escultura monumental a la que asigna un significado moral y, a la vez ecológico: se trata de un retrato parcial, con el hueco interior abierto en sus partes posterior y lateral, para dejar ver sobre un fondo rugoso y surcado por estrías, una gran gota. Una gota que representa el alma del ser humano, un ser humano preocupado por el buen uso de un recurso natural escaso como es el agua. De ahí, que esa misma gota esté pensada para ser perforada y servir de conducto por el que se vaya filtrando el rocío condensado en la zona superior de la escultura, y caiga al recolector que se encuentra en la misma base rodeando el rostro femenino.

En resumen, una obra de correcta factura que logra captar la atención del viandante gracias a sus grandes proporciones.

Una vez concluido esta V edición del Simposium, cada una de estas esculturas fueron emplazadas en diferentes zonas del municipio con el propósito de continuar embelleciendo el entorno urbano de Utebo. Respondiendo al proyecto originario de Kang Seok Won, “El Puzle” ha sido instalado junto a un pequeño estanque dentro del Parque Las Fuentes, disfrutando de una perspectiva inmejorable, de la que lamentablemente no se percatará la gran mayoría de los uteberos por estar enclavado en una zona muy poco transitada hasta el momento. Mejor suerte han corrido el resto de piezas, “La ola” se ha colocado en una jardinera de la Plaza Constitución, en un alto y muy cerca del Ayuntamiento, mientras que la nadadora de Pedro Jordán y “La gota que colmó el vaso” ahora deleitan la vista de los usuarios del recién estrenado tren de cercanías: la primera situada en un parquecillo junto al apeadero y la segunda, apostada en un jardín del Camino de la Estación, tornándose en toda una sorpresa en el viaje desde o hacia Zaragoza.

Társila GIMENO GIMENO
Técnico de cultura del Ayuntamiento de Utebo, miembro de AACA

Fecha de Entrega: 18/09/2008
Fecha de Admisión: 22/09/2008


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