Número 15 | Junio de 2011
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El tanatorio de Torrero proyectado por Fernando Bayo
 
 

Se trata de un edificio proyectado, en 1977, por la arquitecta Elvira Adiego, que con posteridad, en 1993, tuvo una intervención del arquitecto Joaquín Ecequiel Sampietro. En el proyecto de rehabilitación del arquitecto Fernando Bayo (1962, Calatayud, Zaragoza) ha colaborado el arquitecto técnico José María Castejón Esteban y la Ingeniería Proyecta 3 en el cálculo de instalaciones y Nieto y Monterde en el cálculo de estructuras. Estamos ante un edificio, del año 2011, con planta sótano y un total de superficie construida de 2433´55 metros cuadrados, lo cual evidencia la ambición del proyecto si consideramos la complejidad de servicios que requiere un tanatorio. <<En el programa público, escrito en la memoria,  se indican los siguientes apartados: Punto de información. Amplias áreas de estancia. Dos salas de ceremonias: ampliación de una de ellas. Tres velatorios. Dos salas de espera a la incineración. Despacho para entrega de cenizas. Aseos. Ordenación del espacio exterior con la incorporación de dos atrios para la entrada y salida de las salas de ceremonias y una caja de sombra>>.

La entrada principal está justo frente al hermoso e imaginativo monumento conmemorativo a las víctimas de la guerra, con más que suficiente espacio para que el nuevo tanatorio viva en medio de un diáfano espacio con el eficaz vacío alterado por algunos árboles, sobre todo olivos como símbolo relacionado con nuestro entorno agrícola. Consideramos que el eje visual se ofrece a través del atrio de entrada, que marca la máxima altura como atracción visual, para que al instante la mirada recorra gran parte del tanatorio pensado con absoluta racionalidad. Su sencillez y menor altura se enriquece por las franjas rectangulares de metal cobrizo, sin olvidar el atractivo del cemento, que traza dispares aguadas como si fueran cambiantes abstracciones. Metal protagonista en el interior, de modo que se forma una eficaz unión con el ámbito exterior. El atrio de entrada está formado por bandas estrechas paralelas al suelo, lo cual permite una luminosidad total y cierta levedad que facilita una actitud reposada de las personas unidas en duras circunstancias. Además de amplios salones y anchos pasillos, siempre alterados por el blanco dominante, el cobrizo y el cambiante alabastro, dicho atrio da paso a dos salas de ceremonias. En la Sala de Ceremonias 1, puerta izquierda, los colores dominantes son el blanco y el cemento de las columnas alterado por el cobrizo. Luz exterior surgida entre las columnas y luz interior se unen para mostrar un enfoque dominante que huye de todo matiz tétrico. Otro muy notable acierto es el altar mayor sobre fondo blanco, diseñado mediante un rectángulo vertical de alabastro con su hermoso veteado. Con el altar mayor de fondo tenemos tres perfectas áreas como si fueran el mismo plano: en el lado izquierdo un altar fijo para celebrar misa diseñado mediante un grueso cuerpo cobrizo rematado por un plano rectangular, en el centro la cruz y en el lado derecho una base rectangular de piedra caliza oscura para posar el féretro. Todo, tal como indicábamos, con predominio de lo racional alterado por la muy controlada belleza.  

En la Sala de Ceremonias 2, puerta derecha, proyectada con mayor sencillez, la fórmula del altar fijo, la cruz y el rectángulo de piedra caliza es la misma pero sobre fondo blanco como sustituto del alabastro. Además del plano cobrizo, verdadero hallazgo que articula todo el tanatorio en un sentido cromático, la variante es un tríptico rectangular paralelo a la base del pintor Val Ortego, que pese a sus dimensiones, 240 x 750 centímetros, se puede definir como un cuadro, nunca un mural. En una carta recibida del pintor comenta que el cuadro, por el sitio, lo veía como una abstracción, mientras que el arquitecto Fernando Bayo lo captaba como una obra figurativa. Al final se ha quedado en una impecable mezcla de obra figurativa y abstracta. Nos llama la atención que Val Ortego vea una abstracción como tendencia pictórica muy adecuada para un tanatorio, pues coincide con nuestro criterio de que, por ejemplo, una cúpula del Pilar podía ser un gran mural abstracto. Si el soporte es DM hidrófugo sobre bastidor y técnica mixta, el artista ofrece una serie de datos que conviene transcribir. Indica: <<Por eso, en este caso, no dudo que la parte figurativa ha de ser un elemento más de la composición. Opto por un grupo homogéneo en edad, casi teatral, de forma que el espectador no encuentre identificación personal con ninguno de sus componentes. Ese es todo el argumento, un acompañamiento al duelo que mantenga las distancias…Sólo conservo, deudor de su ubicación en el espacio arquitectónico, dos pequeños guiños ligeramente efectistas; uno, al trampantojo clásico, que sintetizo en un cambio tonal que compensa la asimetría de las piezas del tríptico, y, otro, al carácter político del muralismo americano, que me inspira una obra radicalmente aconfesional y civil>>. Los colores son muy suaves, nada exclamativos, pero con diáfanos contrastes entre fondos oscuros y áreas que resaltan. En el plano izquierdo figura una cambiante abstracción geométrica de impronta expresiva, móvil, que traza ámbitos enigmáticos quizá afines con el insoluble drama de la muerte. En el plano derecho se ofrece el mismo planteamiento, de modo que entre ambas áreas transcurre el espacio figurativo como gran plano dominante, que está exactamente integrado con dichas áreas en los costados. Pero existe un elemento, que vemos un acierto radical, capaz de unir los tres planos. Aludimos al rectángulo paralelo a la base, como si fuera el suelo de una habitación, que transcurre de lado a lado, con lo cual recorre todo el cuadro y unifica las zonas abstractas de los costados y el centro figurativo. A partir de aquí se puede hablar de figuras masculinas y femeninas en actitudes medio teatrales, como sugería el pintor, que sentadas, y una de pie intrigada por algo no visible, dialogan entre sí, parecen sufrir o, en tres casos, miran absortas, con naturalidad, el hermoso espacio abierto como si alguien levantara un telón para captar similares planteamientos abstractos que los planos de ambos costados.

Tanatorio, en definitiva, que marca un nuevo territorio por su capacidad de eliminar planteamientos muy dramáticos, hasta el punto que un matiz lejano envolvente por el uso espacial y cromático, esa racionalidad sinuosa, nos alivia el peso de toda muerte.

 
 
Manuel PÉREZ-LIZANO FORNS
Presidente de AACA

Fecha de Entrega: 29/06/2011
Fecha de Admisión: 29/06/2011


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