Número 8 | Septiembre de 2009
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La ilustración infantil en Aragón
 
 

Resumen:

Este artículo es un estudio preliminar de los libros infantiles ilustrados producidos en Aragón. Otros investigadores han abordado este tema desde el punto de vista de los estudios literarios o de las ciencias de la educación, pero aquí se ofrecen algunas consideraciones histórico-artísticas en relación al actual florecimiento de estas producciones artísticas en nuestra comunidad.


Abstract:

This article is a preliminary approach to the study of illustrated books for children  produced in Aragon. Other researches have tackled this topic from the point of view of literature studies or in the field of education sciences, but here are some art historical considerations regarding the present booming of these artistic productions in our community.

Palabras clave castellano: ilustraciones, libros artísticos, diseño
Palabras clave inglés: ilustrations, art books, design

     Dentro de los múltiples géneros de la ilustración el de la ilustración infantil es de los más creativos. Pero, de cualquier forma, también en este ámbito el ilustrador se encuentra con que su libertad se restringe ante una serie de condicionantes, la mayoría en relación con el aspecto comercial del libro (número y tamaño de ilustraciones, línea editorial,…) lo que podría llevarnos a pensar que las ilustraciones de un cuento no deben ser consideradas arte. Afortunadamente, si seguidamente reflexionamos sobre el limitado margen de creación que a lo largo de la historia han tenido muchos artistas sometidos a los requisitos impuestos por donantes, mecenas, marchantes y galeristas, amén de las restricciones derivadas de poderes políticos y/o religiosos y nos detenemos a disfrutar de las maravillosas imágenes que pueblan algunos libros para niños llegaremos a la misma conclusión que Sergio Lairla cuando afirma que en la literatura infantil y juvenil el fin último es el arte. (Lairla, 2006: 38)
O incluso llegar más lejos:
Un libro ilustrado por un artista relevante, bien editado y mejor impreso, puede funcionar, entonces, como una sala de arte. Y si un libro actúa como una pequeña galería, entonces, una buena biblioteca de libros ilustrados funciona como un museo. (Andricaín, 2005: 43) 
De hecho desde hace unos años algunos ilustradores infantiles ponen a la venta sus originales en galerías de arte y se llevan a cabo exposiciones con la ilustración infantil como protagonista. Concretamente en Aragón el Gobierno de la Comunidad organizó en 2004 la exposición “Me lo dices o me lo pintas” y la Universidad de Zaragoza ese mismo año otra titulada “Mira que te cuento”
Por otro lado, estudiosos e ilustradores se quejan de la falta de atención por parte de la crítica. De la casi inexistencia de análisis por parte de los profesionales de la crítica. En España son muy pocas las líneas que la prensa dedica al libro infantil, un género que, a pesar de las elevadas cifras que mueve, es tenido por los medios de comunicación como menor. Una excepción es el diario El Mundo, que en su suplemento semanal cultural tiene una pequeña sección de literatura infantil y juvenil, más enfocada a aspectos literarios que artísticos de cualquier forma.
En Aragón concretamente la sección de Artes y Letras del Heraldo en determinadas ocasiones se ha ocupado de la ilustración infantil gracias al interés en este terreno del director de dicha sección Antón Castro.
En general se puede decir que únicamente en Navidades, y con un fin claramente comercial, se presta atención a la literatura y la ilustración infantil desde los medios de comunicación. Pero, además, en estas ocasiones se suele escribir sobre aquellos títulos que por la fuerza de su sello editorial pueden ser líderes en venta.
Sin duda experimentamos un boom de la literatura infantil ilustrada y, sin embargo, sigue existiendo una laguna importante en la crítica seria de la ilustración infantil desde un punto de vista artístico.
Quizás, entre otros muchos factores, la falta de crítica en ilustración infantil se deba a la variedad de aspectos que confluyen en la misma. No sólo los relacionados con las características técnicas o formales de la imagen sino también aquellos que tienen que ver con lo literario, con la narratividad y la comunicación o con la pedagogía y el mundo de los valores educativos y el aprendizaje. Son varios los ámbitos desde los que se pueden abordar los cuentos infantiles y lo más habitual es hablar de ellos desde el literario o desde el educativo. Aparece así ese vacío de una visión de las ilustraciones desde la perspectiva de la crítica de arte.
Ocurre lo mismo en el campo de la investigación. La mayoría de los estudios dedicados al libro infantil procedentes del mundo universitario se centran en la pedagogía desde las Facultades de Educación, como los trabajos de Nuria Obiols en Barcelona, o en la literatura desde las Facultades de Humanidades, como las investigaciones de Rosa Tabernero en Huesca o de Silva-Díaz en Barcelona. Sin embargo los departamentos de Arte parecen, por ahora, menos proclives a ocuparse de la ilustración infantil.
En este sentido es muy importante el impulso que Rosa Tabernero, José D. Dueñas y José Luis Jiménez desde el Campus de Huesca están dando a la literatura infantil ilustrada con iniciativas como la de las Jornadas Contar en Aragón. Palabra e imagen en el discurso literario infantil y juvenil celebradas en 2004 en las que los ponentes eran estudiosos, maestros, autores y también ilustradores.
Las principales contribuciones a la crítica de ilustración infantil vienen desde revistas especializadas en literatura infantil como Babar, Lazarillo, Peonza y CLIJ. En dichas revistas se contemplan frecuentemente entrevistas a ilustradores y cada vez más a menudo reflexiones sobre la ilustración infantil. Son un buen foro para editores, libreros, autores, ilustradores y especialistas en la materia.
En este sentido es muy importante también la labor que vienen realizando tanto en difusión de literatura infantil como en el apoyo a la investigación instituciones como: el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil de la Fundación Germán Sánchez Rupérez, la Organización Española para Literatura Infantil (OEPLI), y el Instituto Cervantes.
Por otro lado es también fundamental para impulsar el libro infantil ilustrado en España la existencia de una serie de premios que otorgan las grandes editoriales, solas o en colaboración con instituciones públicas, como: el Certamen Internacional de Álbum Ilustrado Ciudad de Alicante, el Premio Internacional de Ilustración Fundación Santa María o el Premio Apel-Les Mestres. Pero, sobre todo, el Premio Nacional de Ilustración y el Premio Lazarillo de la Organización Española Para el Libro Infantil y Juvenil (OEPLI).
 

Cuestiones previas: la ilustración infantil y el álbum.

        … el choque poético que se establece entre una imagen y la palabra, es lo que llamaremos ilustración (Amargo, 2005: 37).

Cuando hablamos de ilustración resulta evidente que nos referimos a una imagen, pero lo que a menudo olvidamos es que para que una imagen sea ilustración ha de hacer referencia a un texto. Sin palabras no hay ilustración. La ilustración surge para traducir a imágenes por medio del dibujo o la pintura la necesidad de comunicar un mensaje. En este sentido la ilustración puede tener muy diversas funciones; explicar historias, facilitar la comprensión de un texto, simbolizar contenidos, provocar reflexión, crear opinión, impactar al espectador,…
Dos son los campos profesionales tradicionalmente de la ilustración: la ilustración publicitaria, incluyendo lo relacionado con el packaging, y la ilustración editorial. Aunque en los últimos años a estos se han añadido la imagen de animación y la realizada para creaciones digitales. Es obvio que en la ilustración publicitaria y en el diseño digital la libertad artística o creativa se ve muy condicionada por los objetivos comerciales del cliente. Será en el mundo editorial y en la animación donde el ilustrador puede trabajar desde una mayor libertad creativa.
Lo cierto es que muchos profesionales de la ilustración trabajan en varios campos simultáneamente para poder satisfacer sus necesidades económicas por un lado y sus necesidades artísticas por otro.
A su vez, dentro del ámbito editorial nos encontramos con diferentes géneros: el cómic, la viñeta y la tira periodística, la revista, la ilustración informativa, los libros de texto o manuales científicos con ilustración técnica, los libros de entretenimiento para adultos y para niños. Mi estudio se centra únicamente en el campo de la ilustración infantil, en el que el ilustrador puede desplegar sus recursos creativos con gran imaginación. Más concretamente, mi objeto de estudio no es el libro infantil ilustrado en general, sino un tipo de libro ilustrado en particular: el álbum ilustrado. Un cuento para niños con ilustraciones es un cuento ilustrado, pero para que, además, sea considerado álbum debe tener unas características específicas. La principal es la importancia de la imagen frente al texto y su mayor presencia física.
Un álbum ilustrado es una obra en la cual la ilustración es lo principal, lo predominante, pudiendo estar el texto ausente o con una presencia por debajo del 50% del espacio. (Escarpit, 2006: 8).
Tanto es así que en el ámbito anglosajón, donde el álbum ilustrado nace y donde alcanza mayor desarrollo hoy día, se le denomina picture-book.
Álbum: cosa llamada libro en la que el hilandero no sólo echa literatura al telar, sino que teje letras con dibujos. Unas y otras se entrelazan y casan estrechamente. Suelta las letras: sus maridos se caen. Suelta los santos y verás que soso. Más deshilachado quedaría el escrito, y casi no se entendería. (Francisco Meléndez).
 
        Pero a esto hay que añadir que el álbum cuenta también con una cuidada edición, generalmente en cartoné, con gran calidad de tintas, papel e impresión y un tamaño o incluso un formato destacado respecto al libro normal. Evidentemente todos estos requisitos vienen dados por su carácter de obra artística y redundan en un precio elevado cuando nos encontramos álbumes de calidad.
Los primeros álbumes infantiles aparecieron en los años sesenta pero hasta hace tan sólo veinticinco años seguían siendo algo poco habitual.
De hecho no existen estudios sobre ellos hasta los años ochenta y será realmente en los noventa y a principios de este nuevo siglo cuando hay una mayor preocupación por el tema en conferencias y congresos sobre literatura infantil y han empezado a aparecer artículos en revistas especializadas.
 
        En los últimos años se ha desgajado a partir de los libros ilustrados un nuevo género que es el de los pop-ups, los libros tridimensionales. Se trata de libros donde el contenido del texto pasa a un segundo plano o incluso a ser algo testimonial y el libro pasa al concepto de libro-juguete.
Especialmente durante la campaña de Navidad las estanterías de las librerías se llenan de estos libros desplegables que se convierten en trenes, castillos, submarinos, ciudades perdidas…. Se trata de libros de gran vistosidad que resultarían obscenamente caros si tuvieran que imprimirse en la Unión Europea, pero que pueden presentar precios competitivos ya que la práctica totalidad de ellos se imprimen en China y otros países del Asia Oriental. Hoy por hoy son el gran rival en el mercado de los libros ilustrados y pueden llegar a ser los causantes del fin del auge que viene teniendo este sector en los últimos año.
 
 
Ilustraciones infantiles en el contexto de Aragón
        Como señalábamos al comienzo de este artículo, un papel fundamental en el ámbito de la ilustración para niños lo tienen las editoriales, que no sólo influyen con sus condicionantes y requisitos en las características de las ilustraciones, sino que, además, tienen el poder de impulsar la presencia de la ilustración en el libro infantil o, por el contrario, relegarla a segundos planos. Por ello empezaré por hablar del mundo editorial aragonés en relación con el género infantil, para después pasar a hacer un recorrido por los ilustradores que se dedican a dicho género en Aragón en el momento actual.
        Aproximémonos al ámbito editorial de nuestra comunidad autónoma. Me parece oportuno dejar al margen a la editorial Edelvives, que, aunque es de origen aragonés, se trata de un gran grupo editorial marcado por intereses nacionales y, por tanto, poco representativa de lo que se está haciendo en Aragón. De hecho, sus mejores publicaciones en álbum infantil son traducciones de cuentos publicados e ilustrados en Inglaterra o Francia. Aunque Edelvives publica álbum de calidad no arriesga en productos novedosos ni en ilustraciones rupturistas.
         Son varias las editoriales en Aragón que publican álbum infantil de ilustradores aragoneses, ya sea de forma ocasional o dedicando alguna colección al mismo. Entre ellas: Mira, Xordica, Pirineos, Delsan, Prames, Marboré… En estos casos suele tratarse en general de libros muy cuidados en sus aspectos editoriales que apuestan por autores e ilustradores aragoneses. Incluso en muchas ocasiones de temática también aragonesa. Aunque podemos encontrarnos en estas editoriales con algunos álbumes excelentes, se trata de libros que no alcanzan más difusión que la de la comunidad autónoma debido a su temática y a tratarse de pequeñas editoriales a las que no les resulta rentable la distribución en otras comunidades para tan sólo unos pocos títulos.
         Imaginarium, la firma aragonesa de juguetes con tiendas franquiciadas en todo el mundo también se dedica desde hace unos años a publicar libros para niños, que fundamentalmente se distribuyen en sus jugueterías. En muchas ocasiones han apostado por ilustradores aragoneses y Javier Solchaga, Jesús Cisneros, Ana Lartitegui o Elisa Arguilé, por poner algunos ejemplos, han realizado algunos trabajos de gran imaginación y calidad formal para ellos. Los libros de Imaginarium se venden en toda España con la consiguiente difusión del trabajo de estos ilustradores aragoneses.
Sin embargo, en la actualidad, Imaginarium pasa por un proceso de expansión y se ha abierto a otro tipo de productos diferentes al juguete y el libro, posiblemente más rentables, y se ha alejado de la línea de originalidad e innovación que caracterizó a esta empresa en sus orígenes. En el campo editorial ese nuevo sentido práctico se manifiesta en el hecho de que Imaginarium se está decantado por libros que sean de fácil venta y ha optado por una línea de publicación pensada para contentar a los papas por su practicidad. Sus publicaciones son mayoritariamente cuentos para aprender a contar, libros de manualidades, de juegos, o de cocina para niños. Tan apenas publican cuentos literarios sin más pretensión que contar una buena historia.
        Apila Ediciones es un caso aparte. Me centro en esta editorial por varias razones. Por una parte el conocimiento que tengo de la misma por mi vinculación personal. Por otra el hecho de que es una editorial aragonesa que se dedica exclusivamente al álbum infantil y que trabaja mayoritariamente con ilustradores aragoneses. Pero, la causa principal es que Apila Ediciones no se trata únicamente de una editorial aragonesa dedicada al álbum infantil ilustrado sino que, además, es una asociación cuyo objetivo es el de promocionar a ilustradores aragoneses noveles, dar la oportunidad a nuevos ilustradores de ver publicado su primer cuento.
         Esta editorial nació en mayo de 2007 en el seno de la Escuela de Arte impulsada por tres de sus profesores y en prácticamente dos años lleva publicados diez títulos. Su distribución está en fase de crecimiento y, de momento, se realiza por el Valle del Ebro, País Vasco, Comunidad Valenciana, Madrid y Castilla-La Mancha. Apila Ediciones mantiene una línea editorial basada en la publicación de cuentos de entretenimiento en los que valores o contenido pedagógico se encuentran en segundo término y en los que tanto las ilustraciones como las historias son sencillas y de fácil comprensión, pensando más en los niños que en los adultos que compran los cuentos. Aunque sin olvidarles, por lo que dobles sentidos o guiños a los adultos están presentes en los textos y en las imágenes.
        Willi, el perro casi verde, fue el primero de los cuentos publicado por Apila y también el primer trabajo profesional del ilustrador Eduardo Flores. Dedicado a la enseñanza de técnicas de ilustración y dibujo artístico en la Escuela de Arte. Eduardo Flores comenzó su andadura en la ilustración infantil creando un personaje ingenuo y tierno, un perro verde que debido a un enamoramiento pasará a ser rojo y finalmente a ser el definitivo perro casi verde, llamado así por su nariz roja. El cuento y el personaje pronto alcanzaron popularidad entre los niños aragoneses y surgieron otras historias con Willi como protagonista. Tres títulos más integran la colección de las aventuras de Willi: Willi en Zaragoza. El gran enigma, El gran viaje de Sir William Dogg y Willi en las ferias. Todos ellos ilustrados por Eduardo Flores y publicados en Apila.
        Flores ha utilizado para esta serie la acuarela, el guache y, en algún caso, el collage. Sus personajes están dotados de la gran fuerza expresiva que les proporciona el protagonismo de una línea enérgica que encierra formas de colorido vibrante.
        A lo largo de los cuatro títulos de la colección se puede hacer un seguimiento de la evolución del ilustrador hacia composiciones más complejas con mayor peso de los escenarios, más presencia de planos panorámicos y mayor detallismo. Formas simples, explosión de colorido y trazo vigoroso son las claves de su ilustración que parece, en este sentido, heredera del cartelismo de fines del XIX y principios del XX y de las vanguardias del color. Eduardo Flores ha recuperado con sus cuentos la ingenuidad y la frescura de las ilustraciones clásicas para niños sin renunciar a la calidad artística.
        Entre el resto de los títulos publicados por Apila Ediciones de ilustradores que comienzan su andadura en este resbaladizo terreno del cuento infantil hay una gran variedad de estilos y técnicas, sirviendo de muestrario de la variedad en la ilustración infantil en Aragón en el momento presente. Con Cruif, el lápiz naranja, nos encontramos, por ejemplo, con el caso de un ilustrador, Rubén Bellido, llegado del mundo del diseño gráfico y con unas ilustraciones realizadas conjugando sabiamente los últimos programas informáticos con los tradicionales lápices de colores.
También del mundo del diseño gráfico proviene Carlos Velázquez, ilustrador de Una princesa en motocicleta que utiliza de manera evidente el ordenador junto con las témperas, el collage y el fotomontaje en 3D creando imágenes que sorprenden por sus deliberados contrastes y por su sentido del humor. El escondite de Mocasín se trata de un cuento dirigido a niños de corta edad que ha encontrado el complemento ideal en las tiernas imágenes de la joven pintora Yolanda Nuño.
        También para la ilustradora freelance María Felices Juanito el Oso es el primer libro ilustrado para niños. Una leyenda tradicional adaptada a los nuevos valores de nuestra sociedad y un despliegue de imaginación en sus composiciones en unas ilustraciones realizadas en gran medida mediante el trabajo con ordenador. 
Un ejemplo totalmente diferente es el gran trabajo realizado por el fotógrafo Mario Ayguavives, que crea con Photoshop un mundo sugerente para ilustrar historias fantásticas de botas de tacón, babuchas o zapatillas en Zapatario.
        Es innegable el impulso que supone Apila Ediciones para la ilustración infantil en Aragón. Seis ilustradores aragoneses han visto ya publicado su primer trabajo en ilustración infantil gracias a esta editorial que se mantiene como asociación sin ánimo de lucro gracias a las ventas de los cuentos y a subvenciones institucionales.
        Al comienzo del artículo planteaba la posible existencia en la actualidad de una edad dorada de la ilustración infantil en Aragón. Esta idea que puede parecer una simple impresión desprovista de rigor se convierte al profundizar en el conocimiento de los ilustradores aragoneses actuales y al analizar su obra en una tesis que puede mantenerse en pie. Aunque mi ensayo pretende hacer una aproximación al panorama del álbum infantil aragonés en la actualidad, sería impensable no dedicar un espacio a un ilustrador que trabajó a fines de los 80 y principios de los 90 y que puede considerarse el padre de la ilustración infantil en Aragón; Francisco Meléndez. Hay un antes y un después de Francisco Meléndez en la ilustración para niños.
 
        En el mundo de la ilustración infantil en Aragón hay claro un punto de partida; la obra de Francisco Meléndez. Meléndez fue el soplo de aire fresco que renovó por completo la ilustración infantil en los años 80. Se trata de una figura de vital importancia no sólo en el ámbito de nuestra comunidad autónoma sino a nivel nacional. Sus libros fueron una auténtica provocación para la ilustración para niños basada en imágenes tiernas, rostros amables, personajes ingenuos y composiciones simples.
Francisco Meléndez es un hito dentro de la ilustración infantil española que merecería por sí mismo un estudio intensivo. Sin embargo, el objeto de este artículo es mostrar una visión amplia del álbum infantil en Aragón, por lo que, con gran dolor de corazón, me limitaré a hacer una breve reseña sobre su figura.
        Nacido en Zaragoza en 1964, a los quince años dejó los estudios e ingresó en una escuela militar como corneta, donde apenas duró unos meses. De formación autodidacta, Francisco Meléndez comenzó a ilustrar libros en 1983. En aquellos años realizó varios trabajos como ilustrador gráfico para diferentes instituciones aragonesas, muchos de ellos para la Universidad de Zaragoza. En 1987 le fue concedido el Premio Nacional de Ilustración por "la Oveja Negra y Otras Fábulas" de Augusto Monterroso.
Meléndez se estrenó en el álbum infantil con El Verdadero Inventor del Buque Submarino. Este libro no sólo supuso una nueva forma de entender la ilustración infantil, sino que, además, introdujo la idea del libro-objeto, presente hasta entonces únicamente en la edición para adultos, en el universo del libro infantil.
        A esta publicación siguieron las de otros libros que seguían las mismas premisas, auténticos objetos artísticos de cuidada edición: Leopold, La Conquista del Aire, El Peculiar Rally París-Pekin, El Viaje de Colonnus. Evidentemente la calidad de sus trabajos no pasó desapercibida y recibió varios premios, incluyendo una mención al libro mejor editado en Liber 90 por El Verdadero Inventor del Buque Submarino, el Premio Nacional de Ilustración por segunda vez en 1992, y la Medalla de Plata en la Exposición Schöntes Bücher Alles Welt de Leipzig. Sus últimas ediciones llamaron la atención de editores internacionales como Harry N. Abrams de Nueva York para ser publicadas en el mercado norteamericano.  A partir de principios de los 90 la figura de Meléndez como ilustrador se diluye sin dejar rastro, desaparece como si se tratara de uno de sus enigmáticos personajes. Actualmente desempeña un trabajo que no tiene que ver con el mundo editorial y permanece en un intencionado anonimato. En cualquiera de los libros citados podemos admirar su destreza en el dibujo, su calidad técnica y su absoluta genialidad creativa. Su trabajo le vincula con el polifacetismo de los humanistas ya que Meléndez creaba y escribía sus historias, las caligrafiaba aportándoles un toque de tradicional calidad, las ilustraba y diseñaba y maquetaba los libros.
        Las imágenes de Meléndez no permiten al lector quedar impasible. Están repletas de narraciones paralelas que llevan al lector a ser espectador de un alarde de ingenio que le transporta a mundos extraños, complejos y fantásticos poblados por estrambóticos personajes. La fuerza de su dibujo preciso y minucioso, la utilización del dibujo a pluma y el grabado, su sentido caricaturesco de sutil humorismo, su estética barroca llena de referencias clásicas… Todos esos ingredientes hacen que su estilo sea realmente personal, en el mejor de los sentidos.
 
        Es amplio el elenco de ilustradores aragoneses que trabajan en ilustración para niños de forma continua o bien que han hecho alguna incursión en este terreno tan gratificante para un ilustrador. Intentaré citar los más destacados por la calidad de su trabajo.

 

-ARAGÓN, Alberto. El ilustrador del Heraldo de Aragón se ha estrenado recientemente en ilustración infantil con Jorge y las Sirenas de Antón Castro (2009, Marboré).Con una ilustración naturalista pero onírica al mismo tiempo y con gran capacidad de narratividad.
-ARGUILÉ, Elisa. Se trata de una ilustradora muy versátil que se reinventa a sí misma en cada libro. Mantiene una fructífera relación profesional con Daniel Nesquens. Escritor e ilustradora han realizado muchos trabajos juntos, especialmente para la editorial Anaya. Muy destacable es, por ejemplo, el libro juvenil Hasta casi cien bichos. Elisa Arguilé ha recibido en estos últimos años varios premios de gran importancia. El primero de ellos fue en el año 2002 con el álbum Sombras de manos, que obtuvo el Primer Premio en el Certamen de Álbum Ilustrado Ciudad de Alicante, y el más reciente ha sido en el 2008 el Premio Junceda de Ilustración, en la categoría Junceda Ibèria, por las ilustraciones del cuento Puré de guisante. Pero el trabajo más premiado de Elisa Arguilé es, sin duda, Mi familia, escrito por Daniel Nesquens. Las ilustraciones de este singular libro recibieron en el 2006 el Premio de Ilustración Daniel Gil de Diseño Editorial y en el 2007 el Primer Premio Nacional a las Mejores Ilustraciones de Libros Infantiles y Juveniles.Con su último álbum, El león Kandinga, de Boniface Ofogo, ha conseguido establecer una comunicación entre una historia tradicional africana y la cultura visual occidental.
-BAUTISTA, Silvia. Ha publicado varios álbumes de estilo colorista e ingenuo como Adivina quién soy (2002, Imaginarium).
-CANO, José Luis. El ilustrador y dibujante de viñetas periodísticas Cano trabaja desde hace tiempo en el ámbito de la ilustración infantil en la colección Xordiqueta de la Editorial Xordica dedicada a biografías de personajes celebres aragoneses. En sus imágenes consigue mezclar sin estridencias dos facetas suyas muy diferentes, la de dibujante de caricatura y la de pintor.
-CISNEROS, Jesús. En el terreno de la ilustración infantil comenzó publicando Marieta y el álbum El castillo de irás y no volverás. Pero el reconocimiento le llegó con Papá tenía un sombrero que fue  Premio al mejor Álbum Ilustrado Ciudad de Alicante y sobre todo con el premio Lazarillo 2007, que otorga la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, a su cuento Ramón, al que nos dedicaremos a continuación. En 2008 fue uno de los artistas seleccionados para exponer en la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia. Sus últimas publicaciones han sido La Cigüeña, editado con motivo del Día del Libro. .
-FERRER, Isidro. A lo largo de su carrera ha sido objeto de numerosas exposiciones y ha recibido importantes premios como el Premio Nacional de Diseño en el 2002 y el Premio Nacional de Ilustración en el 2006 por el libro de Grassa Toro UnaEntre sus más de treinta publicaciones habría que destacar entre los dirigidos al público adulto: El libro de las preguntas: un poema de Pablo Neruda, y entre los destinados a los niños Piedra a Piedra de P. Álvarez o La mierlita de A. Rubio. Pero sobre todo, dentro del panorama aragonés, hay que citar el cuento de Fernando Lalana Te quiero Valero; una auténtica explosión de color que consigue acercar al público infantil el arte de las vanguardias. En la actualidad goza de un enorme prestigio en el mundo del diseño avalado por la calidad de su trabajo como diseñador gráfico y publicitario. casa para el abuelo.
-FLORES, Eduardo. Profesor de Técnicas de Ilustración de la Escuela de Arte, editor e ilustrador.
-GAMÓN, Alberto. Más dedicado a la ilustración publicitaria, sin embargo, hace alguna incursión en el álbum infantil como el maravilloso trabajo de Operación J de Daniel Nesquens (2003, Editorial Diálogo). En él queda patente su estilo personal en deuda con el ilustrador Miguel Calatayud, a través del que Gamón llegó a Picasso, su gama de colores verdosos y terrosos característica y sus personajes que parecen haber quedado encerrados en una arquitectura deconstructivista.
 -GONZÁLEZ LARTITEGUI, Ana. Son numerosas sus publicaciones en colecciones de bolsillo para niños del tipo de Ala Delta de la editorial Edelvives o el Barco de Vapor de la editorial SM. También ha publicado varios álbumes entre los que destacan La carta de la señora González, con el que consiguió el Premio al Mejor Libro en la Feria Internacional de LIJ de México (2000), y El rastro del gigante, publicado por el Gobierno de Aragón. Ambos cuentos, escritos por el autor aragonés Sergio Lairla con el que existe un gran entendimiento profesional, son significativos ejemplos de literatura e ilustración metaficcional para niños.
Desde hace algunos años además de continuar con su tarea de ilustradora se dedica al estudio de libros infantiles participando en jornadas o conferencias sobre el tema y ha coordinado las exposiciones colectivas de ilustración en Aragón Mira que te cuento (2004) y Adivina adivinanza (2006).
-GUIRAO, David. Ilustrador polivalente que en su faceta de ilustrador para niños no se desvincula de la estética del cómic que le caracteriza. Su último trabajo en este campo es Turiaso Jones (2009, Fundación Tarazona monumental), planteado como libro para jugar y obra colectiva del estudio de diseño Zummum.
-LERA, Chema. Ilustrador que no se caracteriza plenamente por su trabajo para niños. Sin embargo, su libro Bestiario Ilustrado (2008, Prames) es uno de esos casos en los que el destinatario puede ser tanto un niño como un adulto y cuyas ilustraciones son atractivas para ambos tipos de público. Opta por una recreación de la estética de las miniaturas medievales para ilustrar un libro acerca de varios monstruos y bestias de la escultura arquitectónica del Aragón medieval. Con un gran colorido y la fuerza expresiva de la línea gruesa del dibujo.
-PÉREZ DE ARTEAGA, Miguel Ángel.   Diseñador gráfico y socio de la empresa zaragozana de diseño gráfico y publicidad Batidora de Ideas. Dicha empresa ha editado dos cuentos para niños, no exactamente álbumes, de pequeño formato pero encuadernados en cartoné y con gran calidad. La originalidad prima en unas ilustraciones donde se sirve del collage, de los objetos e incluso de los bordados tradicionales para contar sus mini historias. A soñar con los angelitos (2004, Batidora de Ideas).
-SANTOS, Antonio. Escultor, pintor e ilustrador que escribe sus propios textos. Recibió el premio Daniel Gil con su primer cuento ilustrado, ¿Con la cebra que pasó? (2003, Editorial Sinsentido). Su segundo álbum, Pancho,  (2003, Kalandraka) fue galardonado con el segundo puesto del Premio Nacional de Ilustración Infantil. Su último trabajo de ilustración infantil es Hambre canina (2008, Nostra ediciones), el relato de tres perros que no tienen qué comer y que cuando hallan un hueso, no saben muy bien qué hacer, sobre todo no saben compartirlo.
-SOLCHAGA, Javier. Su ilustración se crea a partir de la fotografía de personajes diseñados como pequeñas esculturas y realizados con materiales de reciclaje, lo que le confiere un estilo muy personal. Ejemplos de sus divertidas creaciones son: Construye tu propia granja (2002, Imaginarium) y la colección “Recicla y construye” (2004, Anaya). Aunque el libro que más se aproxima a la idea del álbum ilustrado por la narratividad es La princesa de Trujillo (2006, Oqo).
-VELA, David.   Aunque no ha trabajado estrictamente en álbum infantil este versátil ilustrador ha realizado dos interesantes trabajos de ilustración infantil para la colección Larumbe Chicos de Prensas Universitarias, colección destinada a acercar los clásicos a los más pequeños. En esta colección ha ilustrado: Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer (2006) y Greguerías de Gómez de la Serna (2007). Su estilo se vincula en ocasiones de forma irremisible con la estética de Tim Burton, mientras que, en otras, presentimos el mundo onírico de Frida Khalo o la rotundidad del muralismo mexicano. 
        Hasta aquí una muestra de ilustradores nacidos en Aragón y que además viven y trabajan aquí. A estos habría que añadir algunos ilustradores que a pesar de ser nacidos en Aragón han visto más oportunidades para desarrollar su carrera fuera de nuestra comunidad, en Barcelona o Valencia principalmente. Entre ellos se encuentran, por un lado, ilustradores que ya han alcanzado un merecido prestigio a nivel nacional y que publican con editoriales también de ámbito nacional, como Tassies o Javier Sáez Castán. Y por otro, ilustradores no tan conocidos, como David Maynar que trabaja en Barcelona como freelance, pero que, sin embargo, sus trabajos en álbum infantil han sido hasta ahora para Gobierno de Aragón e Imaginarium (con sede editorial en Zaragoza), o como Eva Garcés que, en Valencia, se dedica sobre todo a la pintura y que cuando ha publicado álbum infantil lo ha hecho con editoriales aragonesas.
         El caso inverso, ilustradores de fuera de nuestra comunidad que se hayan instalado aquí para desarrollar su trabajo, no parece darse por el momento. Quizás, al gran potencial humano de nuestros ilustradores de calidad artística no le acompaña un mercado laboral potente para este sector ni una inversión pública en ayudas a la edición de propor-ciones adecuadas.
 
 
 
        Como colofón, cabe hacer una pequeña mención al importante papel que desempeña la Escuela de Arte de Zaragoza como impulsora de la ilustración en Aragón. (Dejando al margen la ya comentada labor editorial de Apila en su seno). En la Escuela se desarrolla el Ciclo de Técnico Superior en Ilustración por el que han pasado profesores de la talla de José Luis Cano, y en el que se han formado muchos de los principales ilustradores actuales como Silvia Bautista, Alberto Aragón, Alberto Gamón o Jesús Cisneros. Es, también, el lugar se forman la mayoría de los jóvenes aragoneses que aspiran a dedicarse profesionalmente a la ilustración.
         Además desde la Escuela se programan actividades como los ciclos de charlas “¿Café sólo o ilustrado?” que sirve de punto de encuentro de ilustradores profesionales y estudiantes o público interesado en el tema, donde se comparten experiencias, métodos y técnicas de trabajo, etc. y se celebran exposiciones abiertas a la sociedad aragonesa relacionadas con esta disciplina artística.
 
 
El planteamiento inicial de este ensayo era estudiar el estado de la ilustración infantil actualmente en Aragón.
En ese sentido apuntábamos desde el principio la percepción de algunos críticos, compartida por los propios ilustradores, de la existencia de un momento dorado de la ilustración aragonesa.
Después de hacer una selección de ilustradores infantiles aragoneses, de seguir su carrera profesional, recopilar y conocer sus obras, y compararlas con el panorama nacional e internacional actual mi opinión personal coincide con esa visión optimista de la ilustración en Aragón. 
Aunque habría que hacer ciertas matizaciones.
 
·         No cabe hablar de una generación excelsa de ilustradores ya que se trata de artistas que abarcan desde la generación de Oliver y Benji, nacidos en los años 70, hasta la madurez de dibujantes como José Luis Cano.
 
·         No hay una homogeneidad de estilos o unas premisas comunes respecto a lo formal en cuanto a técnicas o a características estéticas. A pesar de que, en ocasiones, se puedan apreciar ciertas influencias mutuas, como la de Isidro Ferrer, por ejemplo, en Alberto Gamón.
 
·         Tampoco mantienen un pensamiento común o unos criterios similares acerca de lo que es o debe ser la ilustración infantil. Hay quien, como Elisa Arguilé,  ni siquiera cree que debiera hacerse la distinción entre ilustración infantil o adulta.
 
·         La mayoría de los ilustradores que se dedican a la ilustración infantil en Aragón se conocen entre sí, coinciden en muchas ocasiones en jornadas, ferias o distintos eventos relacionados con su ámbito profesional. Algunos incluso mantienen una relación de amistad. Pero no existe una identidad de grupo.
 Lo que curiosamente sí que se da entre ellos es un enorme respeto y admiración por el trabajo de los demás.
 
En conclusión, no podemos hablar de una generación de ilustradores aragoneses ni tampoco de un grupo, en el sentido artístico.
 
De cualquier forma, la calidad del trabajo de nuestros ilustradores en el momento actual es algo más que una realidad subjetiva percibida por los entendidos del tema dentro de nuestra comunidad. Las revistas especializadas dedican numerosos artículos a hablar de ellos destacando su importancia dentro del panorama nacional, cada año cuentan con una mayor presencia en la Feria de Bolonia y varios de ellos han recibido importantes premios y reconocimientos dentro y fuera de España.
 
No cabe duda de que, efectivamente, la ilustración infantil en Aragón pasa por un momento dorado. Y, lo que todavía es mejor, podemos prever, a la vista del trabajo de jóvenes ilustradores que están empezando ahora a publicar o que están formándose y esperando su primera oportunidad, que el futuro será igualmente de gran calidad.
Este artículo ha sido sólo una aproximación al tema. Muchos cuestiones han quedado pendientes de análisis. Queda pendiente, por ejemplo, un estudio a fondo de la figura de Francisco Meléndez.
En un momento en el que desde la Facultad de Educación de Huesca se está llevando a cabo un esfuerzo por parte de gente como Rosa Tabernero para el conocimiento de nuestra literatura infantil y se apuesta para el curso que viene por un curso de posgrado sobre literatura infantil y juvenil, merece la pena sumarse a estas iniciativas y ahondar en el estudio de la ilustración infantil desde el punto de vista de la Historia y la crítica del Arte.
En definitiva, queda la puerta abierta para una investigación desde el ámbito universitario más exhaustiva que diera a la ilustración infantil la consideración artística que hasta ahora tan apenas ha tenido.

 

 
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Raquel GARRIDO
Profesora de Hª del Arte, Escuela de Arte de Zaragoza

Fecha de Entrega: 10/09/2009
Fecha de Admisión: 28/09/2009


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