Número 60 | Septiembre de 2022
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Entrevista a Carmen Terreros
Premio AACA 2021 a un destacado espacio expositivo sobre arte contemporáneo
 
 

Carmen Terreros, historiadora del arte y crítica cultural, ha colaborado con las secciones de cultura de varios medios y ha estado vinculada con propuestas editoriales como el proyecto CAI 100. En el año 2004 fundó la galería Carmen Terreros en la Plaza de Santa Cruz, en pleno centro de Zaragoza, lugar de encuentro de numerosos artistas noveles. Tras un intervalo, retomó el proyecto de la galería en septiembre de 2020 en la calle San Félix, con la idea de ofrecer una idea más transversal del concepto de obra de arte, incluyendo no solo pintura y escultura, sino también dibujo, grabado, fotografía, joyería, diseño industrial o, incluso, criptoarte.

 

Enhorabuena por el merecido galardón, ¿cómo os sentisteis al recibirlo?

Sobre todo muy agradecidos, como tiene que ser y más si se tiene en cuenta quién concede el premio, la AACA, ya que el criterio de colegas historiadores es para mí de gran importancia, respalda mi trabajo.

La galería plantea un acercamiento profundamente interdisciplinar al arte, ¿por qué apostasteis por esta orientación?

Porque consideramos que el arte es un concepto amplio, con una interpretación amplia y que existen disciplinas clásicas que perfectamente pueden coexistir con otras igualmente museables. Hace unos días tuve la posibilidad de visitar en el Guggenheim de Bilbao la exposición “Motion autos art architecture”, comisariada por Norman Foster, premio Pritzker de Arquitectura en 1999. Una exposición donde los coches, con su diseño estético y por supuesto mecánico, se presentan en salas en armonía expuestos junto a una estupenda selección de piezas de grandes artistas como Constantin Brancusi, Le Corbusier, Sonia Delaunay o Victor Vasarely y ofrecen una interpretación amplia, conexa y muy interesante de distintas disciplinas artísticas que las relacionan con las máquinas y ofrecen conexión con  el contexto artístico en el que se gestaron.

A lo largo de 2020 y 2021 habéis realizado varias exposiciones que se han constituido como claves para el panorama cultural aragonés, a pesar de haberse inaugurado en un momento de dificultades sanitarias, ¿cómo habéis vivido el proceso del coronavirus COVID-19? ¿Ha sido difícil para el desarrollo de vuestras actividades?

Rotundamente sí. Ha sido muy complicado. Figúrate que empezamos las obras del local en febrero del 2020 y en marzo nos confinaron. En el momento más complejo, de mayor incertidumbre social, económica y por supuesto sanitaria, iniciaba una andadura empresarial. Por ejemplo, inauguramos la galería convocando a los medios de comunicación en streaming… Fue una época de mascarillas, limitaciones de horario de apertura, de concentración de personas... No obstante, se suplieron esos contratiempos con mucho esfuerzo y sobre todo con mucho empuje e ilusión, sin olvidar la innovación que supone el ámbito digital.

¿Cuál es el punto común que dirías que mantienen todos los artistas representados por la galería?

Espero que no suene prepotente, pero el punto en común que todas las exposiciones tienen es mi gusto particular, mi criterio personal. Difícilmente puedo defender a un artista si no estoy convencida, si no me enamora lo que hace. El monte es muy amplio para vallarlo, el concepto de arte también, pero la criba que se hace es esa, una selección personal basada en diferentes puntos: que sea un trabajo serio, bien realizado, ejecutado, que me guste y que crea que puede resultar interesante al público de mi ciudad. No olvidemos además el carácter comercial, que esté en un rango vendible. Aunque tengo que confesar que en la galería se pueden encontrar piezas de precios muy diferentes.

¿Cuál piensas que es el papel más destacado que juegan las galerías dentro de la vida cultural aragonesa?

No puedo hablar en general por todas las galerías, pero desde nuestro punto de vista, la Galería Carmen Terreros busca ser un escaparate, más aún, un puente entre el artista vivo y el visitante o cliente. A nosotros nos interesa ofrecer obra que es coetánea y que puede estar creada en nuestro territorio cercano o también en otros lugares lejanos o, incluso, en otros países. Buscamos ofrecer una visión diversa, que se complementa, de distintas tendencias artísticas que conviven y son actuales. Y por supuesto que la galería sea un lugar vivo y dinámico en el que tengan cabida debates, presentaciones y proyecciones referentes al panorama artístico.

¿Crees que la crítica de arte y el sector artístico se encuentran lo suficientemente cerca en los últimos años?

Creo que la crítica de arte está sujeta o supeditada a algunos condicionantes que limitan su oficio, en concreto a la importancia o la cobertura que se le da en medios escritos o visuales. En ocasiones una reseña artística sirve para poner cierre a un parte de noticias, o para dar una “visión intelectual” a un medio. Si se diera verdadera importancia a la cultura, a difundir y preservar nuestro patrimonio, a potenciar a artistas creadores de nuevas tendencias, a poner en valor las galerías que arriesgan un capital en acercar el arte y fomentar su desarrollo, sinceramente creo que sería la misma sociedad la que lo demandaría. Dicho esto, creo que es fundamental el papel del crítico de arte, porque ofrece una visión cualificada, aunque subjetiva, del panorama artístico. Es un guía fundamental para el público en general, que en ocasiones no está formado.

En tu opinión, ¿existe una creciente valoración social del arte y del patrimonio cultural?

Desde mi punto de vista como galerista si por “creciente valoración social del arte” entendemos que hay salas concurridas en galerías y museos o la constación de que existe una creciente y fomentada educación en humanidades… la respuesta cae por su propio peso. Para aquellos que consideran que la cultura es algo “prescindible” en términos económicos, les apremiaría a que la consideren en su forma absoluta, también económica, ya que las Industrias Culturales suponen un 2,5 % del PIB en España.

No obstante, creo que todos los que nos dedicamos a ofrecer, crear, cultivar, preservar arte y patrimonio, tenemos una labor de “educadores sociales”, no nos podemos limitar a ejercer meramente una actividad económica, porque estamos trabajando con arte y ese hecho trasciende lo meramente comercial. A veces, la celeridad de nuestros tiempos, el pragmatismo social, no nos deja tiempo para deleitarnos en el rico patrimonio histórico-artístico que tenemos, en cuestiones como su belleza.

¿Qué puedes adelantarnos sobre la programación expositiva de la galería para el segundo semestre de 2022 e inicios de 2023?

Que va a ser tan ecléctica e interesante como las anteriores, se van a ofrecer artistas nacionales e internacionales y se va a seguir planteando esa línea colaborativa e interdisciplinar del arte. Arrancamos el 7 de septiembre con un artista cubano, Alan Lacke y tendréis como siempre toda la información precisa de lo que se ofrece en la web de la galería (www.ctagaleria.com)

Julio GRACIA LANA
Secretario de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte, miembro de AECA y AICA

Fecha de Entrega: 02/09/2022
Fecha de Admisión: 20/09/2022


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