Isabel Biscarri: Esto es libro

El 13 de enero, Biblioteca de Aragón en Zaragoza, Isabel Biscarri (Zaragoza, 1960) inauguró una exposición de escultura distinta y extraordinaria, con refinamiento fuera de la norma, como homenaje, según indica su autora, al fallecido pintor mexicano Alberto Gironella, que no supo entender la vida sin la lectura, que le acompañó de modo tan incansable e implacable como la pintura.

Estamos ante esculturas de papel, incluso fotografías, tal como se indica en el catálogo, enfrentadas en obvia paradoja a imágenes de columnas reales deconstruidas por el lenguaje fotográfico. Primera exposición realizada mediante algunos libros y, sobre todo, catálogos y revistas. Con materiales tan delicados realiza columnas, capiteles y formas abstractas de dispares tamaños e inusitada variedad sensible, delicada, que configuran un conjunto artístico repleto de imaginación y belleza, con el aliciente de que los textos y los colores de libros, catálogos y revistas contribuyen a la complejidad visual y cromática, pues no olvidemos que en cada escultura es factible captar lo sugerido al estar cada hoja separada por mayor o menor distancia. Todo se aromatiza de cierta indescriptible fragilidad que aletea inmóvil por doquier, como si lo fugaz dominara sin posibilidad de cambio. La natural geometría dominante colabora en la complejidad formal, siempre al servicio de imágenes, tanto abstractas como figurativas, que potencian la generalizada quietud como muy positivo atributo.

Exposición diferente, con derroche de trabajo, como indiscutible sorpresa al toparnos con una artista que de múltiples hojas, siempre papel, han emergido obras de arte.


Héctor Puértolas: Orígenes

En la Sala CAI Barbasán, de Zaragoza, se inauguró, el 20 de enero, la exposición Héctor Púertolas. Orígenes, correspondiente al pintor y escultor nacido en Zaragoza el año 1988.

A objetar aquellos cuadros con derroche de texturas, nunca dominadas, y la incorporación de otros elementos en una suerte de aquí todo sirve. Las obras tipo Conducto de un rostro, H2o y Cosmos. Desierto, todas de 2010, viven como el perfecto ejemplo de esa impecable combinación entre los fondos espaciales, con altas dosis de azar e imaginativas por profundidad y campo formal, y el movimiento generalizado de una bella geometría, tan poética, que contrasta con dichos fondos. Ámbito racional y dosis irracional.

Sobre las esculturas ninguna conclusión por su escaso número. Dominio del volumen, sin duda, y simplificación formal al servicio de una idea temática.


Dibujos de Alejandro Silván

En la zaragozana galería Carolina Rojo, se inauguró, el 24 de febrero, la exposición del arquitecto Alejandro Silván Castiella (Zaragoza, 1980), con estudios en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad de Navarra. Junto con su trabajo profesional, desarrolla proyectos fotográficos que, tras un estudio y proceso creativo, han derivado en su primera exposición individual mediante dibujos de pequeño formato a mano alzada de limpio trazo y siempre con rotulador.

Exhibición titulada X.Y.Z., con sugerente instalación afín a los dibujos, que enlaza con obras como apuntes volumétricos y arquitectónicos. El arquitecto, en plena pared, escribió el siguiente texto:

El proyecto expositivo se entiende como un todo, un conjunto de apuntes volumétricos y arquitectónicos de trazo sencillo y limpio colocados a lo largo del espacio creando una perspectiva más.

Sacado el dibujo del papel y trasladado a la sala se incluye al espectador en esta instalación formando parte importante de la perspectiva volumétrica de la galería.

El muy considerable número de dibujos sobre fondo blanco, se caracterizan por una imaginación electrizante, siempre al servicio de escuetos y cambiantes panoramas urbanos con el rascacielos como gran protagonista. A sumar las perspectivas infinitas con calles que jamás acaban, pura invitación para caminarlas, y edificios a vuelo de pájaro que se traducen en formas extrañas de total atractivo. La línea en estado puro, siempre la línea, abraza cualquier sentimiento neutro para transformarlo en un estado de atracción constante. Lo dicho como evidente simplificación nuestra. Desde un ángulo creativo nada que objetar, por supuesto, pero sería aconsejable que en la próxima exposición incorporara obras de mayor formato, con el simple objetivo de ampliar su espectacularidad hasta grados impredecibles.


Eduardo Cebollada. Naturaleza Infinita

En la Universidad de San Jorge, Facultad de Comunicación, se inauguró, el uno de marzo y con prólogo de la conocida pintora y grabadora Silvia Pagliano, la exposición Eduardo Cebollada. Naturaleza Infinita, que corresponde a un artista con definida trayectoria desde su reciente dedicación pictórica. Exhibición comisariada por Patricia Aliaga Lorente.

Los cuadros de Eduardo Cebollada tienen esa definida unidad inquebrantable dentro de su abstracción con dosis expresivas. Al hermoso y cambiante color, oscilando entre lo lírico y lo férreo, cabe añadir la impecable combinación de los muy irregulares planos que trazan todo tipo de formas unidas por su constante movimiento a la búsqueda de cualquier frontera para romperla, para hacerla suya y crear otros inquietantes ámbitos. Formas invasoras crujiendo entre alteradores espacios.


9º Premio de Pintura Delegación del Gobierno en Aragón

Premio inaugurado en el Museo Ibercaja Camón Aznar el 18 de marzo, que, que en la línea de otros, permite sacar alguna conclusión. En principio, como realidad detectada hace escasos años en otros premios, cabe sugerir que de los 27 cuadros vistos en el catálogo sólo José Ramón Magallón Sicilia es abstracto, uno de mis pintores preferidos en Zaragoza, con obra excepcional basada, de forma consciente, en la geometría euclidiana y el añadido de otros temas. En Zaragoza, antaño, los artistas abstractos y los figurativos iban, en cuanto a número, más o menos igualados. La abstracción, sin duda, estaba más presente. Ni de lejos dudamos sobre la eficacia y el conocimiento artístico del jurado, pero el cuadro premiado, Humedad en el aire, de María José Laplana Galindo, es, tal como está resuelto, una simpleza total, con los cuatro niños sentados en bañador sobre fondo abstracto para crear un evocador espacio. Ya sabemos que existen numerosas obras geniales con temas más que sencillos y simples, pero este no es el caso. Nos alegra la adquisición de Taller de costura, cuadro de María José Pérez Vicente, nacida en Teruel el año 1965 y afincada en Valencia, con una obra madura, compleja, producto de esa coherente evolución durante años mediante períodos muy bien diferenciados. Sobre la excepcional pintora Louisa Holecz sentimos afirmar que presentó una obra con el tema muy forzado, de ahí la incoherente acumulación de rostro, melena ocultándolo en gran parte y como remate cabeza del animal que sea vía hueso puro. A destacar, además, las obras de Pilar Martínez Carnicer, cuadro bello, sorprendente e imaginativo, pero con el color del fondo un poco inapropiado, Alejandro Monge Torres, Eduardo Lozano Chavarría, José Moñú, Víctor Murillo Ligorred, María Pía Pablos Abiol y Manuel Ramos Armijo.

Lo importante, en definitiva, es que se mantengan los premios como otra eficaz ayuda a los artistas y visión global del arte en fecha específica. Con los años, según hemos indicado en tantas ocasiones, los catálogos, los premios como tales, son documentos imprescindibles para cualquier historiador de arte.


Pinturas de José Moñú

Bajo el título José Moñú. Dientes de leche, se inauguró en la Sala CAI Luzán, el 16 de marzo, la exposición de un pintor con trayectoria meteórica, pues no olvidemos que su primera exposición individual fue, salvo error, en 2006, con 25 años. Meteórica, además, si consideramos que exponer en dicho espacio se reserva para artistas con mayor trayectoria temporal.

Nuestro primer conocimiento de su obra fue cuando expuso, el año 2009, en la zaragozana galería Cristina Marín. Su enfoque pictórico, en cuanto a tema y color, era el mismo, salvo algún cuadro, que en la presente exposición, con el agravante de ofrecer una carga matérica tan gruesa que ni de lejos sabía dominarla. En la presente exhibición se detecta el cambio, de manera que la capa matérica es menor y con cierto dominio técnico.

Fuertes colores y formas ondulantes de marcado movimiento, con ritmo bien acoplado, vibran al servicio de rostros deformes con repetidas miradas fijas, obsesivas y penetrantes. Vayamos con un detalle de ineludible cita que hemos comentado en alguna ocasión. Muy a principios de los años setenta visitamos en dos ocasiones el antiguo Psiquiátrico de Zaragoza, justo cuando trabajaba el pintor y psiquiatra Leopoldo Irriguible, mientras que la pintora Julia Dorado dirigía un taller de pintura como terapia para los internados. Los enfermos mentales, de forma natural e instintiva, siempre mostraban temas como sencillos paisajes, lo sexual, lo religioso y rostros deformes con repetidas miradas fijas, obsesivas y penetrantes, lo mismo, pero un calco, que los cuadros de José Moñú. Con esto, sin más, sugerimos que este pintor vive desde su particular hondura lo que sea, con la urgente e ineludible necesidad de mostrarlo en cada cuadro, como si fuera su permanente alivio por razones a especificar. Estamos ante rostros y miradas que revientan, de manera incontenible, desde el interior hacia fuera, siempre a través del pensamiento de José Moñú que fluye espontáneo como íntima y eficaz liberación. Basta ver, como comparación, los rostros en algunos cuadros de Francis Bacon, Jean Dubuffet, Bengt Lindström, Antonio Saura y Willem de Kooning. Obra expresionista figurativa, la de José Moñú, que requiere mayor perfección técnica y un cambio formal apreciable en algún cuadro.


Documental sobre el pintor Manuel García Maya

El pintor y dibujante Manuel García Maya ni requiere presentación, pues cualquier persona vinculada con el arte en Zaragoza recuerda la exposición retrospectiva inaugurada en el zaragozano Torreón Fortea, ni digamos como propietario del bar Bonanza desde su inauguración en 1973, con exposiciones sin fondo por número y el singular ambiente frecuentado por artistas, poetas y un fecundo recorrido con ejemplares de la más variada especie humana. Lujazo libre y, encima, gratis.

El 17 de febrero, centro Joaquín Roncal, calle San Braulio, 5-7-9, se presentó el documental Manolo Garcia Maya. Desde el otro lado de la barra, que realizado por José Manuel Fandos y Javier Estella nos evoca su excepcional y querida persona como si fueran cambiantes trazos pictóricos ensamblados por la cámara. Trazos que transcurren mediante diferentes testimonios, véase, por ejemplo, el de Eduardo Laborda, y un Manuel García Maya transformado en intachable actor espontáneo, natural, que comenta sus abarcadores criterios intelectuales, algunos de sus sabrosos e imaginativos chistes, con el sexo bruto como máxima especialidad, y el impagable acto sobre cómo pinta un cuadro abstracto tipo chorreo y cómo realiza un dibujo figurativo con sus habituales rostros. Ni digamos el gozoso método para beberse cualquier cubata de un trago, por supuesto sin hielo, en una décima de segundo: real. De postre el jardín hogar de su casa sentido cual ámbito de meditación. Documental, en definitiva, que completa la fascinante personalidad del protagonista.


Cuadros de Javier Turrado

El 18 de marzo se inauguró la exposición Pinturas de Javier Turrado en el Espacio Fundación Labordeta, de momento algo desconocido pero que está en el paseo de los Ruiseñores, número 39. Cuadros que son la consecuencia de una estancia en la India durante seis meses desde la Navidad de 2009, de modo que figuran veintiuna obras entre cuadros sueltos, dípticos y trípticos. Pintor nacido en Madrid el año 1964, el catálogo tipo díptico tiene prólogo de José María Benedí.

Cuadros con mayor o menor carga matérica, que se acompaña por la proliferación de planos irregulares móviles para mostrar cierto leve dinamismo y de formas geométricas, como cuadrados y rectángulos, que colaboran para atenuar dicho movimiento y ofrecer mayor variedad visual. Todo flotando entre insinuaciones espaciales de fuerte color. En dichos planos irregulares móviles reside una de las claves principales, dado que en su interior bullen otras formas que le confieren notable belleza intrigante al tener una especie de vida propia. Estamos, además, ante la permanente insinuación sensorial vía emotividad con marcada carga poética. Otra variante se da en aquellos cuadros, no demasiados, con presencia de siluetas humanas, cuya carga enigmática procede de su anonimato ante la ausencia de rasgos faciales.

En otras ocasiones, y las que nos quedan, hemos comentado sobre el pintor metido a literato, en el sentido de frases y palabras sueltas que pretenden ofrecer mayor riqueza visual y un elemento que, en teoría, enriquece el gesto pictórico por sus hipotéticas dosis poéticas. El resultado, en la mayoría de los casos, es un auténtico desastre porque nunca se acopla al discurso pictórico por excesivo protagonismo, con el agravante de que el pintor que sea demuestra un nulo sentido poético. Aquí, con Javier Turrado, ocurre lo mismo. Citamos palabras sueltas y alguna frase: Bloom (Flor), Blow (Soplar), Cows (Vacas), Walking (paseando), Where the rain shines for you (Donde la lluvia brilla para ti), Flowing souls (Fluido espiritual) o Looking for my Lorraine moor (algo así como Mirando más para mi Lorraine). A veces, como punto álgido negativo, figura Bloom (Flor) en el centro de lo que parece ser la cabeza de una silueta humana, hasta tal grado que la palabra ejerce como gran protagonista del cuadro al resaltar de manera muy destacada. En alguna obra, no obstante, lo literario se acopla bien en lo pictórico.

Lo indicado, caso de las palabras y frases, jamás anula el sólido discurso que transcurre a través del color y del cambiante énfasis formal, siempre al servicio de variados azares y sensaciones perforando, vía imaginación, cualquier pensamiento.


Exposición colectiva Día Internacional de la Mujer

La Asociación de Artistas Plásticos Goya-Aragón, con la colaboración del Instituto Aragonés de la Mujer, organizó la exposición colectiva con motivo del Día Internacional de la Mujer, que partía de la sugestiva idea mediante la intervención de un mono de trabajo entregado a cada artista invitado. Exhibición compleja que partió como idea hace un año. Las diferentes obras, con inauguración oficial, se presentaron en diferentes espacios durante la mañana del ocho de marzo, como el Pasaje Puerta Cinegia, el Espacio Cultural Adolfo Domínguez, la Sala Kepintas y el Soho Zaragoza. Al día siguiente se expusieron todas las obras en la citada Asociación, como espacio idóneo para valorar la cambiante imaginación de muchas obras, que evocaban, sin querer, una especie de cambiante bosque partiendo de un suave mono blanco eco del auténtico.

Como ni de lejos procede plantear la muestra desde un ángulo crítico, dejamos constancia de los actos citados y de los artistas que intervinieron. Son: Sonia Abraín, Miguel Ángel Arrudi, Cristina Beltrán, Juan Luis Borra, Nines Cárceles, Carmen Casas, Carlos Celma, Federico Contín, Fabiola Correas, Edrix Cruzado, María De la P, Esther De la Varga, Isabel Falcón, Irene Fernández, Saray Ferrer, María Jesús García-Julián, Mariela García-Vives, Emilio Gazo, Horacio Gulías, Julia Laliena, Juan Carlos Laporta, Elena Lombarte, Mercedes López-Ramiro, Laura López, Francisco Javier Marco, Roberto Morote, Javier Pazos, Débora Quelle, Rayo de Luna (Helena), Carmen Relancio, Jorge Sabino, Laura Sánchez, María Carmen Santaliestra, Miguel Sanza, Oleg y Elena Shov, Fátima Silleros, Velásquez-Gómez y Margot Venegas.


Entrevista con el pintor Ignacio Fortún

Ignacio Fortún expone rural necesario de 22 de marzo a 20 de abril, en la Galería A del Arte.

El mundo rural se manifiesta en sus diversas facetas, nos encontramos con un medio muy cercano a la ciudad por aproximación, o por mimetización. Paisajes en los que quedan las huellas de lo que ha sido ese mundo, que dio vida y sustento al hombre, y que ahora vemos abandonado. Otros paisajes en los que la naturaleza vuelve a tomar posesión de lo que le pertenecía, invadiendo, camuflando los vestigios dejados por el hombre.

Vemos lo que son espacios metafísicos, a la manera de escenarios, en los que aparentemente hay falta de seres animados, pero son los objetos, las casas, las farolas, los coches, los bidones, los edificios, la propia calle vacía, lo que nos transmite sensaciones muy humanas, a veces dolorosas. El artista ha dotado a sus criaturas animadas o inanimadas de actitudes propias de seres vivos.

Descubrimos paisajes que miran, depósitos que protegen, velan y sustentan a su pueblo, iglesias que se asoman en Fuendetodos de forma parecida a El perro de Goya.

Los corderos son el hilo conductor de la exposición, ellos nos guían desde el Inicio del viaje,  al Interior, lo que es el auténtico mundo rural donde hay vida, lo que representa la permanencia del hombre en el territorio, hasta el Paisaje prometido, valle ideal a donde se dirigen, hacia la promesa visible de agua y vegetación. La cigüeña toma posesión de los ingenios humanos, dominando el paisaje desde su atalaya. La vaca, que tenemos que adivinar oculta entre la vegetación que avanza. Y por último la figura del hombre como creador de todo lo que le rodea, del huerto, del invernadero, del riego, de las construcciones.

El soporte de estas composiciones es metal, zinc o aluminio, atacado con ácidos para que nos aporten distintos efectos y dotarlas de gran expresividad. Las tonalidades tierras, sienas, tostados, dorados, azules, violetas, verdes… cálidas o frías, nos dejan sensación de luz cenital, de calma, de melancolía, el tiempo se ha detenido. Ruinas, abandono, podemos pensar que estamos ante el último de los románticos.

Hacemos algunas preguntas al autor:

Pregunta: ¿En cuánto tiempo se ha gestado esta exposición?

Respuesta: La exposición se ha realizado a lo largo de tres años del 2008 al 2011, con intervalos de más o menos trabajo, porque he hecho otras cosas. 

P: ¿Por qué dos metales distintos como soporte? Podía haber sido sólo zinc o sólo aluminio.

R: La primera obra es en zinc, la primera y la última es en zinc, por nada, porque se me habían terminado las planchas de aluminio y seguí con el zinc.

P: ¿Con qué te encuentras más a gusto trabajando, con el aluminio o con el zinc? 

R: Me gusta el cambio, todo cambio te da la tensión que precisas para ir descubriendo. La mancha que te da el zinc es oscura, la que da el aluminio es blanca, los matices son distintos, el aluminio me ha proporcionado lanzarme a utilizar más color, al haber más mancha blanca es mejor apoyo para el color, vibra de otra forma, lógicamente. La mancha blanca me ha dado posibilidades de trabajar más en el color, reafirmarme más con azules o verdes, colores más olvidados, más difíciles para mí, porque siempre trabajo con tierras, con sienas, ese era el cambio. 

P: ¿Cómo ha surgido esta exposición?

R: El camino que yo he seguido, ha sido trabajar la exposición partiendo de esta obra inicial, en torno al paisaje rural, al paisaje más reconocible, más común, el que puede representar una geografía común, cercana a Zaragoza, o la provincia, no buscando unos paisajes rurales concretos, si no ver lo que me contaba el paisaje rural que estaba más cercano, ya que cuando te desplazas, vas buscando otro paisaje, que te aporte unas características arquitectónicas o de patrimonio… Es rural necesario en cuento al rural sencillo, común, el que vive, el que se mantiene produciendo, sujeto a la tierra.   Parto de esas ideas, de ese tipo de viaje a calles y lugares en los que habitualmente no nos detenemos, son lugares concretos en muchos casos, pero yo no pretendo representar esos lugares concretamente sino hablar de un paisaje más amplio, intercambiable, se pueden cambiar unos por otros aunque no estén en el mismo lugar. Que, de alguna forma, el espectador se pueda identificar, como cuando pintas un barrio de una ciudad, casi siempre estás pintando casi todos los barrios de muchas ciudades, ya que tienen características comunes. Aquí por ejemplo la báscula de Cetina (Báscula), hay lugares que son reales y otros que están en la memoria, otros lugares los he ido a revisitar, los tenía en el recuerdo de viajes anteriores y he ido buscando un paisaje que tenía en la memoria para rehacerlo. Este es Chiprana, un pueblo al lado de Caspe, que tiene una especie de montículo encima del Ebro, me resulto curioso la potencia y la fuerza que tenía en la vida del pueblo el depósito del agua, como protegiendo al pueblo, la vida del pueblo, como alimento, una especie de gotero que va suministrando el agua (Sonoro Chiprana).

P: ¿Y los corderos?

R: Este es el último cuadro de la parte que corresponde a los corderos en la exposición (Interior), es el elemento vivo en el paisaje que representa al hombre, representa la permanencia del hombre en el territorio, la economía, siempre que ves corderos en el paisaje es que hay vida en el pueblo. 

P: ¿Y esta invasión de la naturaleza que oculta las ruinas de alguna construcción?

R: Aquí hablaríamos de la despoblación (El último habitante), el último habitante es una vaca, es un paisaje que podemos encontrar en el Pirineo o Prepirineo, un paisaje en que la vegetación se ha adueñado de las antiguas construcciones. En éste (Paisaje inundado) volvemos un poco a eso, un modo de vida que está también en abandono, la inundación con el agua como elemento natural que se acerca. Son construcciones casi de tipo medieval que están todavía presentes, en algunos casos se utilizan para recoger ganado.

P: ¿Paisaje prometido?

R: Este es un cuadro totalmente marginado, que partió de cuatro líneas que tracé un día y me surgió la idea, se titula paisaje prometido porque dentro de la exposición es como una promesa para esos seres, ya que ves que la exposición es un planteamiento de paisaje duro, aquí es un paisaje fértil, hay agua, las ovejas se dirigen hacia un lugar que va a ser de acogida. Este otro (Inicio del viaje), podría ser el primer cuadro de la exposición, como si el cordero nos fuese llevando por todos los cuadros.

P: ¿En este vemos otra vez la huella del hombre?

R: Este es uno de los cuadros que más me gustan (El huerto y la laguna), es quizás el más extraño, es el agua y la tierra, el hábitat del hombre que ha transformado la naturaleza, el dentro y fuera, el huerto.

P: ¿Y esta mezcla de construcciones?

R: Esto recoge una imagen de pueblos cercanos a Zaragoza (Casa sobresaliente), recoge una tipología de calle muy cercana, un poco anárquica, donde destacan construcciones nuevas sobre la tradición popular, hay un poco de anarquía, conviene ver el paisaje urbano rural como la manifestación de un carácter. Así como hay regiones o pueblos en los que hay una comunión con el habitante y la construcción popular, aquí la construcción popular se considera vieja, fea, y hago lo último, traslado lo moderno, que es la ciudad, porque considero mi patrimonio pobre, si vas a otros sitios no ocurre esto, se conserva el patrimonio, hay un orgullo de ese patrimonio. Si aquí  tú le dices a alguien que tiene una casa encalada, que eso es arquitectura popular y que tiene mucho valor arquitectónico, ellos creen que tienen una casa vieja y que le tienen que poner mármol en la fachada. Es una mentalidad que es propia de la tierra, la da el paisaje. Esto es a la entrada de Caspe (Como una ciudad), es una representación de la arquitectura de los 70, en un pueblo en el que hay un desarrollo y construyen como en la ciudad, con el mismo esquema, la rotonda con la fuente que le da valor, y casas altas. Si haces fotos desde el interior, puedes estar hablando de cualquier ciudad. 

P: ¿La única figura humana?

 

 
Los proyectos del hortelano 2010 mixta/aluminio 90×90 cm

R: Esto está recreado en un huerto que encontré en Ejea (Los proyectos del hortelano), esta serie de cuadros representan lo que sería la población más desarrollada, el pueblo grande, la pequeña ciudad, donde hay aspectos que de alguna forma se relacionan con la ciudad, la imitan, pero a la vez está el huerto. Podría ser una ciudad también con las construcciones más grandes, un puente que atraviesa una carretera, este es un puente real que existe en Ejea, los invernaderos, y aquí está la única figura que aparece en la exposición, el único hombre, se titula los proyectos del hortelano, lo que quiere es poner al hortelano como creador, como el hombre que ha generado esta obra que es suya, el huerto, los proyectos, lo que hay en el invernadero, lo que genera, lo que hace, como creador, como alguien que genera una riqueza, un valor.

P: ¿La historia?
 

La historia. Viejo caserón en Ejea 2009 mixta/aluminio 83 x 125 cm

R: Aquí volvemos a Ejea (La historia. Viejo caserón en Ejea), es un cuadro que gusta mucho, yo no pensaba que iba a gustar tanto, porque lo veía como un edificio muy determinado, que no iba a encajar tanto dentro del criterio de la exposición. Esta es una historia, este cuadro lo pinto porque hace tiempo vi una noticia en El Heraldo, este edificio se iba a derribar, pero se hizo una denuncia porque es un edificio de principios de siglo, de tradición agrícola, podría ser un comercio, no sé muy bien, pero me quede con esta historia, y se titula así, la historia. Toda la manzana está abandonada, también es un cruce de caminos.

P: ¿Estos árboles tienen cualidades humanas?

R: Este cuadro parte más de la memoria, pero también de imágenes recogidas, de dibujos, es Paisaje que mira, mira hacia algo indeterminado, al vacio, cuando me plantee titular el cuadro, lo que yo sentía es que el cuadro estaba mirando, que miraban los arboles, que miraba la casa. Ese punto de indeterminación de espacio que se sugiere al otro lado, es lo más importante de la obra.

P: ¿Son unas eras? ¡Qué cielo!

 
Gran escenario 2010 mixta/aluminio 90 x 133 cm

R: Aquí volvemos al paisaje más arraigado entre nosotros, el paisaje de Monegros, o podría ser una estepa (Gran escenario), al principio no supe cono titularlo, dije es como un gran escenario en el que parece ser, hay unos actores que van a salir de las casas, va a ocurrir algo. No es un cuadro fácil, no es de los que más gustan, tiene dureza, pero es muy cambiante, el cielo es muy atractivo, para mí lo más importante era un apunte que había tomado, estas dos construcciones casi iguales, casi gemelas, es lo que generó el cuadro. 

P: ¿El coche de Goya?

R: Esta es una imagen de la zona alta de Fuendetodos, después dije pues si esto es un coche y es Fuedetodos… por eso lo titulo el coche de Goya.

P: Todo es rural, pero hay composiciones con predominio de construcción, que es el pueblo, o en determinados casos, la pequeña ciudad, y otros con dominio de la naturaleza.

R: Lo que marca el principio es construcción y lo que marca el final es más naturaleza, ese de Alcalá de Ebro, es el último, lo que hago con estos cuadros es un recorrido visual, con zonas que he querido revisitar, pero todavía me falta una parte del territorio que trata de la relación con el agua, con el Ebro, y de aquí sale este cuadro, que se titula El ingeniero y la cigüeña, esto es una torre construida en medio del Ebro para pasar la sal de Remolinos al otro lado, donde había un molino, pasaba por unas sirgas con vagonetas colgando. La relación entre el ingeniero, la construcción y la naturaleza. 

Este otro (Corrales sobre la ciudad), sería lo más rural cercano a Zaragoza, Juslibol,   todavía mantiene las características rurales.

P: ¿Los colores son todos cenitales? 

R: Depende de cómo veas el cuadro, si que puede dar esa sensación, quizás eso se ve más desde fuera que desde dentro, para mí es una mirada más inconsciente, puede dar esa visión más fría, a veces el metal, este cuadro por ejemplo el cielo es puro metal, pero creo que no resulta frío.

P: Yo creo que al contrario, el metal da tonalidades totalmente frías, pero los cuadros resultan cálidos. 

R: Sí porque hay un planteamiento en la exposición que es trabajar el color todo lo posible. 

P: ¿A partir de ahora va a haber cambio con respecto al soporte de las obras?

R: Por un lado he estado practicando en tabla, ahora me apetece más la tabla que el lienzo, porque me gusta la resistencia del metal, hay algo en esa resistencia que me atrae más, y eso lo encuentro en la tabla. Tengo ideas, pero ahora no te las voy a contar. Hay una cosa que está clara para mí, la magia que me da el soporte, me va a costar encontrarla en otro material, pero quiero ir buscando nuevos registros.

P: ¿Y con respecto al tema?

R: Sobre el tema se irá viendo, cuando terminé la serie Tránsito[i], no tenía idea que me fuese a llevar a esto. Era una exposición muy cerrada, dura. Y de repente dije voy a despejarme un poco, y descubrí que en los pueblos de aquí al lado hay un paisaje, hay algo que te está hablando continuamente, y dije es algo con lo que puedes trabajar, y surgió esto.  Lo próximo no lo sé, tengo cosas que me rondan la cabeza.

P: ¿Con respecto a las luces, ahora no introduces focos de color, como en otras ocasiones?

R: Si, no es necesario verlos con luz de color, lo que sí que se puede ahora es quitar la luz a un cuadro para verlo sin esa luz directa. Por ejemplo, este paisaje es real (En la noche), es Gallur, un cuadro de los más metafísicos de la exposición, es un pequeño guiño al Ebro y a la luz, la farola se enciende según te mueves.

P: ¿Qué proyectos tienes?

R: La idea ahora es cerrar el círculo y devolver cuadros a los lugares donde habían surgido. Esta exposición va a ser itinerante, irá a Ejea, Caspe y posiblemente a Calatayud.



[i] Tránsito, Galería Pepe Rebollo, Zaragoza, 2008.