Asamblea General Extraordinaria

En la Asamblea General Extraordinaria celebrada el 15 de marzo de 2012 a las 19h en primera convocatoria y a las 19.30h en segunda convocatoria, con un único punto del día, referente al relevo en el CDAN, se acordó por unanimidad de todos los presentes hacer público el siguiente comunicado oficial de AACA, que se leyó a continuación en la ceremonia de entrega de premios:

Desde la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte queremos expresar nuestro apoyo a la labor realizada por Teresa Luesma y su equipo en el CDAN, y lamentar que su relevo se haya producido sin una convocatoria de proyectos.

 


Las dos caras de la realidad y el arte de Santiago Arranz.

Supongo que serán razones de escasez presupuestaria las que han determinado la extraordinaria duración de esta muestra, abierta del 7 de octubre al 8 de enero en el palacio de la Lonja, pero me alegro de que se haya beneficiado de ello Santiago Arranz, que gracias a la afluencia de público en las fiestas del Pilar y en las celebraciones navideñas ha alcanzado más de 60.000 visitas contabilizadas. Ya iba siendo hora de que los zaragozanos descubrieran a este escultor y pintor con tanta proyección internacional, pero no demasiado famoso entre nosotros, a pesar de ser un artista tan presente en nuestro espacio público, con esculturas monumentales en Valdespartera y llamativos programas decorativos como el del edificio del Centro de Historia(s) o el de Plaza 14 en la calle Alfonso.

A algunas de estas obras públicas se hace referencia tanto en la exposición como en el catálogo, a pesar de lo cual reconozco que quizá no haya sido de consumo fácil por la contención de tonos y la parquedad explicativa. Quizá la intermediación de un comisario hubiera ofrecido una versión más pedagógica de este impresionante acervo de obras de diferentes técnicas, estilos y épocas. Hay, eso sí, un hilo conductor bien trabado entre unas cosas y otras, generalmente una ligazón iconográfica o de registro poético: se contrastan trabajos tanto para señalar las diferencias como, sobre todo, para remarcar los parecidos, la permanencia de un vocabulario personal que ha ido construyendo Santiago en su carrera.

Como bien dice Jaume Vidal Oliveras en su texto del catálogo, no se trata ni de una antológica, ni de una retrospectiva, sino de un autorretrato estético del artista. Pero ese suele ser casi siempre el caso cada vez que un artistas monta alguna gran exposición individual. Eso sí, reconozco que en este caso quizás sucede de forma aún más acentuada, por la tendencia a la autorreferencialidad, que ya evidenciaba Santiago Arranz en sus juveniles años de pintor postmoderno, cuando en 1985 pintaba a la cera escenas representando un artista rodeado de paisajes pintados por el propio protagonista: Horizonte. Poeta de muros. Dibujante de montañas.  A mí me fascinan esas composiciones, y también las que en 1990 diseñó, inspirándose en Las ciudades invisibles de Ítalo Calvino. Luego ha seguido utilizando otras trasposiciones literarias para aparentemente ilustrar narrativas ajenas, cuando en realidad seguía evocando su propio mundo: su familia, sus objetos-fetiche, los animales y plantas de su entorno. Todo dominado por figuras estáticas, silentes, de una estética con raigambre clásica, pero que sigue vigente hoy en día: otro ejemplo cercano sería Jorge Gay, que por cierto también es excelente muralista.

Lo que no acaba de convencerme, si se me permite expresar una amigable objeción, es alguna de las piezas de gran tamaño, que me parecen sobredimensionadas, y hasta las encuentro más hermosas en la reproducción incluida en el catálogo. Si el título de la muestra, Una y otra realidad, alude entre otras cosas a la realidad de ahí fuera frente al mundo íntimo del artista, casi hubiera sido más lógico dejar los grandes formatos para el arte público y presentar aquí las “sombras platónicas” de ese mundo exterior vistas desde la cueva del recinto expositivo: por un lado, una visión abstraída/abstracta de la realidad en forma de símbolos, y por otro una visión figurativa/literaria interior… Es una lógica que subyace en la exposición y en el catálogo –también alude a esa estructura bipartita Rafael Ordóñez en la página final de su texto– sobre la cual yo quería hacer hincapié como culminación de esta reseña.


Abstracciones de Horacio J. Gulias Vidal y Mariano Viejo

 

El 1 de octubre, Hotel Boston, se inauguró ABStracciones “ABS” del pintor Horacio J. Gulias Vidal. Conviene transcribir unas afirmaciones del artista que aclaran conceptos sobre su obra. Afirma:

…mis pinturas se parecen más a hacer “Ingeniería en Colores” o “Geometría Abstracta”. Debido a ello, mis obras no tienen un nombre o título específico, relacionándola con distintas formas de ver algo real, concreto y tangible, sencillamente su título es un código ABS o ABS-S.

Estamos, como en su anterior exposición, ante impecables abstracciones geométricas con fondos monocromos negros, sobre todo, y blancos en menor número. Cuadros y dibujos, algunos expuestos en el Espacio Adolfo Domínguez, de Zaragoza, que abarcan de 2007 a 2011. Un alto número de obras que ofrecieron la excepcional mirada geométrica, precisa, de un pintor con articulación propia encauzada hacia la perfección de la línea y el cambiante plano. Círculos, cuadros, bandas o sorprendentes círculos rotos, entre otras formas, se muestran con rara exactitud al servicio del arte. Todo enlazándose mediante un palpitante color en el lugar exacto.

 

El 15 de noviembre, en la sala-taller K-Pintas, se inauguró la exposición del pintor Mariano Viejo, de larga trayectoria en Zaragoza desde 1972. En las presentes obras retoma el lenguaje personal basado en las formas contundentes y sobrias, personales, sobre fondos monocromos, o muy cercanos, en obras tipo Forma quieta, de 1989, Signo I, de 1994, o Pintura III, de 1994. Obras de pequeño formato que, quizá, anuncian otra exposición más ambiciosa, siempre en el sentido de mayor tamaño.

En dicha exhibición tenemos los fondos monocromos parduzcos, cual vació quieto pero latente, que sirven como soporte para incorporar un variado conjunto de formas emergiendo de cada fondo pero medio flotantes. Formas muy variadas que son el cambiante esquema de aves y árboles, por ejemplo, pero en el sentido de ofrecer una alta variedad perfil sugerencia con el negro dominante. Estamos ante el rescoldo de un tema figurativo bajo la intención de evocar desde su belleza formal. A sumar los moteados negros que alteran el entorno. Uno de los mayores aciertos es el predominio del fondo sobre el tema figurativo muy sintetizado, lo cual significa un dejar sin definir. Formas, cabe insistir, con intencionado aire elemental y primitivo, pero más que poético y evocador, bajo la intención de que aflore una especie de esencia íntima como visión y sentimiento humanos. Lo indicado es, salvo algún reciente período, muy peculiar del pintor. Para el recuerdo la ancestral espiral o el dolmen en algunas obras del pasado.

Exposición muy lograda y, volvemos a repetir, con expectante tono vía sugerencia y, sobre todo, irisación poética. La síntesis como suspiro formal.


Paisajes de Miguel Ángel Arrudi y Pepe Cerdá

Por todos es sabido que Miguel Ángel Arrudi es uno de nuestros más que notables escultores, incluso así se define, que desde hace tiempo se interesa por la pintura. La galería Zeus, 23 de noviembre al 23 de diciembre, expone Paisajes Envolventes sobre papel en formato apaisado de notable tamaño y la mayoría de las obras en formato pequeño. Estamos ante la mejor exhibición sobre dicho tema, al menos de las que conocemos, hasta el punto que su totalidad entra en una dinámica diferente producto de la ruptura con el pasado por concepto. Paisajes raptados desde el estudio refugio en Ibonciecho, Sallent de Gállego, Valle de Tena, Huesca. Asimismo, consideramos imprescindible citar al artista cuando divide sus obras en "Paisaje Encontrado y desmitificado, basado en lo objetual: el apunte – objeto, mezcla de realidades, la ruptura del contexto", y "Paisaje Transformado, sin ninguna identidad fehaciente como referente geográfico en unos casos o en otros con todas las posibles referencias geográficas de las formaciones rocosas del entorno inmediato". En definitiva: "Son paisajes sentidos, producto de itinerarios y recorridos una y mil veces para hacerlos propios, tras minuciosas anotaciones, cuidadosos bocetos, inagotables filtros selectivos". Afirmaciones que muestran con absoluta eficacia los planteamientos hasta llegar a la obra definitiva.

En la exposición tenemos dos enfoques muy diferentes. El menor número de obras, las de formato mayor apaisado, obedece a un planteamiento partiendo de la realidad, transformada en mayor o menor medida, de notable fuerza por el propio paisaje de alta montaña, que desprende cambiantes evocaciones con la mirada fija, atrapada, perdiéndose entre fascinantes espacios. Como una inagotable aventura íntima sin participación ajena.

El gran cambio, por enfoque formal y cromático, se da en las obras de menor tamaño, siempre rectangulares y verticales. Ni de lejos pretendemos indicar que están por encima de las comentadas. Son diferentes. De momento cabe sugerir que los paisajes se manifiestan desde muy distintas combinaciones, hasta el punto que son la base de fondo para incorporar otros campos formales. Aludimos al muy variado juego geométrico, como tal hermosas abstracciones, que perfora y altera, con o sin movimiento, cada paisaje, para así articular de manera impecable dos criterios que deberían chocar. Campo doble formal muy complejo y refinado. Añádase, como otra virtud, la excepcional combinación de los variados colores desde criterios llamativos. Cada obra, en definitiva, evidencia un cambiante poso vital, con alma, muy acorde al carácter del artista.

Conviene recordar, para concluir, lo de "tras minuciosas anotaciones, cuidadosos bocetos, inagotables filtros selectivos". Tanto esfuerzo, más que recompensado, significa que la mezcla del triple criterio, paisaje, geometría y color, obedece a una idea emergiendo con máxima naturalidad.

 

En la galería Carlos Gil de la Parra se inauguró, el 15 de diciembre, la exposición Pepe Cerdá. Entre Dos Luces. Con dicho motivo se publica el libro Pepe Cerdá. Entre Dos luces, que escrito por Julio José Ordovás definimos como excepcional por el singular enfoque con una especie de trama que desarrolla manteniendo el itinerario de  los cuadros. Paisajes, todos de 2011, que mantienen el espíritu de su exposición en La Lonja, de Zaragoza, inaugurada el 9 de octubre de 2009. Incluso dos precisos retratos, de 2010, que el pintor titula Retrato de Juan Antonio García Toledo y Retrato de Fernando Zulaica. Ambos figuran en el citado libro pero sin exponer en la galería.

Conviene aclarar que Pepe Cerdá es artista, algo más que visible si oteamos toda su trayectoria, muy buen pintor y personal escritor si nos atenemos a lo leído en textos para catálogos. Doble afirmación, la de artista y pintor,  para evitar confusiones, sobre todo ante unos paisajes nada comerciales que a algunos pueden parecer lo contrario.

Como la presente crítica no la queremos transformar en una especie de guía de teléfonos, basta citar paisajes como Ciudad en la noche, Campos de Villamayor o Camino de la Pica, entre otros, para señalar el hermoso aleteo poético impregnando por doquier cada  minúsculo rincón, ni digamos el suculento sentido del color.

Otro de los temas más fascinantes es la gasolinera, pues conlleva una increíble cantidad de símbolos que debemos imaginar a través de la carretera, algo que cualquiera puede recordar en dispares películas sobre temas muy diferentes. Gasolineras, reflejadas de día y de noche, que se complementan con el paisaje alterado por las torres eléctricas, la fábrica contaminante o el coche fugaz al atardecer, quizá al anochecer, hacia un destino impredecible. Cuadros siempre pintados con toque fascinador.

Queda el tema reflejado desde hace años en Tiovivo, al menos en su exposición de La Lonja, que debería abandonar por su excesivo tono nostálgico familiar y personal. Desde luego si consideramos la edad del pintor, más que maduro como para recurrir al pasado. En Zaragoza todos sabemos, desde hace años, que Pepe Cerdá, según indica, "comenzó junto a su padre como pintor de aparatos de feria". Sabido el asunto, interiorizado y digerido por el artista, se camina hacia adelante.

Buena exposición que reafirma un muy definido período, pues no olvidemos que con antelación tuvo etapas sobre temas muy distintos.


Esculturas de José Miguel Abril

Al escultor y pintor José Miguel Abril, Alcañiz, 1974, con exposición en la galería Carolina Rojo, 1 de diciembre del 2011 al 10 de enero del 2012, se le puede considerar entre nuestros más sólidos escultores por la unión de los temas y la muy depurada técnica al servicio de materiales como bronce, alabastro, piedra negra de Calatorao y cerámica. La exposición se titula Origen, como clara alusión al hombre, y está comisariada por Carola Santabárbara. Todas las esculturas, salvo Máscara, de 2009, son de 2011.

El conjunto de lo exhibido comienza con el alabastro Origen, basado en una expresiva cabeza de animal, quizá un león, con marcada supresión de elementos formales para mostrar su impecable tono expresionista. León que puede considerarse como símbolo de la ancestral condición humana. Símbolo mantenido en la serie Parásitos, que consta de cuatro bronces basados en un agresivo animal expresionista, cuyas cabezas, salvo error, tienen un perfil con lejano aire humanoide.

A partir de aquí tenemos un conjunto de esculturas que muestran una especie de itinerario con el hombre como gran protagonista. The red door (Puerta roja), cuyo fuerte color rojo queda reflejado en el título, es un tríptico de madera, resina de poliéster y esmalte sintético, que tiene ocho rostros entre los lados izquierdo y derecho y dos en el cuerpo central. Estamos ante un rostro infantil con cambiantes gestos aunque siempre gritando para simbolizar el llanto cuando se nace. Rostro que se repite en Niño, de madera, tela, resina y acrílico.

Las cabezas Memory y Dark divinity (Divinidad sombría) reflejan con su excepcional enfoque el marcado misterio al servicio del justo y preciso rasgo dramático, lo cual se consigue mediante la exacta eliminación de formas que potencian el significado. La espectacular quietud, incluso solemne, aromatizada por el sufrimiento con futuro sin conocer, pues no olvidemos que respiran la incertidumbre como dirección irreversible.

Las esculturas Máscara, de 2009, Cráneo, de 2011 y Mistery, de 2011, representan el mismo espíritu expresionista gracias a la ya citada supresión de formas, que son clave para obtener una impecable síntesis mediante el constante ámbito del hueco y lo formal que emerge para crear una especie de movimiento capaz de alterar el ámbito inmóvil. Todo impecable al servicio del arte.

Queda Mendiga, de 2011, la escultura de mayor tamaño sobre pedestal y con la misma categoría que las anteriores. Todo en alabastro. Estamos ante una suplicante mendiga arrodillada que en su aspecto formal resume lo afirmado. Ni digamos cómo su condición amplifica la miseria humana. Carola Santabárbara señala, con precisión, que la mendiga mira desde abajo, dentro de su grandeza, arrodillada, miserable y a la vez extremadamente impactante.

Exposición, vista en conjunto, que reafirma la entidad de José Miguel Abril, tan entregado hacia una obra auténtica sin concesiones al público, para mostrar el itinerario de la vida desde un ángulo que derrocha energía y belleza, como si los matices negativos en apariencia saltaran para ofrecer lo que dejamos en un rincón de nuestro íntimo pensamiento.


Colectivas zaragozanas

Cinco exposiciones colectivas sobre las que sólo ofrecemos datos, con el objetivo de que permanezcan como tales para mostrar la variedad de propuestas artísticas. Todas, por supuesto, inauguradas en Zaragoza durante diciembre de 2011.

Homenaje a Picasso en el 130 aniversario de su nacimiento, Bar Bonanza, 13 al 31 de diciembre, es la cuarta exhibición homenaje con selección nuestra de nueve artistas que son clientes habituales de tan conocido establecimiento. Homenaje que siempre se extiende a Manuel García Maya, pintor y dibujante, propietario del bar Bonanza, de ahí que participe con una obra , así como los artistas Pierre D. La, seudónimo de Pedró Perún, Ángel Fábrega, Ignacio Guelbenzu, Alejandro Molina, Miguel Ángel Ortiz, Joaquín Pacheco, Helena Santolaya, Paco Simón y Alfonso Val Ortego. El día de la inauguración, con el espacio abarrotado de público, ofrecimos varios datos de Pablo Picasso como escritor, mientras que La Casa de Zitas declamó varios poemas de Picasso.

La galería Carolina Rojo, 12 de diciembre al 5 de enero de 2012, inauguró la colectiva Primera Edición Arte Próximo, con lo cual se compromete a otras ediciones cada diciembre. Edición que coincide con su primer año como galerista. Obras de pequeño formato realizadas por los artistas Gema Beatriz, Clara Carnicer, Federico Contín, Edrix Cruzado, Gloria García, Nati Hueso, Yann Leto, Vicky Méndiz, Diego Sainz, Jesús Sanjuan, Alejandro Silván, Sylvia T., Begoña Toledo y Asun Valet.

Muy diferente es la exposición Postales desde el Limbo, 15 al 18 de diciembre, que inaugurada en el Paraninfo de la Universidad participan 1500 obras de 600 artistas. Proyecto de Estudio Versus en beneficio del Centro de Solidaridad de Zaragoza // Proyecto Hombre. Obras de bajo precio y el mismo formato, siempre como hermosa idea, tan solidaria, al servicio de los demás.

En un texto de la colectiva Mujeres, galería Spectrum Sotos, 15 de diciembre al 22 de enero de 2012, se afirma:

Doce fotografías de mujeres en tránsito entre la juventud que se pierde y la vejez que llega sin avisar. Mujeres que llenan las calles, los actos culturales, los hospitales, los autobuses, los parques, la vida…, y que, sin embargo, son anónimas,invisibles para la mayoría, incluso para su familia muchas veces. Mujeres que hablan con voz propia y nos explican qué les pasa, cómo se encuentran en este preciso momento de su camino. Miradas que captan el sentimiento de una historia narrada.

Las 12 artistas, siempre una obra por fotografa, son: Margarita García Buñuel, El poder de la seducción, Virginia Espá, Envejecer y jubilación, Cecilia Casas, La habitación del hijo, Pilar Albajar, Los sentimientos ante el espejo, Rosane Marihno, Aguantar a un hombre al lado, Vicky Méndiz, La lista negra, Luisa Rojo, La soledad, Peyrotau & Sediles, Los hijos, esos extraños, Delia Maza, El descubrimiento, Paulina Aleshkina, Ambición y poder, Olga Vallejo, Una nueva maternidad, y Cecilia de Val, Libres ¡por fin!

Las 12 artistas, con sus correspondientes fotografías, han ilustrado el libro de Margarita Barbáchano Mujeres en la edad invisible, con 12 relatos, que publicado por Mira Editores se presentó en el Teatro Principal el 14 de diciembre.

Queda la colectiva en la Asociación de Artistas Plásticos Goya-Aragón, del 20 de diciembre al 17 de enero de 2012, que titulada Fuego Color está integrada por Eduardo Gimeno Wallace, pintor, Fernando Clavo, escultor, y Blanca García Guerrero, mezcla de acrílico, óleo y esmalte al fuego.


Académicos de San Luis

 

En el Palacio de Montemuzo, el 29 de noviembre, se inauguró la exposición Académicos de San Luis, con texto de María Belén Bueno Petisme para el catálogo. Hablamos, como es sabido, de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza, fundada a finales del siglo XVIII, lo cual significa, dada su tradición y experiencia acumulada, que todos sus académicos artistas tienen, en teoría, un nivel creativo de máxima garantía. No es así.  Al margen de que cada académico, sea o no artista de profesión, se mantiene en el cargo hasta su muerte, por razones enigmáticas se perpetúan una serie de falsos artistas, generación tras generación, que ofrecen una deplorable imagen capaz de anular la más ardiente imaginación. A Domingo Buesa, su presidente, no se le puede achacar nada negativo, pues la responsabilidad corresponde a los supuestamente entendidos en arte que aprueban el ingreso, de quien sea, en tan hermosa institución.

Aunque falta, por ejemplo, una obra que represente a José Manuel Broto, veamos una simple división entre aquellos artistas que ofrecen algo digno como mínimo y los que ni sabemos en qué ignoto territorio clasificarlos. Siempre tras recordar que la obras presentadas oscilan entre 1978, de Jorge Albareda, que podía haberse esforzado con una obra más reciente, y 2011.

Citamos los artistas que como mínimo muestran un buen criterio. Manuel Arcón, con la escultura Descanso, de 1983, sin aportar un matiz personal innovador. Fernando Alvira Banzo, con Somontano de Barbastro, de 2011, con un correcto paisaje. Miguel Galanda, con Monje, de 2010, como pintor excepcional con su habitual enfoque. Fernando García Grúas, con Septiembre, de 2011. Santiago Gimeno, con Recuerdos, de 1998, escultor por todos conocido de personal trayectoria. Javier Sauras, con Relieve en cereza, de 2011, escultor a través de su habitual dominio del volumen. José Ignacio Baqué, con Muñeca I, de 2011, del que sabemos de memoria su condición como artista, aunque el cuadro presentado no está entre lo más optimo en comparación con obras anteriores. Natalio Bayo, con Joven del bonete rojo, de 2005, dentro de su línea habitual. María Ángeles Cañada, con Clara, de 2011, cuadro bien resuelto sin novedad. José Luis Lasala, con La peor pesadilla, de 2011, centrado en una abstracción de planos invadiéndose. Pilar Moré, con Rojos, de 2011, dentro de su personal línea. María Cruz Sarvisé, con Paz, de 2000, mediante un cuadro que enfatiza en su maravilloso y sorprendente tono poético. Pascual Blanco, con En respuesta a una joven, de 2009. Jorge Gay, con Biblos III, de 2010. Teodoro Pérez Bordetas, con Castillo de Maluenda, de 1999, en el ámbito de su siempre correcta mirada artística. Rafael Navarro, con A destiempo nº 3, de 2011, por todos conocido como entre los grandes fotógrafos españoles. José Verón, con La Peña, de 2009, mediante una correcta fotografía. Y, para concluir, Alejandro Rincón, con Arboleda, de 2004.

Veamos los supuestos artistas con obras lejos tal condición. Jorge Albareda, con Cristo resucitado, de 1978, escultura clásica, por decir algo, que salvo oficio no aporta nada, pero nada. Agustín Alegre, con Mi hijo Agustín, de 2010, pintor siempre correcto. Antonio María Almazán, con Paisaje del Ebro, de 1994. Esperanza Altuzarra, con Junto al hogar, de 2005. José Beulas, con Sin título, de 2010, mediante un típico paisaje suyo, un tanto básico, con dos planos para tierra y cielo, lo de siempre, y un Sol, o Luna, de tal tamaño que rompe  la composición general. Tiene obras, como es sabido, de mayor entidad. Jacinto del Caso, con Haciendo calcetín, de 1982, mediante un cuadro con la entrañable abuela junto al hogar y, encima, haciendo calceta.  Carmen Faci, con Violetas y amarillos, de 2009, centrada en un bodegón. Mercedes Gómez-Pablos, con La soledad, de 2011. Isabel Guerra con Domingo Buesa, de 2011. Desde que la monja pintora expuso en la Lonja, de Zaragoza, todavía queda alguien convencido de que es artista. En el retrato de Domingo Buesa, actual presidente de la Real Academia, hay dos fallos técnicos imperdonables. Aludimos a las manos, que vistas de frente tienen los siguientes problemas. Mano izquierda: dedos corazón y anular que flotan en el aire de manera errónea. Mano derecha: los dedos pulgar, índice y corazón se apoyan sobre una superficie de madera, mientras que los dedos anular y meñique desaparecen sin lógica racional. Manuel  Monterde con Jota de Calanda, tercera copla, de 2009, con dos joteros bailando, fiel eco del conocido cuadro de Marín Bagüés. Manuel Sancho Rocamora con Oriental, de 2004, cuadro mediante el énfasis en un aroma tradicional oriental, se deduce que japonés. María Eugenia Vall con Composición en blanco, de 2007, a través de un cuadro tipo bodegón. Y, para concluir, el arquitecto José Laborda Yneva con Ciudades recientes, de 2011, que está basada en la fotografía digital al servicio de 25 fotografías cuadradas unidas como un montaje. El propio tema y la unión de tanta fotografía provoca un conjunto más que recargado, de modo que la composición general se resiente por ausencia de aire: nada respira. A sumar la negativa fusión de temas muy variados dentro de la arquitectura, sobre todo, la escultura, la pintura y la espiral como símbolo ancestral.

Esperemos que los nuevos miembros de la Real Academia, aquí pensando en artistas nunca en cargos específicos que requieren otra condición, sean elegidos siguiendo intachables exigencias desde ángulos de máxima creatividad. Con la limpieza correspondiente, que debe venir de forma paulatina, la Real Academia recobrará su máximo esplendor, el que sigue teniendo pese a la presencia de tanto intruso.


Crítica de arte en Aragón, 1900-2011

La crítica de arte aragonesa durante los siglos veinte y veintiuno tiene un desarrollo en simbiosis al paulatino auge cultural y expositivo, que se acompaña por la publicación de revistas y diarios para posibilitar críticas y entrevistas a artistas, lo cual permite obtener datos imprescindibles sobre muy dispares acontecimientos culturales. Según aconteció en tantas facetas de la vida, su trayectoria armónica a más se interrumpe por la Guerra Civil, razón para que un primer período (sobre el cual hay abundante información en García Guatas, 1976: 56-60, 96-100 y 104-110) comprenda hasta 1936, año que comienza la citada guerra.

Sin pretender nombrar a todos los que se interesan por la crítica de manera esporádica, a diferentes críticos corresponde el primer asentamiento de la profesión. Manuel Marín Sancho (Zaragoza, 1899-1936) es fusilado en 1936 por ser miembro de la masonería. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza y Doctor en Lengua y Literatura Española. Director de la revista Amanecer y director fundador de la revista Aragón del SIPA. Como crítico de arte, sin olvidar sus artículos teóricos, ejerce en las citadas revistas y el diario La Voz de Aragón de Zaragoza. Sus excelentes críticas se acompañan de artículos sobre arte aragonés, fiel reflejo de su honda preocupación por la situación de los artistas y del arte en general. Si José Vaiana Cólera escribe en el Diario de Avisos de Zaragoza hasta que cierra en 1919, Anselmo Gascón de Gotor (Zaragoza, 1865 – Huesca, 1927) escribe primero en El Noticiero de Zaragoza y con posteridad, cuando es trasladado a Huesca, en el Diario de Huesca. Crítico muy conservador. Dionisio Lasuén Ferrer (La Muela, Zaragoza, 1850-Zaragoza, 1916) es profesor en le Escuela de Arte de Zaragoza, escultor y teórico de la corriente modernista. Luis Torres, que puede firmar bajo el seudónimo de Mefisto, escribe en La Correspondencia de Aragón y el Diario de Avisos, para terminar en el Heraldo de Aragón antes y después de la Guerra Civil. Si en Teruel, por otra parte, se funda Estampas Turolenses, 1929-1930, con colaboraciones de los artistas Ángel Novella, Salvador Gisbert y Epifanio Abad, el periodista y crítico Pascual Martín Triep (Zaragoza, 1897-1976) se incorpora al Heraldo de Aragón el año 1927, en donde escribe bajo los seudónimos de Pedro de Urdán, Fabio Mínimo y Lumen.

Emilio Ostalé Tudela (Zaragoza, 1900-?), perito agrícola, con buena posición económica, fue periodista y crítico, conocido como Ostilio. Al parecer, en 1928, cuando es nombrado secretario general de la junta del Centenario de Goya, se fugó a Hispanoamérica con una mecanógrafa y una “importante cantidad de dinero”. Al comenzar la Guerra Civil se encuadró en Falange Española Tradicionalista y organizó los sindicatos.  Miembro de la Real Academia de San Luis. Comienza en la revista Paraninfo el año 1915, para continuar en La Crónica de Aragón hasta su cierre en 1920, seguir en El Noticiero hasta los cuarenta y terminar en el Amanecer desde 1947 a 1949 y desde  junio de 1956 a enero de 1958. Fue muy famosa su crítica oral Ondas de Arte en Radio Zaragoza, cuando ya era director Julián Muro Navarro en 1954. De forma esporádica colabora en El Diario de Huesca y La Voz de Aragón. Se caracteriza por una línea en la que “intentaba abarcar integralmente toda la actividad de Zaragoza, desbordando incluso el formato habitual del periódico para ser recogida sistemáticamente en unos suplementos independientes que constituyen una espléndida crónica trimestral de los acontecimientos artísticos de la ciudad. En algunos casos sobrepasa lo noticiable para descubrirnos los entresijos de los ambientes y tertulias donde se discutía y polemizaba sobre el arte” (García Guatas, 1976: 97). Además, Emilio Ostalé Tudela sería un asiduo conferenciante, hasta el punto que ya en 1926 pronuncia una conferencia titulada Goya, las mujeres y el amor. Dámaso Santos Gutiérrez le considera como un crítico aferrado a las viejas formas. Su tarea durante años es compensada con un homenaje en Zaragoza. Se celebra el 18 de octubre de 1947, justo la festividad del Apostol San Lucas, Patrono de los Artistas, y coincidiendo con la Fiesta de los Artistas, “cuyas actas tendrán carácter de homenaje a don Emilio Ostalé Tudela, quien tanto en Educación y Descanso como por medio de Radio Zaragoza y Amanecer está desarrollando una gran labor de apoyo y aliento en pro del arte y de los artistas”. Los actos son como sigue. Por la mañana misa a las diez y visita a museos, por la tarde visita a las galerías de arte y asistencia a la conferencia del Comisario General del Patrimonio Artístico Nacional y por la noche acto íntimo con jotas en el Hogar del Camarada. Además de que el Jefe Nacional le otorga la Medalla de Plata de Educación y Descanso, otro dato sobre la importancia del acto es la asistencia de representantes de Radio Zaragoza, Real Academia de Bellas Artes, Escuela de Arte, Estudio Artístico Goya, Academia Zamora, propiedad de la pintora Joaquina Zamora, Agrupación Artística Aragonesa, Educación y Descanso, peña Niké, peña Orés de Ejea de los Caballeros (Zaragoza) y numerosos artistas. Emilio Ostalé Tudela, todavía en 1961, prologa el catálogo, junto con otros autores, de la exposición Francisco Marín Bagüés. Exposición-Homenaje que se inaugura en Zaragoza. En 1961 fue nombrado miembro de la Asociación Española de Críticos de Arte, como tal adherida a la U.N.E.S.C.O.

Las críticas firmadas como Albareda Hermanos corresponden a los hermanos José (Caspe, 1889-Zaragoza, 1967) y Joaquín (Caspe, 1893-1968) Albareda Piazuelo. Con ambos hermanos y con Francisco de Cidón, al margen de las crónicas de Dionisio Lasuén Ferrer, se inicia la nómina de críticos que son artistas. Escriben en las revistas Agrupación Artística y Aragón, tras fallecer Francisco de Cidón en 1953, así como en el periódico La Hoja Oficial del Lunes hasta 1953 y, sobre todo, en el diario El Noticiero desde 1923 durante 40 años. Retoman la idea de Emilio Ostalé Tudela mediante páginas especiales en las que una o dos veces al mes, bajo el título “Arte y Artistas”, recogían el mundo artístico local con noticias, crónicas, reportajes y las primeras entrevistas. Puntualmente, en los primeros números de cada año, ofrecerán desde El Noticiero un resumen o balance de las Bellas Artes en Zaragoza durante el año anterior…” (García Guatas, 1976: 97). Su línea escultórica, la de José y Joaquín, se inscribe dentro de una radical ausencia de innovación. Conservadurismo artístico y conservadurismo crítico, razón para afirmar que su única aportación al arte es la información artística. Como críticos, sin posibilidad de error, su actitud conservadora y su absoluta incomprensión de las corrientes artísticas son de tal magnitud que resulta incalculable el daño hecho a los artistas con afán innovador. Y todo recordando que sus críticas, durante 40 años, son las más leídas, las más creíbles, con lo cual el daño se multiplica al ofrecer falsas y equívocas escalas de valores vinculadas con el arte. Son, sin duda, los primeros críticos profesionales.

Francisco de Cidón (Valencia, 1871-Zaragoza, 1943) es un pintor autodidacta. En 1924 se traslada a Zaragoza y en 1940 es nombrado académico de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis. Como crítico publica en el ámbito nacional y en Zaragoza se vincula con la revista Aragón hasta 1939 y con diferentes diarios. Sus críticas las firma bajo el seudónimo de Zeuxis y las enfoca con un tono respetuoso, como norma descriptivo, y con aportación de datos.

José Valenzuela La Rosa (Zaragoza, 1878-1957) es hombre de compleja e intensa vida. Dirige el Heraldo de Aragón, entre 1906 y 1916, y publica en las revistas Aragón y Revista Aragonesa, esta última dirigida por Fernando García Mercadal. Su criterio sobre la crítica se basa en una amplia cultura y un equilibrado criterio. En el Heraldo de Aragón es sustituido por Luis Torres, en ocasiones firmando como Mefisto, que por su desconocimiento del arte ni se le puede considerar, en sentido estricto, como crítico de arte. Muy diferente es el poeta, crítico y galerista Tomás Seral y Casas. En La Voz de Aragón, hasta su cierre en 1935, publica críticas junto con Manuel Marín Sancho. Tomás Seral y Casas funda la revista Cierzo, que vive tres números entre abril y mayo de 1930, y en la que publica entrevistas y alguna crítica, mientras que en la revista semanal Amanecer, nacida en 1932, tiene tres excepcionales entrevistas a los pintores Ángel Díaz Domínguez y Javier Ciria y al escultor Félix Burriel. Como crítico defiende toda vanguardia y ataca el generalizado gusto conservador. En 1941 se traslada a Madrid.

Una vez que en 1939 termina la Guerra Civil, la postura académica, rampante, conservadora, es tan dominante que anula cualquier posición libre e independiente. Tomás Seral y Casas, el gran transgresor como poeta y defensor de todo arte innovador, se marcha a Madrid. El panorama de la crítica es desolador. En El Noticiero se mantienen los nefastos Albareda Hermanos y Luis Torres sigue en Heraldo de Aragón, junto con García Gil, y publica enLa Hoja del Lunes. También en el Heraldo de Aragón, dentro de similar nefasta línea, Mauricio J. Monsuárez de Yoss publica críticas esporádicas. Se salva, en cierta medida, Felipe Bernardos Pérez, que publica durante años en el Amanecer, así como Guillermo Fatás Ojuel (Zaragoza, 1919-1998) en el mismo diario pero con muy distinto enfoque. Fotógrafo y director de cine, hombre de muy amplia cultura, como crítico demuestra sus conocimientos sobre arte y, lo más importante, defiende y aclara las vanguardias artísticas. Excepto Albareda Hermanos, auténticos profesionales pero con un planteamiento erróneo, los demás son aficionados que ejercen como críticos de arte. Guillermo Fatás Ojuel es la rareza positiva pero sin vincularse con la crítica de forma intensa. Desde fecha imprecisa, quizá en 1949, hasta finales de 1951, José Del Río Sanz ejerce la crítica en el diario Amanecer. En el Amanecer, del 18 de febrero de 1958 al 5 de noviembre de 1961, ejerce la crítica Vicente José Amiguer Úbeda bajo el seudónimo de Baratario.

Félix Ferrer Gimeno, desde los cincuenta en Huesca, y Ángel Azpeitia, desde 1962 en Zaragoza, son los dos primeros críticos profesionales tras la Guerra Civil que aportan un marcado tono diferente.

Félix Ferrer Gimeno (Barcelona, 1922-Huesca, 1983) es dramaturgo, escultor, crítico de arte y galerista. Tras cumplir el servicio militar en Marruecos y superar unas fiebres tifoideas en el Hospital de Cádiz reside en Huesca para trabajar como agente comercial especializado en productos farmacéuticos y ejercer como contable en el diario Nueva España. La mayoría de sus esculturas, sobre todo bustos y cabezas, son de barro y las más conocidas son Raza, El viejo cacique, La niña de las trenzas y los retratos del torero Manolete. Además de exposiciones colectivas y de algunos galardones, su obra tiene una evidente unidad de línea  dentro de una estricta academia, siempre bien resuelta y con dominio del volumen. Como dramaturgo, por otro lado, obtiene el primer premio por El vendedor en el concurso periodístico convocado, en 1960, por la Feria de Muestras de Barcelona y  su guión Mundo joven obtiene, en 1969, el premio especial del Primer Concurso Nacional de Cine Experimental celebrado en Barcelona. También escribe Los alacranes y Aldeabaja, 1971, que tuvo notable repercusión por salir en Radio Nacional de España.

Félix Ferrer Gimeno, como crítico y tras sustituir a Salvador María de Ayerbe, publica su primer artículo el año 1959 en la sección cultural de la revista Argensola, en la cual escribía Santiago Broto. Revista de la que será redactor jefe. Corresponsal de los diarios zaragozanos El Noticiero y Amanecer, así como de la agencia Europa Press, también publica críticas en el diario oscense Nueva España. Prólogos, críticas y entrevistas a artistas, sin olvidar los resúmenes anuales, son de obligado estudio por la profundidad analítica. También publica excelentes estudios de artistas como, entre otros, Antonio Saura, José Beulas, Julián Grau Santos, María Cruz Sarvisé, Gutiérrez Fanlo, Paco Zueras y Enrique Torrijos. En diciembre de 1971 inaugura en Huesca la Galería S´Art, que dirige, hasta 1978 por enfermar de cáncer, con una coherente programación y dando oportunidad a jóvenes valores. A su ingente tarea, por otro lado, se debe la creación del Museo del Alto Aragón (Arte Contemporáneo) de pintura y escultura que divide en departamentos. El día de la inauguración se leyeron unas cuartillas de José Camón Aznar, en las que sugería cómo “la constancia y el amor al arte de Félix Ferrer han conseguido reunir estas obras que no son más que el inicio de un futuro que ¡ojalá! Corresponda a las intenciones de su fundador, a la grandeza del país que lo tutela y a la corporación provincial” (Alvira Banzo, 2000). Museo que, tal como se ha indicado, cierra en 1986. Sus fondos se incorporan a la Diputación Provincial de Huesca.

En cuanto a Ángel Azpeitia, nacido en Zaragoza el 13 de julio de 1933, conviene recordar que es historiador, crítico de arte y profesor de la Universidad de Zaragoza, de la cual es Doctor en Filosofía y Letras. La Tesis de Licenciatura fue expedida en 1969 y la Tesis Doctoral en 1976. Estamos, por tanto, ante el primer crítico de arte con título universitario y especializado en arte contemporáneo. Su vocación enlazada con las humanidades se manifiesta desde temprana edad, pues en 1953, con 20 años, obtiene el premio Manuel Serrano y es invitado a los Juegos Florales. Declamador desde los años cincuenta y miembro fundador del Teatro de Cámara La Cigarra, fundado en febrero de 1957, del cual es director junto con Antonio Artero. Además de actor fue conferenciante sobre temas relacionados con el teatro y es autor, con el seudónimo de Eugenio Moros, del cómic Epoxi y guionista, junto con Gabriel Bermúdez, del cómic Celtior, creado en 1969. De carácter vital, analítico y con desbordante sentido del humor, entre sus múltiples cualidades cabe sugerir la facilidad para hipnotizar. Desde mayo de 1962, primero con sustituciones hasta su consolidación en el cargo, ejerce como crítico en el Heraldo de Aragón. Su continuada tarea significa la estabilización del panorama crítico. Aunque el pintor Ángel Aransay comenzara con la página semanal de arte en abril de 1972, Ángel Azpeitia la incorpora desde el 14 de noviembre de 1976, lo cual contribuye a la regularización sistemática, racional, de la crítica. A partir de la fecha indicada los artículos habituales de Heraldo de Aragón se convierten en página semanal de Arte. Desde el 1 de diciembre de 1988, por cambio de formato, pasa a dos páginas y vuelve a una desde febrero de 1995. Los firmantes de las críticas son: Desde el 1 de mayo de 1986, a nombre de Ángel Azpeitia y Mercedes Marina, desde octubre de 1990, a nombre de Ángel Azpeitia y Héctor López, y desde febrero de 1994, a nombre de Ángel Azpeitia, Héctor López y Pedro Pablo Azpeitia, mientras que con el actual cuadernillo Artes y Letras tenemos un sistema alternativo entre una y dos páginas con las firmas de Ángel Azpeitia, Pedro Pablo Azpeitia, que con el tiempo deja la crítica, Alejandro Ratia, Antón Castro y Ricardo García Prats. Todo sin olvidar las críticas y entrevistas, desde los setenta, de Luis J. Garciá Bandrés y con posteridad las colaboraciones de Fernando Alvira Banzo desde Huesca.

De Ángel Azpeitia, sin duda, a valorar su análisis sereno, el uso en ocasiones de un sutil doble lenguaje, esa ambigüedad calculada, tan difícil de captar para el no entendido y la inapreciable utilización de recursos históricos cuando el tema lo requiere. Sus críticas, vistas en conjunto, ofrecen una ingente cantidad de datos, tan necesarios para futuros trabajos. Escritor ágil y penetrante si lo ve necesario. Como crítico ha obtenido diferentes premios. A destacar, entre otros, el Premio Nacional de la Crítica “Camón Aznar”, 1983, y el Premio Nacional “Correo del Arte”, 1988, a la mejor labor crítica. Presidente de la AECA y miembro de la AICA, presidente de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte y en la actualidad su presidente de honor. Asimismo, y por otra parte, es vicepresidente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza, Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y presidente de honor de la Asociación Española de Críticos de Arte.

Un ejemplo que determina la abismal diferencia entre Ángel Azpeitia y muchos de los anteriores críticos de arte, con la excepción de Félix Ferrer Gimeno, es su conferencia en diciembre de 1974, bajo el título de Función de la Crítica y en el ámbito de las Jornadas Artístico-Culturales Aragonesas de ANSIBA. En dicha conferencia habla sobre la crítica descriptiva, retomada para el arte abstracto, la ideológica, la historicista a partir de Hegel y la psicológica desde el “romanticismo y de las teorías freudianas, con la interpretación psicológica del artista”. Acerca de la época moderna afirma que “se produce la resurrección del formalismo y de la crítica descriptiva. Se trata de un formalismo evolutivo, que rompe la dualidad fondo-forma y en el que la obra de arte aparece como un todo coherente”. Conferencia, en definitiva, que en la época muy pocos podían concebir.

Ángel Azpeitia, todavía en 2011, se mantiene como crítico esporádico en el Heraldo de Aragón, lo cual evidencia que el número de críticas es ingente, junto con numerosos prólogos, comisariados y colaboraciones en revistas especializadas sobre arte. Figura intelectual, por tanto, de marcada importancia para el arte contemporáneo aragonés. En 2002, para finalizar, publica Diccionario de Arte Contemporáneo y Terminología de la Crítica Actual.

En el diario Aragón / Exprés, fundado en 1970, ejerce su primer año el pintor Jorge Gay, para seguir el excepcional crítico de cine, historiador y ensayista Manuel Rotellar, siempre con una visión repleta de honestidad y valentía, de prudencia. El pintor Ángel Aransay escribe en el mismo diario desde octubre de 1970 y desde abril de 1972 incorpora en Aragón la primera página semanal de arte. Con posteridad, desde enero de 1973 hasta agosto de 1975, es crítico en El Noticiero. Sus críticas se caracterizan por el penetrante análisis y la total sinceridad, motivo para abandonar su tarea por presiones de algunos artistas. Para muchos, desde luego,  es de los muy excepcionales críticos aragoneses.

Alberto Sánchez Millán, nacido en Zaragoza el 7 de agosto de 1973, se vincula al cine desde siempre. En 1963, por ejemplo, rueda y realiza el documental Viaje a Burdeos, mientras que como fotógrafo tiene su primera exposición individual en 1970 y su primera colectiva en 1967. Películas de artes plásticas: El estudio, de 1966, rodada en el estudio del pintor Juan Gimeno Guerri, Damián Forment en Aragón, de 1968, Azuda-40, de 1974 a 1977, y Pablo Serrano, de 1976 a 1978. Entre finales de los sesenta y los setenta ejerce como crítico de arte y de cine en Radio Juventud de Zaragoza. Fallece en Zaragoza el año 2010.

En el periódico Andalán, que comienza desde 1972, el pintor José Luis Lasala, bajo el seudónimo de Royo Morer, ejerce la crítica sobre aquellos artistas que considera oportuno. Su ácido sulfúrico a mil se centra en algunos premios artísticos, en la política cultural y en la defensa de lo aragonés. Queda como el crítico imprescindible en un momento a determinar, o en cualquiera.

Manuel Pérez-Lizano estudia Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza, mientras que su Tesis de Licenciatura, dirigida por Federico Torralba Soriano, es sobreEl escultor Honorio García Condoy y su Tesis Doctoral, dirigida por Ángel Azpeitia, es sobreFotografía y Grabado en Puerto Rico. Prólogos para catálogos y comisario de diversas exposiciones. Dirige el Diccionario Antológico de Artistas Aragoneses, 1947-1978 y publica diferentes libros sobre arte contemporáneo. En  el periódico Andalán publica críticas esporádicas desde 1972 y en Heraldo de Aragón colabora desde 1974 con artículos sobre arte. Con posteridad, durante los ochenta, reside en Puerto Rico y ejerce como profesor de arte en la Universidad Central de Bayamón y como crítico en el diario El Nuevo Día desde finales de la década. Cuando regresa a Zaragoza, en julio de 1989, publica artículos y críticas sobre arquitectura en el Diario 16 de Aragón, del 18 de octubre al 2 de enero de 1990, y en el Heraldo de Aragón, del 1 de abril de 1990 al 20 de octubre de 1991. Entre septiembre de 1993 y junio de 1994 ejerce la crítica, junto con el escultor Miguel Ángel Arrudi, en la emisora Antena 3 de Zaragoza y en el periódico quincenal El Aragonés desde el 1 de noviembre de 2002 hasta su cierre el 15 de julio de 2005. En fechas recientes ejerce la crítica de arte en la revista AACA (Asociación Aragonesa de Críticos de Arte).

Jaime Esaín, nacido en Madrid, es General de Sanidad en situación de reserva, así como Doctor y Académico de Honor de la Real Academia de Ciencias Veterinarias. Sus vínculos con el arte nacen con los Cursos y Aulas del Ateneo de Madrid. Miembro de la AECA y la AACA, autor de varios libros, como crítico se vincula al diario Amanecer desde febrero de 1975 hasta su cierre en 1979. Además de publicar varios libros y comisariar exposiciones, sus críticas tienen un matiz conservador pero con riguroso análisis y diferentes datos. En cuanto a Eduardo Bru Celma, nacido en Zaragoza el 17 de abril de 1949, publica artículos sobre arte y arqueología en El Noticiero, de 1969 a 1973, y con posteridad, de 1975 a 1977, es nombrado crítico oficial de Aragón / Exprés. Ha prologado numerosas exposiciones de artistas aragoneses y valencianos.

La década de los setenta en Zaragoza se completa con Luis García-Bandrés y Carmen Rábanos Faci. Luis García-Bandrés, hasta su reciente jubilación, está vinculado alHeraldo de Aragón. Aparte de prólogos para catálogos y de participar en diferentes jurados, destaca por las críticas sin asperezas gratuitas y por los esporádicos artículos para denunciar específicas situaciones en torno al arte o para evocar con justificada nostalgia los gloriosos y rompedores años setenta. En el citado diario se dedica desde hace años a tareas lejos de la crítica. De aquellos setenta es imprescindible recordar su predisposición natural para dinamizar. Como hombre enamorado del arte y de los artistas, a través de un acercamiento espontáneo desde su muy marcada pasión, nadie ha recogido aquella actitud tan ilusionada y abierta, tan responsable y sincera. Su figura, su personalidad, se completa con una oculta tarea como pintor bajo el seudónimo de Gonzalo Bujeda. Su primera exposición individual es en 1992, con 44 años, y hasta 2011 ha exhibido en numerosas ocasiones. Cuadros bien compuestos, con sentido del color, que oscilan entre la sentido del color, que oscilan entre la estructura abstracta y la sugerencia figurativa.

Carmen Rábanos Faci, profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza desde 1972 y titular desde 1985 hasta su reciente jubilación, desempeña cargos públicos. De 1967 a 1994, como dato de gran interés para definir su perfil, participa de manera activa en movimientos socio-culturales. Publica libros sin interrupción y numerosos trabajos sobre arquitectura y urbanismo. Como crítica de arte comienza en Aragón / Exprés, de 1977 a 1979, y en Radio Juventud de Zaragoza, de 1977 a 1978. Asimismo, aunque ejerza en ocasiones para El Día, colabora para Andalán entre 1982 y 1983, para ser fija desde 1984 hasta 1987. Entre 1991 y 1992 es crítica de arquitectura y urbanismo, siempre contemporáneas, en El Periódico de Aragón

En Teruel tenemos como precedente al pintor Ángel Novella y con posteridad a Jerónimo Beltrán en el Diario de Teruel. En Huesca y su provincia, tras la insustituible huella de Félix Ferrer Gimeno, destacan varios críticos. Fernando Alvira Banzo, nacido en Huesca el año 1947, desempeña cargos académicos desde 1975 y es Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona desde 1982. Imparte clases en la Universidad de Huesca y en 1995 es nombrado Académico de Número y Delegado en Huesca de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza y en 1997 Académico Conservador, mientras que desde 1996 es nombrado presidente de la AACA y desde 1997 es nombrado Consejero del Instituto de Estudios Altoaragoneses. Como pintor expone con regularidad desde 1968 y como ilustrador de numerosas publicaciones colabora desde 1980. A partir de 1989 publica libros, artículos, ensayos y prólogos para exposiciones, mientras que como crítico se vincula al diario oscense Nueva España, de 1976 a 1978, y al Heraldo de Aragón como corresponsal de Huesca desde 1978 hasta fechas recientes. Si Virginia Baig Omella escribe para la publicación oscense 7 de Aragón, Luis Lles y José Luis Ara Olivan publican en el Diario del Alto Aragón. José Luis Ara Oliván es funcionario de la Diputación General de Aragón, profesor de Enseñanza General Básica y miembro de la Asociación Iberoamericana de Periodistas Especializados, así como de la AACA, AECA y AICA. Director de la colección de Poesía de Estudios Altoaragoneses y conocido poeta. Su libro Aleteos, por ejemplo, ha recibido varios premios de poesía. Prologuista y comisario de exposiciones, asesor artístico y cultural, como crítico de arte ejerce en el Diario del Alto Aragón desde 1978.

Durante la década de los ochenta emergen en Zaragoza nuevos críticos de arte. El fotógrafo Rafael Navarro, a petición de Eloy Fernández Clemente, es crítico de fotografía en Andalán, mientras que en dicho medio también publica críticas el pintor José Luis Cano, bajo el seudónimo de A. Gimeno, que será sustituido por el pintor Vicente Villarrocha, bajo el seudónimo de B. (por Benjamín) Gimeno. Vicente Villarrocha, nacido en Zaragoza el año 1955, se gradúa en la Escuela de Arte de Zaragoza y trabaja como profesor. Su contribución a la crítica comienza con Andalán, de 1980 a 1982, para seguir en la revista Menos Quince, en 1985, la guía del ocio Zaragocio, El Día, desde 1989 hasta su cierre en noviembre de 1992, y El Punto Fin de Semana. Acerca de Alfredo Romero Santamaría, nacido el año 1954 en Molina de Aragón (Guadalajara) y residente en Zaragoza desde 1965, cabe indicar que es Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Funcionario de la Diputación Provincial de Zaragoza, en la que tiene importantes cargos relacionados con las exposiciones en el Palacio de Sástago, como, por ejemplo, Director del Área de Cultura y Patrimonio. Miembro de la AECA y la AICA desde 1981. Socio de Honor de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza desde 1988, miembro de la Sociedad de Historia de la Fotografía Española desde 1990 y Académico de número de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza, desde 2000, en la Sección de Artes de la Imagen. Como crítico escribe sobre artes plásticas, ni digamos sobre fotografía, en El Día desde 1982 hasta 1987. También publica críticas de arte en la revista de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza y en la revista digital AACA. Ha publicado libros y textos para catálogos de exposiciones.

La prematura y sentida muerte de Mercedes Marina, Zaragoza, 1936-1990, se refleja en diversas reacciones del ámbito artístico. Estudia Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense y fue miembro de la AECA y de la AACA. Partidaria de una interpretación psicológica del arte y de un método iconográfico e iconológico, como crítica ejerce en Heraldo de Aragón desde el 30 de mayo de 1982 hasta el 7 de junio de 1990, es decir, un total de 281 críticas. Aunque ejerce la crítica sobre diferentes disciplinas artísticas se especializa en fotografía. Cada exposición la analiza con rigor y su apuesta por la fotografía es determinante, hasta tal punto que críticas y extensos artículos sirven como documentos imprescindibles para mostrar dicho medio creativo y valorarlo con exactitud.

Los ochenta se cierran con otros críticos. El novelista, poeta y pintor Antonio Fernández Molina, que reside en Zaragoza desde 1975 hasta su muerte en 2005, publica en La Guía de Zaragoza y con posteridad en El Día y ABC de Aragón. Su condición como novelista y poeta se detecta, por las precisas y hermosas alusiones literarias, en críticas, monografías de artistas y prólogos para exposiciones. La ininterrumpida trayectoria de Desirée Orús, nacida el año 1960 en Zaragoza y Licenciada en Filosofía y Letras, empieza en Radio Cadena, 1986 y 1987, para seguir en Cope, finales de 1987 y 1988, y Radio Zaragoza, desde mayo de 1990. Articulista y comisaria exposiciones. Héctor López, para concluir, comienza en la revista madrileña Crítica de Arte en 1988, para incorporarse al Heraldo de Aragón, entre septiembre de 1988 y enero de 1989, y ser colaborador fijo desde octubre de 1990 hasta que deja el ejercicio de la crítica.

A lo largo de los noventa tenemos los siguientes críticos. Alicia Murria ejerce en el Diario 16 de Aragón, hasta que se traslada a Madrid como bibliotecaria y es sustituida por Alejandro Ratia, que nace en Zaragoza el año 1960 y es Licenciado en Matemáticas. Alejandro Ratia publica cuentos y novelas y a la crítica llega por su vocación como coleccionista. En dicho Diario 16 de Aragón que cierra el 1 de octubre de 1996, también publican el historiador Manuel García Guatas y Cristina Giménez Navarro. En El Periódico de Aragón, que comienza desde octubre de 1990, publica Isabel Biscarri, la cual es sustituida por Chus Tudelilla, que nace en 1961 y es Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. A partir de 1989 colabora de forma esporádica en El Día y en El Periódico de Aragón desde sus comienzos. Escribe textos para catálogos y es comisaria de exposiciones.

Jaime Ángel Cañellas, nacido en Épila (Zaragoza) el año 1946, es Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Zaragoza. Director por oposición de la Escuela de Arte de Melilla, 1978 a 1984, cuando regresa a Zaragoza, en 1985, es nombrado director de la Escuela de Arte, de 1987 a 1992. Miembro de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza. En Zaragoza se vincula como crítico a El Día, 1990 a 1992, y al semanario El Punto del Ocio, 1992 a 1994. Publica artículos y prologa exposiciones. Comisario exposiciones. Queda Pedro Pablo Azpeitia, hijo de Ángel Azpeitia. Nace en Zaragoza el año 1966 y es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza. Hasta su cierre dirige con excelente criterio la sala de la Caja Rural de Huesca en Zaragoza. Tanto Héctor López como Pedro Pablo Azpeitia son una consecuencia natural de Ángel Azpeitia y su positiva influencia es el vehículo hacia su independencia como críticos. En Pedro Pablo Azpeitia se perciben muy diferentes lecturas y conclusiones respecto a su padre, sin olvidar una muy notable capacidad de análisis. Con el lenguaje, tan rico y versátil, juega como quiere y sus conferencias y prólogos para exposiciones son intachables.

La actual crítica en Zaragoza, diciembre de 2011, se limita a lo siguiente. Chus Tudelilla en El Periódico de Aragón y Alejandro Ratia y Ricardo García Prats, con críticas y artículos desde Huesca y su provincia, en Heraldo de Aragón, sin olvidar la esporádica presencia del histórico Ángel Azpeitia y alguna crítica del escritor Antón Castro. Asimismo, es imprescindible citar la revista digital AACA, fundada en enero de 2008, en la que ejercen la crítica, entre otros, Jesús Pedro Lorente, José Antonio Val, Manuel Pérez-Lizano Forns, Manuel Sánchez Oms, Ana Puyol y Paula Gonzalo Les, entre otros.

A lo largo de los siglos veinte y veintiuno, una de las singularidades es el artista interesado por la crítica. Hasta los cincuenta sólo tenemos a José y Joaquín Albareda Piazuelo, que firman como Albareda Hermanos, y a Francisco de Cidón. Tras la Guerra Civil, 1936-1939, surge Félix Ferrer Gimeno, que también concluye esculturas, y con posteridad el fotógrafo Alberto Sánchez Millán desde los sesenta. Aunque algunos artistas comiencen la crítica de arte en los ochenta su espíritu es propio de la década anterior, mientras que un número a determinar ejerce la crítica en los setenta. ¿Qué razón existe para que en los noventa desaparezca el artista como crítico de arte? Produce la impresión de que la actitud en contra de la dictadura, incluso el descontento con algunos críticos, motiva el nacimiento del artista como crítico de arte y la normalización política con la democracia provoca su desaparición. Aunque los fotógrafos Alberto Sánchez Millán y Rafael Navarro se interesen por la crítica, corresponde a los pintores el mayor número. Pintores: Jorge Gay, Ángel Aransay, José Luis Lasala, José Luis Cano, Vicente Villarrocha, Fernando Alvira Banzo y, a caballo entre la literatura y la pintura, Antonio Fernández Molina.

Al margen de que ninguna artista sea al mismo tiempo crítica de arte, asunto que carece de importancia y que se justifica por su menor número respecto a los artistas, las tres primeras críticas de arte son Carmen Rábanos Faci, desde 1977, Mercedes Marina, desde 1982, y Desirée Orús, desde 1986, mientras que las cuatro restantes, Alicia Murria, Cristina Giménez Navarro, Isabel Biscarri y Chus Tudelilla, son de los noventa. Se citan, por supuesto, a las que han ejercido, o ejercen, en medios conocidos.

Con Ángel Azpeitia, salvo error, se inicia el primer crítico con título universitario, para aumentar con el tiempo de forma muy sustancial. Un grave problema, al menos en Aragón, es la ausencia de revistas especializadas en arte contemporáneo con solera, no cuentan las del Museo Camón Aznar y del Departamento de Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras, ambas en Zaragoza, y el constante cierre de diarios, lo cual imposibilita un amplio abanico con diferentes criterios y una continuidad sin fisuras. A tener muy en cuenta la revista AACADigital, editada trimestralmente por la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte, desde septiembre de 2007.

La Asociación Aragonesa de Críticos de Arte, integrada en la Asociación Española, se funda en Huesca el 28 de junio de 1986 y es la lógica consecuencia de la evidente profesionalización de los críticos de arte. En Huesca, por tanto, se redactan y aprueban los estatutos. Pedro Pablo Azpeitia recoge con meridiana claridad las singularidades de los estatutos. Afirma:

…defensa de nuestra crítica de arte en la Comunidad Autónoma, promoción de las investigaciones e información artística, fomento del desarrollo y conservación del patrimonio artístico de Aragón (entiéndase que el arte actual también es patrimonio, no conviene utilizar el sentido restringido del término), relacionarse con otras asociaciones con objetivos similares, ejercer cuantas tareas de su competencia le sean encomendadas por las administraciones públicas, organizar actividades y servicios comunes de interés para los asociados (ya sean de carácter profesional, formativo, cultural asistencial y otros análogos), organizar cursos y seminarios para la formación profesional y continuada de los críticos de arte, concesión de premios y ayudas para actuaciones de carácter profesional y cualquier actividad que redunde en beneficio de los intereses profesionales del colectivo.

Pueden pertenecer a la asociación quienes se dediquen de manera activa a desarrollar en Aragón la crítica de arte en los medios de comunicación social, o quienes desarrollen una actividad regular a través de cursos, conferencias,artículos, publicaciones y textos dedicados a la investigación del arte, o quienes desempeñen en instituciones públicas o privadas alguna función profesional de conservación o difusión de la obra artística (Azpeitia, 1997).

Se nombra presidente a Ángel Azpeitia y la Junta Directiva está integrada por Jaime Esaín, vicepresidente, Carmen Rábanos Faci, tesorera, Pablo J. Rico, vocal, Ricardo Ramón, vocal, y Jaime Ángel Cañellas, secretario. Cuando Ángel Azpeitia obtiene la presidencia de AECA en 1994, ha de dejar la de AACA, donde es sustituido por Jaime Ángel Cañellas. En 2004 tenemos la siguiente Junta Directiva: Pedro Pablo Azpeitia, presidente, Vicente Villarrocha, vicepresidente, Dolores Durán, secretaria, Fernando Alvira Banzo, tesorero, Virginia Baig, vocal, y Alejandro Ratia, vocal. Desde el 12 de abril de 2007 tenemos la siguiente Junta Directiva: Fernando Alvira Banzo, presidente, Carmen Rábanos Faci, vicepresidente, Pilar Irala Hortal, secretaria, Virginia Baig, tesorera, Jesús Pedro Lorente Lorente, vocal, y José Antonio Val Lisa, vocal. Desde 2009 tenemos, hasta el presente 2011, la siguiente Junta Directiva: Manuel Pérez-Lizano Forns, presidente, Desirée Orús, vicepresidente, Fernando Alvira Banzo, tesorero, Jesús Pedro Lorente Lorente, secretario, Manuel Sanchez Oms, vocal, y Ana Puyol, vocal.

En vínculo con la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte, se organizan una serie de actividades de obligada referencia. Veamos. Del 2 al 6 de diciembre de 1988 se celebra en Zaragoza el IV Congreso Nacional de la Asociación de Críticos de Arte. Además de publicarse el libro Prolegómenos al Manifiesto Pánico o la Tortura del Pollo Urbano, íntimamente relacionado con el zaragozano Grupo Forma de los setenta, también se inaugura la esclarecedora exposición Vanguardia Aragonesa en la Década de los Setenta, con Ángel Azpeitia como comisario. Por otra parte, si cuando en 1990 fallece la crítica de arte Mercedes Marina se realizan diversos homenajes, como Homenaje a Mercedes Marina, con artículos y estudios de diferentes asociados, o la exposición Fotografía Aragonesa en los Ochenta, homenaje a Mercedes Marina, a partir de 1991 se convoca el Premio AACA, el cual, como muy bien sugiere Pedro Pablo Azpeitia, alude a “las artes plásticas para distinguir anualmente los trabajos más destacados en la promoción y difusión de las artes plásticas en Aragón a través de la organización de exposiciones, muestras, exhibiciones y otras actividades similares. Se distinguen la mejor exposición celebrada, la mejor producida en la Comunidad Autónoma, el mejor montaje, la mejor primera individual de un artista, la mejor que haya recorrido al menos tres galerías o salas de exposiciones y la mejor trayectoria de una galería o sala de exposiciones” (Azpeitia, 1997).

 

Del 25 al 27 de noviembre de 1994 se celebra en Huesca el VII Congreso Nacional de la Asociación Española de Críticos de Arte, bajo el tema Los ochenta, algo más que una década. Tema que se desarrolla mediante conferencias y ponencias publicadas con el mismo título por el Ayuntamiento de Huesca.

La Asociación Aragonesa de Críticos de Arte organiza en Zaragoza, del 21 al 24 de septiembre de 2000, el IX Congreso Nacional de la Asociación Española de Críticos de Arte. El tema central del Congreso se titula La crítica de arte del siglo XX en España y consta de las siguientes secciones: Últimas tendencias, a cargo de la Asociación Aragonesa con Jaime Ángel Cañellas, Pedro Pablo Azpeitia y Vicente Villarrocha como conferenciantes, Arte y política, a cargo de la Asociación Valenciana con Teresa Beguiristain, y Crítica y Mercadotecnia a cargo de la Asociación Madrileña con Mario Antolín. Para concluir, en Zaragoza y Huesca se celebra, del 17 al 20 de noviembre de 2011, el XIII Congreso Nacional de la Asociación Española de Críticos de Arte con motivo de su 50 aniversario, 1961 a 2011, y el 25 de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte. Siempre bajo la coordinación de Begoña Fernández Cabaleiro y Jesús Pedro Lorente Lorente, y con Desirèe Orús como secretaria técnica. Se celebra en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneo Pablo Serrano, de  Zaragoza, días 17, 18 y 20 y en el Instituto de Estudios Altoaragoneses, de Huesca, día 19. Además de numerosas comunicaciones, tenemos las ponencias de Jesús Pedro Lorente Lorente, Begoña Fernández Cabaleiro, Román de la Calle, José Corredor-Matheos, María Isabel Cabrera y Manuel Pérez-Lizano Forns.

La Asociación Aragonesa de Críticos de Arte ha concedido los siguientes premios desde 2007, siempre con motivo de la Asamblea General Ordinaria. Premiados en 2007 y entregados en enero de 2008: Antón Castro por la difusión del arte contemporáneo en el programa “Borradores”, de Aragón Televisión, la Galería Spectrum Sotos, especializada en fotografía y dirigida por Julio Álvarez Sotos, y al pintor Daniel Sahún a la mejor exposición del año.   

Premiados en 2008 y entregados el 15 de diciembre de 2008: Al Ayuntamiento de Zaragoza por la difusión del arte aragonés contemporáneo, a la Galería A del Arte como el más destacado espacio expositivo y el Gran Premio como artista vivo aragonés al escultor Santiago Gimeno.

Con la nueva Junta Directiva, presidida por Manuel Pérez-Lizano Forns, se han otorgado diferentes premios. Premiados en 2009 y entregados el 30 de marzo de 2010: A la Galería Pepe Rebollo, de Zaragoza, como Mejor Espacio de Promoción del Arte Aragonés Contemporáneo, al Heraldo de Aragón el Premio a la Mejor Labor de Difusión del Arte Aragonés Contemporáneo y al artista Javier Codesal el Gran Premio AACA por su exposición, de 2009, en el Palacio de la Virreina de Barcelona. El acto de entrega se celebró en la Galería Pepe Rebollo.

Premiados en 2010 y entregados el 14 de enero de 2011: Premio al Mejor Espacio Expositivo a la Galería Antonia Puyó, de Zaragoza, al Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, por su dedicación en los Coloquios de Arte Aragonés, en la revista Artigrama y en sus tareas cara el público, y al pintor José María Martínez Tendero el Gran Premio por su retrospectiva en el Palacio de Sástago. El acto de entrega se celebró en la Galería Antonia Puyó.

En una reunión de la Junta Directiva, año 2010, con la aprobación de la Asamblea General Ordinaria, se decide otorgar cinco premios en vez de tres, con la intención de abarcar otras singularidades relacionadas con el arte contemporáneo. Premiados en 2011, a entregar en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza en enero de 2012. A Vicky Méndiz, como Artista Aragonés Menor de 35 Años, por su exposición ´Cosas que Perduran`, al libro Aragón y el Museo de la Solidaridad Salvador Allende, escrito por Manuel Pérez-Lizano Forns, como Mejor Publicación sobre Arte Aragonés Contemporáneo, al Museo de Teruel, por la Mejor Labor de Difusión del Arte Aragonés Contemporáneo, al Paraninfo de la Universidad de Zaragoza, como Espacio Expositivo sobre Arte Contemporáneo, y al pintor Santiago Arranz, el Gran Premio por su exposición retrospectiva en La Lonja de Zaragoza.

En septiembre de 2007 se funda la revista trimestral Aacadigital.com, que la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte presenta en acto público celebrado en el Casino de Huesca a principios de enero de 2008, con motivo de la entrega de premios de la AACA. Está dirigida por Jesús Pedro Lorente Lorente, profesor de Historia del Arte en la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza, y cumple una función imprescindible para los miembros de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte.

Lo señalado demuestra la madurez y relevancia de la AACA, que pone en su sitio a quien corresponde, soluciona dispares problemas, define la complejidad del crítico de arte y defiende los naturales compromisos, los lógicos intereses, de cualquier crítico de arte en ejercicio.


Entrevista a Santiago Arranz, Gran Premio AACA2011

Artista de espíritu renacentista despliega su fecundo lenguaje creativo a través de la pintura y la escultura. Su obra se nutre de un lenguaje personal de signos y símbolos que ha ido hilvanando desde la década de los 90 y que son patentes en distintos edificios y espacios públicos de Zaragoza, como el Centro de Historias o Plaza 14. Historiador de formación, su carácter intuitivo y su natural introspección le llevan al ejercicio autodidacta de la profesión desde una manera esencial. Santiago Arranz no concibe el arte sin la autenticidad y la investigación constante del origen cultural de los elementos que va apareciendo en sus trabajos. La AACA Asociación Aragonesa de Críticos de Arte le ha concedido el gran premio al más destacado artista aragonés contemporáneo por su exposición “Una y otra realidad” que tiene lugar en La Lonja de Zaragoza, del Ayuntamiento de la ciudad, del 7 de octubre de 2011 al 8 de enero de 2012. Santiago Arranz comienza con estas palabras el texto introductor del catálogo “De la visión del arte como vehículo de expresión de ideas o sentimientos surge Una y otra realidad, un compromiso dual con la realidad a través de los símbolos extraídos de ella y sus infinitas posibilidades de reencarnarse en material artístico desde el subconsciente, la literatura o el concepto”.

 

 

P. Tras la primera exposición individual de Santiago Arranz en tu Sabiñánigo natal, irrumpe con fuerza en Zaragoza con dos exposiciones en los años 80, que tuvieron un gran calado. Entonces tu mundo plástico se nutría de imágenes expresionistas pero también con referencias literarias. ¿Qué es lo que más te interesaba a nivel plástico y personal en esos momentos?

 

 

R. Realizaba una pintura autorreferencial y épica a la vez. El hombre en el paisaje era el tema de estas telas, donde el fin último era “gozar pintando”, aunque  no sin una cierta  reserva irónica que me servía para explorar el mundo, la literatura y el arte, lo que me interesaba en una sociedad en la que no encajaba y de la que me apartaba para generar imágenes interiores.

 

 

 P. Comienza una carrera en la que desde el principio has sido invitado a participar  en bienales, exposiciones colectivas a nivel internacional, proyectos ..¿Cómo se vive ese momento de tanta actividad siendo joven?. ¿Surgen los momentos de dudas, miedos?

 

R. Siempre estoy esperando un proyecto que me active. Estoy acostumbrado a trabajar  desde el principio y hago todo lo posible por que así sea, con las mismas dudas y miedos con los que empecé. Lo que me deprime es la falta de actividad y lo que me inquieta es que la profesionalización de las artes esté desapareciendo y entrando en el arte con la idea de que la artisticidad se apoye en otro trabajo.

 

 

P. Una beca para estudios artísticos en Francia concedida por la Diputación de Zaragoza, te lleva a instalarse en el municipio francés de Fontainebleau. ¿Qué supuso este cambio?

 

R. El Centre National des Arts Plastiques de Paris, donde me dirigí inicialmente, me propuso un taller en Fontainebleau, a unos 50 km. De Paris. Acepté mi destino sin intentar cambiarlo, lo que dió lugar a un cambio inesperado en mi obra,  que supuso el abandono de la figura humana y el interés por los jardines y la arquitectura que rodeaban  mi taller, un salón decimonónico de baile de un antiguo hotel, donde se alojaban estudiantes de la escuela de minas de París procedentes de todo el mundo. En este contexto y al lado de los jardines que rodean el castillo de Fontainebleau surge mi primera serie pictórica “Fontainebleau” en el exilio, que  vivo como una sublimación pictórica  de los lugares ligados a mi experiencia personal.

 

P. Paso fundamental será la decisión de no volver a España y fijar la residencia en Paris en 1987. Además, al riesgo personal se une un cambio en tu obra donde tendrá una presencia fundamental el mundo clásico.Además forjas una intensa amistas con el crítico y escritor Gérard Georges Lemaire. Cómo fue ese periodo.

 

R. Ganar la primera beca Ramón Acín de la Diputación de Huesca me va a permitir instalarme en Paris a partir de 1989. Mi interés por el mito y las culturas antiguas y el mundo de los símbolos ya me han llevado desde finales de 1988 a experimentar con los pigmentos en polvo sobre tabla, abandonando momentáneamente el óleo; y cuando G.G. Lemaire me selecciona para participar en “Saturnus” apenas tengo que hacer nada para adecuar mis cuadros al plan de esta exposición que trata del tiempo histórico, de cronos y la melancolía de Saturno, temas arquetípicos en mi obra.

 

En Paris descubro que literatura y arte se nutren mutuamente. Es frecuente la relación con escritores y el arte literario, que siempre es otra nueva creación, está bien visto en Francia, si bien hay que recordar que mi primera incursión en un proyecto literario la propició mi participación en Percorso di città invisibili, laexposición comisariada  por Pablo J. Rico en la iglesia de San Bartolomeo en Rialto durante la Bienal de Venecia del año 1990, mi primera traducción a imágenes de la literatura, aún vigente, por su importancia, en mi exposición de la Lonja.

 

Otro momento importante en la evolución de mi arte, también ligado  a la literatura y a Paris, fue la realización de las letras capitulares del diccionario del surrealismo “Le monde du surrealisme”, del escritor Gérard de Cortanze , ed. Henry Veyryer, Paris, 1991. Este abecedario antropomorfo, surgido de un encargo inesperado y urgente que debía resolver en un fin de semana, va a caracterizar mi lenguaje definitivamente. Lo que supuso el descubrimiento de animar figurativamente la escritura,  al soldar la forma y la idea, convertía mi pintura en lenguaje, y una de las principales preocupaciones  en las que se debatía mi trabajo en ese momento, quedaba resuelta para siempre.

 

P. A comienzos de la década de los 90 aparece el vocabulario, un nuevo lenguaje de signos y símbolos que irás ligando a proyectos para espacios públicos, ya de vuelta en Aragón. Entre los proyectos municipales destacan la Casa de los Morlanes, el antiguo Convento de San Agustín (Biblioteca Municipal María Moliner) y el Centro de Historias. ¿Cómo evoluciona ese lenguaje?

 

R. A partir de mi obra Abecedario, cada proyecto está basado en un sistema de signos y símbolos que le es propio. Estas iconografías de extensión variable, las aplico, tanto como sistema de representación en pinturas murales como las Cúpulas de la nueva sede de urbanismo en el Cubo, o el Mural del palacio de los Morlanes, ambas en Zaragoza, o bien como sistema de construcción en proyectos arquitectónicos como la Escuela de Restauración Capuchinas en Huesca o el Centro de Historia y la Biblioteca María Moliner en Zaragoza, entre otros.

        

La proyección de los vocabularios en los espacios, aunque puede también ser narrativa como se demuestra en el Centro de Historia, es una manifestación contenida y limitada voluntariamente al significante. Con esto pretendo no convertir los espacios públicos en una representación  de mis emociones y, aunque conserven el latido de mi poesía, esta queda objetivada por la arquitectura. Sin embargo estos vocabularios se muestran sin reservas cuando afronto la pintura en la que mi implicación emocional es total, como se puede ver en mis últimos cuadros, realizados en 2010-2011 para la Lonja.

P. La escultura siempre te ha acompañado pero a partir de 2006 alcanza un importante protagonismo, unido a los encargos de carácter monumental de carácter urbano como el conjunto de elementos totémicos que simbolizan la unión del agua y la música, la danza y el cine, instalados en 2008 en Zaragoza o la pieza “Al final del congosto, la libertad” que se puede ver  la rotonda de acceso al municipio de Castejón de Sos, de este mismo año. Cómo te planteas la escultura Pública.

 

R. Al igual que en mis intervenciones en espacios arquitectónicos, la escultura ha de entenderse en su entorno y con todas las motivaciones, muchas veces ajenas al artista, que generan su necesidad.

Al tratarse de obras en relación al espacio y al público al que se le impone su contemplación, hay que tratar de ser sensible a estos argumentos y huir de  las elucubraciones personales, poniendo toda la energía en la  realización de un buen trabajo con la forma y la escala.

 

P. La  AACA Asociación Aragonesa de Críticos de Arte te ha concedido el gran premio al más destacado artista aragonés contemporáneo por tu exposición “Una y otra realidad” que se celebra en La Lonja de Zaragoza, del 7 de octubre de 2011 al 8  de enero de 2012. ¿Qué ha supuesto esta exposición?.

 

R. Un debate interior muy profundo en el que  cuestionarme cómo adecuarme  en el futuro a un mundo del arte en constante cambio.

Se trata de una exposición de media carrera y, aunque parezca una meta, sólo es una etapa de la que creo haber salido reforzado.

Ha sido una exposición que ha gustado, que han visitado más de 60.000 personas en el más bello espacio de exposiciones de Zaragoza y además el esfuerzo ha sido reconocido por la AACA, una satisfacción ultima a añadir.


Jaime Esaín Escobar, crítico de arte

Es difícil abarcar en pocas palabras la extensa trayectoria de Jaime Esaín Escobar. Polifacético intelectual de incesante dedicación, a quien justo sería reconocer como uno de los más atentos estudiosos y críticos de las artes plásticas aragonesas en los últimos cuatro decenios. En este texto se pretende poner de relieve su importante aportación en el campo de la crítica del arte aragonés, como una primera aproximación en la investigación de una obra en la que se podría y debería profundizar en próximos trabajos.Agradecemos a Jaime Esaín su amable colaboración para la realización de este trabajo, así como las entrevistas realizadas con este fin durante los meses de septiembre y octubre de 2011.

Jaime Esaín Escobar nació en Madrid el 20 de agosto de 1928. Fue bautizado en la ermita de San Antonio de la Florida, en donde al contemplar veladamente los frescos del genial aragonés quizás naciera su vocación artística y su intensa relación con el pintor de Fuendetodos. Pasó su infancia en el Madrid en ebullición del cambio de régimen y esos primeros años vividos en la capital marcaron sin duda su arraigado amor por su lugar de origen, del que sólo una pequeña parte de su vecindario puede presumir de haber nacido en él. Finalizada la Guerra Civil, en 1940 se trasladó con su familia a Zaragoza, donde cursó los estudios de bachillerato en el prestigioso Instituto Goya, de aquellos insignes maestros  de mediados del pasado siglo, que allí profesaron: José Manuel Blecua Teijeiro, de Lengua y Literatura, Eugenio Frutos, de Filosofía, Benigno Baratech y José Estevan Ciriquián de Matemáticas, Emilio Moreno Alcañíz, de Física y Química,  Jerónimo Félix García López, de Ciencias Naturales, Arturo Romaní, de Inglés o  Manuel López Ferrandis y Carmen Alquezar, de Francés

Terminado el bachillerato se matriculó en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza (1946-51), culminando la carrera con Premio Extraordinario de Licenciatura. Comienza entonces una brillante carrera profesional en el campo de la ciencia, pues ganó por oposición, con el número 1 de su promoción, el ingreso en el Cuerpo de Veterinaria Militar. Obtuvo el prestigioso premio "General Sobreviela”, instituido por el Consejo General de Colegios Veterinarios de España. En Madrid se especializó en Bromatología (Inspección e Higiene de  los Alimentos) y obtuvo el Diploma de Sanidad Nacional en 1959. En 1963 se graduó como doctoren veterinaria por la Universidad de Zaragoza, con la calificación de sobresaliente cum laude, versando su tesis doctoral sobre “Determinación del nitrógeno amínico en el pescado salazonado”. Seguidamente es nombrado profesor auxiliar de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza durante seis cursos, cesando a petición propia. En el precitado cuerpo castrense alcanzará la  graduación de General Inspector Veterinario, mandando la subdirección de Bromatología y Asistencia Sanitaria al Ganado del Ejército entre 1989-1991. En el ejercicio de este cargo viajará por Europa en diversas misiones oficiales que le llevaron a Grecia, Alemania, Noruega, etc. Para el desarrollo de su actividad profesional en el campo científico Jaime Esaín cuenta con el apoyo de una sólida formación en idiomas, que le permite una fructífera relación con compañeros del ámbito internacional. Así, obtuvo el diploma de inglés ante el Tribunal  de Idiomas del Ejército, lo que le habilitó para ser profesor de este idioma en el colegio de los PP. Jesuitas de Zaragoza, en el que formó parte de su cuerpo docente durante 20 años (de 1959 a 1979). En su afán de perfeccionamiento obtuvo en 1966 el título de Diplomado por la "Fort Sam Houston" (Texas, EE.UU.), con la calificación de Excellent. Además fue invitado en dos ocasiones (1967 y 1991) por el Alto Mando Americano en Europa a la Conferencia de Servicios Veterinarios Europeos, en Alemania Occidental, a la que asistió representando a España. Ha traducido, obras en inglés, francés y alemán (idioma éste en el que ha desarrollado la mayor parte de su actividad en este campo), poniendo al alcance de los profesionales y científicos españoles desde 1962 más de un centenar de libros de temas científicos y técnicos (Producciones Animales, Fisiología, Patología, Terapéutica, Zootecnia, etc.), siendo utilizados muchos de ellos como textos oficiales en diversas Facultades de Veterinaria españolas y sudamericanas. En reconocimiento a sus méritos en este campo, la Real Academia de Ciencias Veterinarias de Madrid le nombró en 1990 Académico de Honor. En 1991 pasó a la Reserva, quedando liberado de las importantes tareas que realizaba como General de Sanidad (Veterinaria) en activo.

En paralelo con esta brillante trayectoria profesional Jaime Esaín siempre ha mostrado un gran interés por el mundo del arte y la crítica artística. Su natural interés se vio reforzado en su juventud, cuando pudo asistir a cursos y conferencias en Madrid, organizados por el Ateneo y el Círculo de Bellas Artes, pero ha sido en Aragón dónde comenzó su andadura artística como crítico de Arte. Participó en la fundación de la Asociación Aragonesa de Críticos de Arte, al presentar el profesor Angel Azpeitia  en la década de los noventa su candidatura para presidir la Asociación Española de Criticos de Arte (AECA), propuso a Esaín  participar en la correspondiente Junta Directiva Nacional con el cargo de tesorero. Aceptada la proposición y ganadas las elecciones, Esaín estuvo en el cargo los 6 años que duró el mandato del profesor Azpeitia.  Esto le granjeó un reconocido prestigio y numerosos contactos y relaciones en todo el país. En la actualidad es decano  de AECA en Aragón. Es académico Correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis. Es socio numerario de las Asociaciones Aragonesa de Críticos de Arte (AACA), de la cual fue vicepresidente, socio numerario de la Asociación Española de Críticos de Arte (AECA) y también de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA). Ha escrito gran cantidad de críticas en diarios y revistas especializadas, así como textos para catálogos y monografías sobre distintos temas artísticos.

Su labor como crítico comenzó en 1974 en el diario Amanecer de Zaragoza, que contaba con un equipo de críticos de notable talla: Manuel Rotellar –cine-, Zaldivar –música- o Salvador Asensio –toros. En  este diario y desde la década de los 70  formaba parte de la sección “Las Artes y los días”, dónde tuvo a su cargo una página titulada “Vida artística   Zaragozana”, en donde se publicaban las reseñas críticas de las muestras celebradas en la ciudad en el curso de la semana. Su colaboración es interrumpida en 1979 por el cierre del periódico, pero durante este fructífero quinquenio tuvieron cabida en las páginas firmadas por Jaime Esaín cuantos artistas plásticos tenían algo que transmitir a la sociedad aragonesa, muchos de los cuales han dejado honda huella por su trayectoria artística.

A modo de ejemplos relevantes, haremos algunas breves reseñas de aquellas críticas. Se trata de una selección personal en la que tratamos de mostrar el documentado estilo crítico de Jaime Esaín, así como la variedad de artistas y movimientos sobre los que ha reflexionado. Al ser la cultura aragonesa su principal campo de acción, muchos de estos artistas son también los protagonistas de la agenda artística zaragozana de la época, como Natalio Bayo, Pascual Blanco y los otros miembros del Grupo Azuda-40, la Hermandad Pictórica, José Orús, Francisco Rallo, pero también artistas nacionales como Guinovart. Asimismo, estaba al tanto de las últimas tendencias, pero también revisaba las exposiciones de artistas consagrados en el arte aragonés como García Condoy. En relación a la  “Exposición homenaje al escultor García Condoy” celebrada en 1975 escribió:

Que Condoy es un artista integral lo demuestra la variedad asombrosa de esta muestra…Vemos barros de calidades únicas, tallas de madera leves, aparentemente intrasdescentes,  pero de una honda expresividad poética derivada de su quintaesenciada estilización: bronces de inspiradísima factura, en los que no faltan atrevidas abstracciones…Sin dejar de advertir en una parte de su producción un claro parentesco estilístico con Gargallo en la utilización de espacios vacíos, como factores de equilibrio. ¡Qué trinidad genial de la escultura moderna es la que componen estos tres aragoneses, Pablo Gargallo, Honorio García Condoy y Pablo Serrano(Esaín, 1975a). 

Sobre los “Paisajes de Albareda en sala Barbasán” Jaime Esaín señaló con lucidez que:

Y es que se da en Albareda como en pocos pintores el fenómeno de la perspectiva afectiva, consistente en redescubrir el paisaje como motivo de una dialéctica nueva y decirlo con un lenguaje de extremada pureza expresiva, pero pleno de verismo, haciendo que la emoción prive sobre la fría técnica…(Esaín, 1975b).

Esaín comentó también la visita de Guinovart a la Galería Atenas que dirigía Federico Torralba en su crónica “Exposición Guinovart 75", en la que puntualizaba que:

La impronta dejada por José Guinovart en el arte español deriva de su inconformismo connatural capaz de ceñirse a las fórmulas expresivas vigentes el día de su venida al mundo de la pintura. Desde su participación en el salón de los 11  organizado en los años 40 por Eugenio D´Ors, se manifiesta todavía bajo la influencia de la obra de Tapies como artista de tendencia experimental, practicante de una pinto-escultura vanguardista basada, en la extracción de insólitas pero siempre atractivas connotaciones de los materiales más extravagantes y desusados(Esaín, 1976b).

Otra crítica que permite apreciar la certera puntería de Esaín en sus reflexiones críticas es la realizada para “La Hermandad Pictórica Aragonesa” en la Sala Victor Bailo, en Amanecer:

En la intencionada producción de la Hermandad es obligado distinguir varias tendencias, plasmadas en un diverso repertorio de fórmulas expresivas en las que caben también otros materiales distintos del óleo y la tinta tradicionales. Desde un principio se advierte la inquietud por enunciar vivencias y situaciones originales con un lenguaje de elaborada ejecución técnica, actividad en la que cuenta la hermandad con una prestigiosa veteranía, acreditada en diversas e importantes empresas (maquetas, carteles, realizaciones de decoración(Esaín, 1976a).

Este mismo año de 1976 Jaime Esaín también se ocupó del pintor José Orús, sobre cuya personalidad artística señalaba que

en cuanto a la fenomenología de su pintura, se ha dicho en repetidas ocasiones que Orús es cósmico, galáctico… pero a muy pocos se les ha ocurrido reparar en que también es pintor naturalista, porque pinta la Naturaleza de los espacios siderales, interpretada precisamente de acuerdo con un realismo subjetivo cósmico fantástico que es la clave de toda su obra…(Esaín, 1976g).  

También queremos resaltar sus críticas sobre “Francisco Rallo, un escultor cargado de aragonesismo y de entusiasmo” (Esaín, 1976h), sobre las “Pinturas y grabados de Teresa Grasa"(Esaín, 1976f) o las “Pinturas de Alejandro Molina"(Esaín, 1976c), pero por encima de ellas, la que nos parece más representativa, ya respecto a los artistas más jóvenes, fueron los comentarios sobre el arte de los componentes del grupo Azuda 40. Ya en 1975 Esaín se había fijado en las  "Pinturas y dibujos de Natalio Bayo" expuestas en la Galería Atenas de Federico Torralba. Esaín presentaba de este modo a Natalio Bayo:

La actual pintura de Natalio Bayo se incluye por autodefinición en el campo de la transición neofigurativa. En efecto, al decantarse y cuajar el expresionismo radicular del pintor, se nos ofrece ese mundo de realidades imposibles cuya creación, basada en elementos de raigambre realista o surrealista, es carácter distintivo del artista de la nueva figuración…(Esaín, 1975c).

Para el grupo Azuda, la exposición en La Lonja, principal sala de exposiciones de Zaragoza en la época, fue todo un hito, que Jaime Esaín comentó elogiosamente con detalle:

El Grupo Azuda 40 constituye una de las más importantes manifestaciones artísticas aragonesas de los últimos años. Si alguien tiene duda de ello puede darse una vuelta por el palacio de la Lonja en la seguridad que se disiparan todas sus reservas. Los cuatro artistas son Bayo, Blanco, Fortún y Lasala, sintonizan el quehacer pictórico zaragozano con las corrientes del mejor arte imperante en Europa.

El extenso artículo dedicado al Azuda 40 comenzaba refiriéndose a Natalio Bayo, glosando a continuación la obra de los otros componentes del cuarteto:

Su obra ahora exhibida, sigue idéntica línea de simbolismo neurofigurativo. Sus ya famosas palomas aliatadas nos dan la clave de la impotencia de la bondad cuando es oprimida por las ligaduras de la fuerza bruta. Triunfo de la composición unas veces de masas antropomorfas superpuestas o cercenadas, y otras de motivos llenos de connotaciones sometidos a intencionada distorsión, todo dicho en el lenguaje cálido de los rojos de Bayo, fortalecidos a trechos por hábiles aplicaciones de plumilla.

El arte de Pascual Blanco luce aquí plenamente, dando cuenta de la cabal magnitud de sus posibilidades. Pintura que a veces se transforma en escultopintura de denuncia social, politizada en ocasiones y siempre perspicaz, osada en la expresión plástica y relatándonos los avatares de un mundo en el que se impone la ley del tiro y la soga. El hombre, esclavizado en su condición de ser urbano, es aquí el protagonista de esa tragedia de falta de fraternidad y convivencia que Genovés acertó a sublimar. En sus composiciones de marcado sabor canogaresco, de seguro dibujo y lúcida paleta de grises delicados, Blanco acierta a combinar el elemento pop con las asociaciones de las figuras humanas en dinámica ordenación: cuerda, cartulina, chapa de madera y tela, son otros tantos medios utilizados por el artista con el agudo sentido de su estética angustiosa. Temática e intención repetidas en una muy interesante serie de aguafuertes.

En Fortún asistimos a la explosión de la más caótica fantasía cromática inimaginable. Su pintura es un grito de intenso fauvismo, pero -aquí está lo admirable- alarido emitido con ritmo y compás, equilibrado en yuxtaposición del rojo, verde, azul y amarillo puros, colores cardinales de la obra de Fortún que se entrecruzan y adosan, deslindados por trazos negros, en delirantes veteados creadores de una” noche de los contrastes vivientes”. En sus magnos retratos, de trazo violento y desgarrado, palpita el más rabioso e irracional de los expresionismos.

Cierra el grupo en esta ocasión Lasala, del que dice es

practicante de una abstracción geométrica llevada a sus últimos términos. Su concepción operística, de profunda raigambre cerebral, presenta ante el espectador una serie de sugerencias de áreas limpia y uniformemente coloreada, expresivas de estados anímicos elementales que hacen vibrar la sensibilidad del visitante al unísono de sus registros puros y de contenida emotividad (Esaín, 1976d).

Desde 1976 fue corresponsal en Zaragoza de las prestigiosas revistas Gazeta del Arte (Madrid) y Artes Plásticas (Barcelona), participando activamente en ambas publicaciones, habida cuenta de la efervescencia del panorama artístico aragonés durante aquellos años de la transición democrática. De sus publicaciones en la revista catalana puede destacarse “Azares y gloria de Manuel Viola o una manera nueva de pintar. Yo y los colores”, publicada en 1979 en un número especial dedicado al arte en Aragón. Allí decía:

“Viola se apodera de un color y lo hace suyo. Lo exprime, lo desgarra, lo sublima. En sus fascinantes sinfonías cromáticas el color “resuena” con la fuerza y brillantez propugnada por Matisse, reproduciendo el chisporroteo de una paleta sin par, batida en el yunque órfico del artista. Allí los azules abisales en seductoras modulaciones y los rojos incandescentes de resplandores magmáticos, con el súbito centelleo del amarillo entre alucinantes vapores verdes sulfúreos…” (Esaín, 1979a).

 También en este número especial de Artes Plásticas se reseña un próximo feliz acontecimiento que iba a tener lugar en Zaragoza: la inauguración del “Museo Camón Aznar”, hoy conocido como MICAZ, sobre cuyo origen y trascendencia señalaba:

 “Este Museo formado y donado a Aragón por José Camón Aznar y su esposa María Luisa Alvarez, se expone y conserva por la Caja de Ahorros de Zaragoza en este palacio del Renacimiento Aragonés, 1979”.Tal es el texto de la gran placa de mármol blanco que saludará al visitante del Museo “Camón Aznar”, cuya inauguración, prevista para dentro de breves meses, se perfila como el principal acontecimiento artístico de la próxima temporada. Sueño muy querido del insigne profesor Camón Aznar (1898-1979), fue la constitución en su amada Zaragoza de una institución que acogiese la valiosísima colección de pinturas, esculturas, libros y objetos artísticos reunidos por el catedrático aragonés a lo largo de una vida siempre en contacto con el arte en sus manifestaciones más excelsas(Esaín, 1979b).

 También para Artes Plásticas escribió sobre autores hoy tan reconocidos como “Salvador Victoria” (Esaín, 1979c). Más recientemente, en 1996, recuperó en sus escritos, esta vez en Pasarela, a otros artistas injustamente poco recordados, como “Francisco de Cidón” (Esaín, 1996b).

Pero su tarea como crítico y “animador cultural” no se agota con su actividad en diarios y revistas, pues es también notable su colaboración con entidades que promueven el desarrollo de la cultura artística en nuestra Comunidad. Así, dicta conferencias diversas a lo largo de los últimos años del siglo pasado sobre temas y ciclos completos, en la sala de la Caja de Ahorros de la Inmaculada (Zaragoza). La esencia de pintores como El Bosco, Dalí, Picasso, Miró, etc. es acercada al público de forma amena y comprensible. También realiza presentaciones de pintores y escribe catálogos por encargo de entidades como la Diputación Provincial de Zaragoza, Ibercaja, o Fundación Caja de Ahorros de la Inmaculada. De entre los catálogos podemos citar como algunos de los más destacados los de las exposiciones de Juan José Vera y Daniel Sahun (Esaín, 1987); Alejandro Cañada, Alberto Duce, Manuel Navarro (Esaín, 1995); Lizalde (Esaín, 1996); Castillo de Larrés, Museo de dibujo (Esaín, 1997); y, ya más recientemente, IX Exposición Internacional de Acuarela (Esaín, 2008), Pintores aragoneses primera mitad  del siglo XX (Esaín, 2008) y Arrecivita, el color del tiempo (Esaín, 2011).

Además de su actividad como crítico de arte en el género periodístico, que ha quedado reseñada, no es de menor importancia su tarea como autor de obras monográficas de reconocido prestigio, que Jaime Esaín ha publicado sobre diversos artistas en el ámbito cultural. En Pintoras aragonesas contemporáneas (Esaín, 1990), hace censo y comentario crítico de todas las mujeres pintoras que desarrollaban su carrera en nuestra Comunidad en el momento en que el libro vio la luz. Por esta razón, el libro se subtitula  “Apuntes para un censo” y en él las artistas son agrupadas sistemáticamente, según géneros y escuelas. En Picasso y Aragón (Esaín, 1992) efectúa una revisión de la bibliografía sobre Picasso joven, antes de su desplazamiento a Paris, en la que se detalla su formación y avatares vivenciales. También reseña aspectos de su vida y obra relacionadas con Aragón. Así, menciona cómo aprendió a nadar en el rio Matarraña, cómo compartió estudio en Paris con el genial aragonés Pablo Gargallo, cuya escultura El Aragonés, exhibida en el Museo Pablo Gargallo, representa el rostro del propio Picasso. Por su parte, Biografía Nostálgica del Estudio Goya” (Esaín, 1996c) es una detallada historia de este ejemplar centro cultural, en el que no había ni profesores ni alumnos. Fundada en 1931 por Mariano Gratal, desarrolló una importante labor formativa, utilizando por primera vez en Zaragoza, el modelo vivo, cuando la coetánea Escuela de Artes utilizaba  todavía yesos como modelos. A este Estudio concurrieron: Virgilio Albiac, Alberto Duce, Baqué Ximenez, Luis Puntes… Asimismo, Felix Adelantado (Esaín, 1996d) es  una biografía ampliamente documentada de este empresario-pintor zaragozano, autor de una obra de corte informalista y características de marcado componente matérico y reconocido valor creativo. Se incluye una extensa muestra de obras, que se distribuyen en diversas modalidades expresivas, en las que influyeron los muchos viajes realizados por el artista por todo el mundo. Realizó exposiciones en Milán, Turín, Munich, Stuttgart, Frankfurt, Bonn… Ejerció un importante mecenazgo en el campo de las artes plásticas, creando y patrocinando la Bienal de pintura “Felix Adelantado”.  Este volumen se presentó como uno de los tres  mejor impresos del año y concurrió a la Feria Internacional del Libro de Frankfurt (Alemania) en 1998. En La acuarela en Aragón (Esaín, 2002) Jaime Esaín realiza una revisión histórica de la acuarela en Aragón, con el estudio subsiguiente de las diversas tendencias, centros y personalidades que han dado lustre a este procedimiento pictórico en Aragón. El Grupo Pórtico: Testimonios y documentos (Esaín, 2006). Se trata de una importante aportación a la historia de este relevante, aunque efímero, grupo de innovadores pintores, que tanta huella dejó en el arte aragonés contemporáneo. El grupo, formado por Manuel y Santiago Lagunas, Fermín Aguayo, Eloy Laguardia, Baqué Ximénez, Alberto Duce, Vicente García, Vicente López Cuevas, Manuel Pérez Losada y Alberto Pérez Piqueras,  nace en 1947 en la exposición del Casino Mercantil, se dispersa en 1952 y su importancia reside en que, según unánime reconocimiento oficial de historiadores y críticos de arte, fue el primer núcleo de artistas que exhibió pinturas  abstractas oficialmente en España. Recientemente ha publicado Rosario Weiss, la ahijada de Goya (Esaín, 2008c), un ameno y documentado estudio biográfico de esta niña que, con su juventud y alegría, acompañó a Goya en los últimos años de su vida y a la que el maestro quiso transmitir su técnica del dibujo, arte para el que estaba singularmente dotada, pues no en vano llegó a ser luego profesora de pintura de la joven Isabel II.

Al margen de estas publicaciones, ha venido desarrollando una intensa actividad profesional  en el mundo cultural de las artes plásticas, firmando incontables trabajos de investigación, artículos, comunicaciones, monografías y entrevistas, La faceta de crítico de arte no ha ocupado toda la producción intelectual de Jaime Esaín. En su faceta de escritor –de la que se siente legítimamente orgulloso-cultiva la literatura de ficción, con especial dedicación a los temas aragoneses. Sus relatos le han valido diversos galardones, entre ellos el Primer Premio de Cuentos de Radio Nacional de España (1990), Primer Premio de Certamen Literario de La Peña Solera Aragonesa (2009). Ha publicado el libro Relatos Aragoneses de ayer y de hoy (2006) y tiene en prensa el jugoso volumen Historias de Zaragoza.

Asimismo fecunda es su afición al cine, que ejerce en la prestigiosa “Tertulia Cinematográfica  Perdiguer” de Zaragoza, en la que actúa como moderador. Como miembro de esta Asociación, en los últimos años se ocupa de la presentación de sucesivos ciclos de películas de “la Institución Fernando el Católico” y en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés (Zaragoza).  Otro aspecto más de su  interés por todas las artes lo encontramos en su dedicación a la música, de la que es apasionado degustador, también  en el  ámbito familiar (su esposa Junko Fujita es organista de la iglesia del Seminario de San Carlos de Zaragoza). Ha vertido sus vastos conocimientos en diversas conferencias dedicadas a figuras como Mozart (Fundación CAI), Verdi, Fleta (Ateneo de Zaragoza) Su vinculación y compromiso con la promoción de la música clásica ha hecho que fuera nombrado Miembro de Honor de la “Asociación Orquesta Sinfónica 2008” de Zaragoza, cuyo concierto inaugural en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza (el 25 de abril de 2006), fue presentado por él.

Llegado el fin de esta semblanza sobre Jaime Esaín, no puede dejarse en el olvido que, sin duda por su matrimonio con Junko Fujita, se ha convertido en estudioso del grabado tradicional nipón (en especial, ukiyo-e) y de las peculiaridades de la sociedad contemporánea de Japón, a cuyo  mejor conocimiento han contribuido sus frecuentes viajes al país del Sol Naciente. Conoce bien las principales ciudades de Japón (Tokio, Nara, Kioto, Nagoya, Hiroshima, Tokoyama, Nagasaki…) y muestra un gran interés por su rica cultura, especialmente por el Sumo. También por la belleza de la naturaleza japonesa, que le ha inspirado relatos como  “El árbol que quiso ver el Mar”, distinguido en el 2006 por Ibercaja (Concurso de Relatos) con el primer premio . Esto nos muestra también la polivalencia de la personalidad intelectual de Jaime Esaín, cuya polifacética actividad y sentido crítico lo han convertido en un destacado protagonista de la cultura aragonesa de las últimas décadas, además de un crítico de arte de referencia.