Cuadros de Enrique Larroy: Geometría, color, espacio.

 
La exposición Enrique Larroy, pintura corriente comisariada por Chus Tudelilla tiene otros textos en el catálogo de José Luis Cano, Francisco Carpio, Miguel Cereceda, Pedro G. Romero, Enrique Larroy, Pablo Llorca, Alicia Murría, Mariano Navarro, Alejandro Ratia, Fernando Sinaga y Manuel Vilas, con lo cual se ofrece una panorámica muy diversa de un artista con años de experiencia dentro de una diáfana evolución pictórica. No olvidemos que estamos ante un pintor que comienza en 1971, con 17 años, en el ámbito de cambios constantes con irreprochable lógica.
Los cuadros expuestos son de los años 2008 y 2009, de manera que cabe captar la última obra y su vínculo con lo hecho en el inmediato pasado, pues cabe recordar que los actuales lienzos son la consecuencia de una permanente evolución desde 1998, con la geometría, el cambiante color y el espacio como excepcionales protagonistas, para tejer un ámbito personal intransferible, tembloroso, quieto inmutable, movedizo. 
El muy complejo itinerario campo geométrico obedece al matrimonio de numerosos planos, que unidos podrían configurar figuras imposibles. Tal caso no se da. Cada plano por separado se aleja de dicha condición al estar delimitados pero conectados entre sí. Cuadrados, rectángulos, bandas anchas, rectángulos nacidos de la sección áurea subdividida, cilindros y formas ondulantes difíciles de precisar trazan una estructura general en cada cuadro de indiscutible belleza. En el conjunto de los planos no existe un esquema uniforme, razón primordial para captar su complejidad, pues transcurren paralelos e inclinados a la base, o ambas a la par en una obra. Planos que ocultan, en parte, a otros planos y que generan un sutil movimiento, tan vital, cuyo máximo ejemplo es el cuadro Programa en espiral, 2009. Geometría que, tal como se muestra, evidencia un ángulo irracional ante una obra lejos de la aparente realidad cotidiana, pero que existe por separado. El variado color es otro matiz clave por mínima capa matérica y tan entonado que evita duros contrastes por los colores oscuros en el lugar preciso. En muchas ocasiones se detecta la belleza del cambio de un color a otro mediante gradaciones que, a su vez, contienen sutiles mezclas de colores. Ámbito geométrico y color contribuyen al nacimiento de micro espacios en dispares lugares, que colaboran a la complejidad total de cada lienzo. ¿A dónde conducen estos espacios? No se sabe. ¿Será una sugerencia del espacio infinito cual breve chispazo? La mirada se queda absorta, inmersa en cada espacio, en cada cuadro, y el pensamiento vibra con tanta incertidumbre cual enigma insoluble.
 
 
 
 
 
Pintura corriente, Sala de exposiciones del Ayuntamiento de Alcañiz, tras el Museo de Teruel

Número 7

Junio 2009
Manuel PÉREZ LIZANO
Miembro de AACA
Fecha de recepción: 25/5/09
Fecha de aceptación: 26/5/09
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