Entre los días 1 de diciembre de 2023 y 14 de enero de 2024, se ha reunido en las salas de la Diputación de Huesca un amplio conjunto de obras representativas de la labor desarrollada durante más de una década por los integrantes del denominado Grupo ZheBRA, colectivo de artistas del taller de Arte de Fundación Valentia en Huesca, un espacio integrador que ha sabido ofrecer hasta el momento a un total de 76 personas con “diversidad funcional e intelectual” un canal de desarrollo personal y de integración social a través de la expresión artística. Artistas de vocación que han podido ser apreciados así en lo identitario al amparo de la fuerza de lo grupal en su justa medida.
Para esta muestra de indudable valor antológico se han seleccionado obras de 48 artistas, con un total de 140 obras expuestas, enriqueciéndose con la implicación de 9 Instituciones/Entidades/Empresas y las aportaciones de 11 colecciones particulares. Sin duda la exhibición representa un emocionante broche final del programa de conmemoración del X aniversario del Taller de Arte (2012-2022) cuyos actos de celebración (desarrollados durante todo el 2023) concluyen con esta brillante muestra: entre ellos puede destacarse la inclusión de 3 exposiciones individuales (de los artistas Félix Moreno, María José Sarte y Montse Otal) y una exposición colectiva sobre el textil.
La exposición de la diputación oscense supone una invitación a mirar de otra manera el fenómeno artístico y muestra al visitante el enorme potencial creativo de estos artistas encuadrables dentro de la corriente denominada arte “Outsider” que, con sus pros y sus contras, demuestra una creciente presencia e influencia a todos los niveles en la actualidad del mundo del Arte y, hoy en día, se presenta a menudo como paradigma de auténtica actividad estética innata en el ser humano.
En su exhibición las obras seleccionadas dialogan entre sí en un montaje que tiene mucho de lúdico, recreando esa experiencia estética como “tiempo de celebración” que busca un despojamiento del tiempo lineal o acumulativo. En el espacio las piezas juegan agrupándose en bloques que plantean una serie de cuestiones que a cualquier visitante podrían suscitársele a la vista de la singular propuesta, es decir, proyectándose, en primer lugar, como un foro de reflexión en torno a los valores éticos y estéticos de lo artístico en su dimensión más social: ¿Esto es arte? ¿Es noticia?¿Qué representa? ¿Es único? ¿Es un juego? ¿Cómo lo cuento? ¿Me lo llevaría a mi casa? A tales cuestiones, el catálogo realizado al efecto recoge distintos enfoques y reflexiones aportados por diversos especialistas.
La inmensa mayoría de lo expuesto son pinturas demostrativas de una experiencia grupal que, partiendo de lo emocional, ha acabado por integrar otras formas de expresión con inclusión de tantas posibilidades estéticas como artistas y personalidades lo conforman: desde la más rabiosa expresión abstracta hasta propuestas figurativas personales de tipo autobiográfico, pasando por un amplio abanico de planteamientos. Pronto se hizo muy patente que, siendo la libertad de creación un axioma grupal, cualquier etiqueta se quedaba corta, de forma que escapaba a todo intento clasificatorio dentro exclusivamente de las orientaciones “abstractas” o de las vertientes más “emocionales” de lo creativo.
Vistas en su conjunto, esta selección de obras del grupo de artistas ZHeBRA sorprende por su sostenido equilibrio, por la ajustada adecuación de sus variadas composiciones casi siempre a tenor de un centro “ordenador”, lo que supone algo más que un mero síntoma, toda una declaración de intenciones por parte de sus autores. El hallazgo de la centralidad parece surgir siempre, en este caso concreto, en espontáneas resoluciones provistas de esa calidez natural de lo que habla con franqueza de sí mismo, de lo que se afirma a sí mismo sin cortapisas ni contradicciones. La posición central comunica peso, estabilidad y distinción. El centro de equilibrio está presente venga o no señalado por un objeto visual explícito. Lo crea la interacción de todas las fuerzas circundantes. Tal vez, en este caso, los artistas aceptan inconscientemente de forma mayoritaria este recurso como anclaje en el discurso ineludible de lo vital, pues como nos recuerda la pensadora María Zambrano (Claros del Bosque) “Sobreviene la angustia cuando se pierde el centro. Ser y vida se separan.” Es este precisamente, el de su estricta “autenticidad”, el valor que en mayor medida impacta en esta muestra en que Arte y vida se hibridan de forma muy especial.