Es interesante comprobar, en un momento cómo el presente que hoy vivimos, lleno de incertidumbres económicas, políticas y sobretodo culturales, cómo en el siglo XVI se vivía el mayor momento de esplendor no sólo en la Corona de Aragón, sino en el resto de los principales reinos europeos. Y es que, por un lado se produjeron cambios tan importantes cómo la mejora en la producción agrícola, la economía en general, crecimiento demográfico. Por el otro, un grupo de personas, interesadas en sus quehaceres mecánicos, mercantiles, artísticos, desde el crítico Lorenzo Valla, pasando por Erasmo de Rotterdan, sin dejarnos a Leonardo Da Vinci, Copérnico, los movimientos creados en la Reforma Luterana y la contrarreforma católica, en donde figuras cómo la de nuestro aragonés Miguel Servet son pieza fundamental. Estos humanistas traerán el llamado “renacer”, ya que para ellos, la belleza es una vía de conocimiento y que el ser humano posee la capacidad de crear la belleza mediante la observación del entorno y prescindiendo de los defectos que vea. Aragón, en este contexto cómo receptor y crisol de actividades internacionales en un constante de avances y atrasos. Y es que en esta tierra, también se dieron una serie de circunstancias que permitieron ese cambio del Gótico al Renacimiento. El patrocinio de grandes empresas por parte de aragoneses importantes como el rey Fernando El Católico, los arzobispos de Zaragoza, pertenecientes a la Casa Real de Aragón, personalidades pertenecientes a la burguesía cómo Juan de Lasala, Gabriel Zaporta, condes cómo los de Híjar, Guerra-Aragón, Villahermosa..etc… Todas estas personalidades van a mandar construir espléndidos palacios, iglesias edificios civiles, y en su interior se decorarán con sendos retablos y cuadros tanto de índole religioso cómo profano. Zaragoza, por estas fechas, iba a ser el centro artístico más importante y aquí se establecieron el mayor número de talleres cómo el caso de Damián Forment, aunque se seguirá contando con los escultores de la tierra cómo es el caso de Gil Morlanes, el viejo, escultor del rey Fernando, de cuyo patrocinio veremos ejemplos cómo la magnífica portada en alabastro del monasterio de Santa Engracia de Zaragoza. En lo que se refiere a los talleres pictóricos que aquí trabajan se recordarán los de Pedro de Aponte, Antonio de Aniano, y Martín García, aunque la renovación pictórica llegaría de la mano de un artista de la tierra Jerónimo Vicente Vallejo Cosida, excelente dibujante, delicado en los detalles, belleza y dulzura, son sus signos de identidad en sus obras. Con un sentido estético propio de los miniaturistas.
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Retrato de Damian Forment en la Catedral de Huesca
Bajo la visión de estos dos grandes artistas, el escultor Forment, y el pintor Cosida, el Gobierno de Aragón, ha preparado una espléndida exposición, tutelada por la catedrática de la Universidad de Zaragoza Carmen Morte. El grueso fundamental de las piezas procede del Museo de Zaragoza, qué tras acometer las reformas de sus instalaciones ha hecho posible el ceder una interesante selección de sus obras para esta muestra. El resto de las obras prestadas pertenecen a diversos museos, instituciones y particulares que en su totalidad muestran un completo panorama artístico tanto en pintura cómo en escultura. La exposición comienza con algunos “antecedentes” del gótico internacional, con artistas cómo Blasco de Grañel Virgen del arzobispo de Mur , el Ángel custodio de Zaragoza de Pere Joan o algunas de las piezas más significativas del gran retablo de la Santa Cruz de Blesa (Teruel), ejecutados por Miguel Ximénez y Martín Bernat, son tres muestras sobresalientes del trabajo de estos maestros. La segunda sección, ofrece una variada y amplia muestra del pleno siglo XVI. En lo que a escultura se refiere veremos obra del valenciano Damián Forment, unos de los grandes del renacimiento español, con obra propia, San Onofre y dos virtudes así cómo de numerosos discípulos. Completa esta parte de la exposición con obras de artistas coetáneos cómo el francés Gabriel Joly, el italiano Giovanni Moreto y el aragonés Gil de Morlanes el joven. En lo que respecta a la pintura Jerónimo Cosida será el eje principal, de entre las obras que figuran, destacaremos El nacimiento de San Juan Bautista, o El retablo de la Virgen con el niño, o el diseño para el busto-relicario de San Blas, también figura otro importante pintor Juan de Juanes, coetáneo de Cosida con el impresionante Retrato de Alfonso V. Siguiendo con la escultura y dirigiéndonos a lo que será el final del renacimiento nos encontraremos con la obra escultórica de Juan de Ancheta, el primer escultor vasco, en donde obras cómo su monumental Cristo de la iglesia del Hospital de Gracia (Zaragoza) o el Calvario del Museo de Bellas Artes de Bilbao, sintetizan el tratamiento del desnudo en los modelos miguelangelescos. Para finalizar, la exposición concluye con algunos de los retratos de los Duques de Villahermosa, cómo representantes de la burguesía antes descrita y algunos relicarios y orfebrería, a destacar la Arqueta de San Medrano, procedente de Benabarre (Huesca) .El catálogo, perfectamente diseñado, no sólo contiene textos de algunos de los especialistas más importantes en la materia, sino que aporta algunas nuevas atribuciones a través de nuevas investigaciones.

Crucifixión Martín Bernat Miguel Ximénez. Museo de Zaragoza
Dar a conocer las características de nuestra historia a través de bellas obras de arte, con rigor y efectividad al resto de España, pues la exposición no sólo viajará a Bilbao, primera sede en la que ha recaído, sino que posteriormente irá a Valencia, acabando en nuestro propio Museo Provincial, que para entonces esperemos estén concluidas las reformas, es una estupenda forma de exportar todo lo que Aragón tiene por mostrar.
PARA SABER MÁS:
–Museo de Bellas Artes de Bilbao: junio-septiembre de 2009
-Museo de Bellas Artes de Valencia: octubre 2009- enero 2010
-Museo de Zaragoza: febrero-abril 2010



